Bolsonaro enciende otra llama sobre la Amazonía en Brasil
por Adrián Fernández
La explotación y sobreexplotación de la Amazonía no sólo atravesó todo el período de Gobierno de Jair Bolsonaro sino que, previsiblemente, se instaló en la campaña electoral para las Presidenciales de octubre próximo.
El avance de la deforestación y de la megaminería sucedió durante todos los Gobiernos en lo que va del siglo y es fácilmente comprobable que Brasil no va a dejar de explotar el Amazonas.
Pero ningún Gobierno brasileño ha empeñado tanto el futuro de la Amazonía como lo hizo y lo hace Bolsonaro: incendios devastadores pero subestimados, corrupción, ampliación del ritmo de deforestación y nuevas leyes.
Su reciente proyecto legislativo que debate el Congreso para blanquear la ofensiva extractiva sobre tierras indígenas es un ejemplo entre muchos de esta ofensiva histórica.
A tal punto que Bolsonaro utiliza el argumento de la guerra en Ucrania para justificar su política extractiva. Brasil «corre el riesgo» de quedarse sin potasio por el aumento de precio del mineral, señaló.
Para él, los «tres problemas» que impiden a Brasil conseguir su propio potasio son la legislación ambiental, los indígenas y los derechos de explotación en la cuenca del río Madeira, principal afluente del río Amazonas.
Esto mismo lleva al mandatario a impulsar nuevamente un proyecto de ley que “permite la explotación de recursos minerales, hídricos y orgánicos en tierras indígenas”. Afirma que “una vez aprobado, uno de estos problemas está resuelto».
Este proyecto de ley, ya fue presentado en 2020 pero el año pasado fue considerado inconstitucional por el Ministerio Público Federal.
El proyecto mencionado generó denuncias de pueblos indígenas y organizaciones no gubernamentales, protestas de ambientalistas y artistas y referencias puntuales en la campaña preelectoral.
«Si soy presidente de la República, no habrá minería en tierras indígenas», dijo el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, precandidato para las elecciones previstas para octubre próximo.
La declaración de Lula se produjo dos semanas después de que nueve gigantes de la minería mundial fueron denunciadas por intentar expandirse a las tierras indígenas.
La presentación fue realizada por la Asociación de los Pueblos Indígenas (APIB) y la organización no gubernamental Amazon Watch.
Las empresas mineras que han hecho pedidos de expansión son Vale, Anglo American, Belo Sun, Potássio do Brasil, Mineracao Taboca yMamoré Mineracao e Metalurgia, Glencore, AngloGold Ashanti y Rio Tinto.
Señala los fondos estadounidenses Capital Group, BlackRock y Vanguard como los principales financistas de «las empresas citadas por sus intereses en tierras indígenas y por su historial en violación de derechos».
La aprobación del proyecto de Ley 191/2020 del Gobierno de Bolsonaro «puede causar la pérdida de 160.000 km2 de selva amazónica», dice el informe.
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