Las mujeres de Malvinas rompen el silenciamiento
La conmemoración por los 40 años del comienzo de la guerra en las Islas Malvinas, que en Argentina se recuerda cada 2 de abril como Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, reafirmó el lento pero firme proceso de reconocimiento a mujeres que, desde diferentes roles, fueron parte de la historia.
Más allá de haber cumplido tareas en las islas, en los buques sanitarios o en el continente, las mujeres de la Guerra de Malvinas lograron sortear el silenciamiento que fue común a los hombres, apenas concluida la guerra, y, luego, el silencio propio de quienes subestimaron sus tareas durante el conflicto militar con Gran Bretaña.
En efecto, las mujeres que participaron de la guerra de Malvinas en 1982 debieron enfrentar a su regreso una segunda lucha, esta vez contra el olvido y el silencio. Recién 30 años después del conflicto, en noviembre de 2012, el estado argentino reconoció a 16 de ellas como veteranas de guerra.
Se trata de seis instrumentadoras quirúrgicas y enfermeras profesionales que asistieron a los heridos a bordo del rompehielos Almirante Irízar, por entonces buque sanitario; seis tripulantes de la Marina Mercante; una integrante de la Fuerza Aérea que realizó evacuaciones aeromédicas, y tres mujeres que participaron de operativos militares de las Fuerzas Armadas.
La ley argentina sólo considera como veterana de guerra a la persona que pisó las islas Malvinas o que estuvo dentro de cierto perímetro de las mismas. Hoy más de 24.000 personas cobran pensiones como ex combatientes, pero menos de 20 son mujeres.
Este 2 de abril, y los días previos y también los posteriores, sirvió para visibilizar aún más el desempeño de las mujeres, hecho nacido de su propia lucha para salir del silencio impuesto tanto por las instituciones como por muchos de sus camaradas varones.
En este aniversario, en varias ciudades y provincias, también a nivel nacional, se las reconoció por su valor y su desempeño durante los meses de la guerra y, también implícitamente, por su lucha para recuperar el lugar en el que las puso la historia, luego silenciada.
Historias de mujeres como Alicia Reynoso, Stella Maris Morales, Patricia Maidana, Silvia Barrera y otras, están mencionadas en el informe especial que elaboró María Jagoe para el Boletín de noticias de América XXI, que se publicará esta semana.
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El tallado en madera cuya fotografía acompaña este artículo, fue inaugurado este 2 de abril en la plaza principal de San Martín de los Andes, una ciudad ubicada en la provincia de Neuquén, en la Patagonia Argentina.
Es un homenaje a las mujeres que también estuvieron en la guerra, una obra tallada en lenga por Valeria Jaime, Jeannette Ardiles Anavalon, Jazmín Villalba y Pablo Valiña.
Lo recibió Norma Isabel Castilla, voluntaria del pabellón séptimo del hospital de Puerto Belgrano, ubicado en la provincia de Buenos Aires, al que llegaban soldados y militares heridos en la guerra. Con ella trabajaron otras tres voluntarias: Sarita Tunessi, Patricia Céliz y Ana Domínguez.
Reconocimientos como este para quienes fueron parte de aquella guerra, tanto civiles como militares, en las islas, embarcadas o en el continente, se replicaron este fin de semana en varias ciudades de Argentina.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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