02 marzo, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
Teatro y comunidad en Cali
La organización colombiana Esquina Latina se apoya en tres ejes: la formación actoral, el teatro en comunidades y la pedagogía escénica.
Esquina Latina nació en 1973, bajo la iniciativa de algunos estudiantes de la Universidad del Valle. Hoy, luego de 44 años de trabajo artístico experimental y más de 20 años de animación sociocultural, ha logrado consolidarse como grupo teatral independiente, en permanente actividad artística y con un grado importante de sostenibilidad económica, gracias al fortalecimiento de un equipo profesional de actores y a su estructura organizativa multidisciplinaria.
Según sus coordinadores, “se trata de una entidad consecuente con el pulso de la realidad y la comprensión del mundo como un proceso cambiante, que reconoce en los sectores que luchan contra la marginalidad y la exclusión la fuerza transformadora de la historia. Asimismo, la búsqueda artística parte de un compromiso permanente con el contexto socioambiental, pues tomando partido por las nobles causas de la humanidad es como encontramos fuentes claras de creación y de placer estético”.
Es de esta manera que Esquina Latina fomenta y practica la fidelidad artística, caracterizada por la economía en el lenguaje, la militancia en el hedonismo de la creación y la toma de partido por causas sociales, en favor de la justicia y la equidad, resistiéndose a modelos de éxito impuestos por el mercado.
Para este accionar se cuenta con áreas especializadas en comunicación social y escenotecnia, así como en lo administrativo y lo financiero, en los que se conjuga ética y la eficacia para el mejoramiento continuo de los procesos operativos, propios de una organización teatral con proyección social que actualmente genera 32 empleos directos –con todas la garantías laborales que exige la legislación colombiana– y cerca de veinte indirectos. Los recursos de funcionamiento provienen de la prestación de servicios culturales y de la cogestión de programas socioculturales con el sector público y privado a escala nacional e internacional.
Formas de trabajo
La compañía teatral está basada en tres ejes de trabajo o programas institucionales articulados entre sí. Uno es el laboratorio teatral o proceso de investigación y formación actoral permanente, desarrollado como un modo de producción que privilegia el proceso de creación colectiva, en procura de resultados de relevancia estética, con contenidos significantes que establezcan relación estrecha con el público. Por este sendero se ha creado un sinnúmero de montajes premiados y reconocidos tanto por su puesta en escena como por su alcance literario. En la actualidad se mantienen en repertorio 13 obras de teatro y de títeres, reconocidas por su calidad en certámenes locales, nacionales e internacionales.
Otro de los ejes es el teatro en comunidades de base. Es un trabajo de interacción con niños y jóvenes, mediante la animación teatral, en el distrito de Aguablanca, otros sectores de población vulnerable de Cali y ocho municipios del Valle del Cauca, como parte del programa Jóvenes, teatro y comunidad. Actualmente existen doce procesos grupales de animación teatral de la Red Popular de Teatro, que cuenta con una base social de más de 400 jóvenes y un calificado equipo artístico de animadores teatrales, constituido por jóvenes, hombres y mujeres formados integralmente en el programa.
El tercer eje está centrado en la pedagogía escénica: son aquellas actividades que el teatro Esquina Latina lleva a cabo en el amplio campo de la educación, como talleres de sensibilización teatral, de sociodrama, de animación teatral y de dramaturgia, entre otros, así como la producción de obras de teatro educativo, sobre temas de interés y urgencia social.
“Los tres ejes están ligados estructuralmente a la gestión cultural, con la correspondiente dedicación de tiempo, trabajo, condiciones y estrategias creativas y, sobre todo, de disciplina para desafiar las nociones de sentido común que tienden a descalificarla, ya que en algunos círculos artísticos, especialmente teatrales, suele desestimarse la gestión cultural y sus procesos administrativos por considerarla una actividad prosaica, sospechosa e indigna de la condición del artista; como trampa diabólica de vulgares comerciantes que contamina y prostituye la creatividad”, explican los organizadores.
Acorde a sus coordinadores, “la apuesta política como grupo teatral exige a sus artistas interactuar con las comunidades de base, en el contexto de una sociedad subdesarrollada económicamente y regida por las leyes del mercado que impone la doctrina neoliberal, donde la obra de arte se comporta, quiérase o no, como un producto. Las políticas culturales del Estado que podrían ponderarlo en una dimensión más amplia, socialmente hablando, son inoperantes e ineficientes”. “En consecuencia, el mayor reto como institución teatral independiente es afrontar la creación teatral como práctica integral que garantice la cohesión grupal bajo una filosofía de trabajo colectivo, donde el desarrollo es desigual, sostenido por una metodología constructivista —aprender haciendo— para consolidar el equipo y afianzar una apuesta estética. Por otra parte, está el pragmatismo de inventar una estrategia de mercado que garantice la sostenibilidad económica”, indican.
Programa jóvenes, teatro y comunidad
Desde 1983 Esquina Latina lleva a cabo un trabajo continuo de animación teatral con población vulnerable infantil y juvenil, en sectores marginales de Cali y algunos municipios del Valle y el norte del Cauca. La animación teatral es una forma de trabajo sociocultural que emplea el teatro de acción social para promover la participación activa de personas y grupos, en el abordaje de sus conflictos. Su particularidad deriva de una metodología más amplia que es la animación sociocultural.
El objetivo principal del programa es ayudar a contrarrestar los diferentes tipos de violencia: las violencias urbanas, las violencias juveniles e intrafamiliares, la inequidad de género y los conflictos socioambientales. Se trabaja entendiendo al arte como transformador social y desde la práctica comunitaria del teatro se intenta generar condiciones de cambio. Este programa parte de la base de entender a los jóvenes como sujetos-actores con autonomía y capacidad crítica de su entorno, que emprendan una acción social mediante el desarrollo de diferentes estrategias y actividades hacia la construcción de una sociedad posible.
Otro de los enfoques tiende al desarrollo del trabajo en red: los participantes del programa se vinculan a través de diferentes niveles y distintos tipos de relaciones. La acción ambiental a través de la sensibilización, el conocimiento y el desarrollo de prácticas que se orientan hacia la protección y conservación del medio ambiente en contextos urbanos es otro de los ejes. La cuestión política no es soslayada: se trabaja en la concientización de principios democráticos como la igualdad, la participación y la responsabilidad que rigen a los participantes del programa para la toma de decisiones en la transformación de las problemáticas sociales que afectan sus entornos.