«El fascismo irá a la cloaca de la que no debió haber salido»
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da SIlva prometió «restaurar» la soberanía económica, política y social de Brasil y enviar el fascismo que encabeza Jair Bolsonaro «a la cloaca de la historia».
Lula lanzó este sábado en San Pablo su candidatura para alcanzar un tercer mandato en los comicios del 2 de octubre, con su exrival Geraldo Alckmin como compañero de fórmula.
El exmandatario comenzó el camino de su séptima campaña en una impensada etapa de su vida tras haber pasado 580 días en prisión en un proceso fraudulento que fue anulado por la corte suprema por persecución política.
Con 76 años, Lula confirmó ante el público que se casará por tercera vez el próximo 18 de mayo con Rosángela da Silva, socióloga y su novia desde 2019 y que este evento de su vida privada servirá para alimentar su campaña.
«Hay que restaurar la soberanía de Brasil y del pueblo brasileño», afirmó Lula, quien defendió una mayor intervención del estado en la economía y rechazó las privatizaciones del gobierno de Bolsonaro.
Además, propuso restablecer la función social de las empresas públicas como motor del desarrollo, el cuidado del medio ambiente y la lucha contra el hambre.
«Hay que cumplir nuevamente la batalla contra el hambre. Todo lo conquistado fue destruido por el actual Gobierno. Es terrible, pero no vamos a desistir», dijo.
También criticó la política neoliberal de que los salarios no logran superar a la inflación. «Un pueblo que no puede comprar es un empresario que no puede vender», afirmó.
«El fascismo será arrojado a la cloaca de la historia de donde nunca debió haber salido», añadió. Prometió que, en caso de victoria, a partir del 1 de enero de 2023 invertirá en ciencia, educación, salud y cultura.
Lula dijo que cree en la «lealtad» de su compañero de fórmula, quien fue su rival en las elecciones de 2006, en el marco de la alianza con ocho partidos con los cuales pretende una mayoría legislativa inédita.
Alckmin participó del acto pero a través de un video ya que está con Covid-19 y allí revindicó la figura histórica de Lula y el momento histórico de Brasil para evitar la reelección de Bolsonaro.
Alckmin, exgobernador del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB), aceptó ser vice de Lula luego de afiliarse al Partido Socialista Brasileño (PSB).
Con la presencia de Dilma Rousseff, presidenta derrocada en 2016, Lula dijo que no será miembro del gabinete sino «asesora de todas las horas», al cruzar especulaciones periodísticas sobre qué rol tendrá la mujer que fue su sucesora.
La palabra «soberanía», dijo, «no se resume a la fronteras, sino a defender nuestra riqueza, biodiversidasd, garantizar el derecho a la alimentación, empleo bueno, salario justo y acceso a salud y educación de calidad»
El exmandatario prometió reindustrializar el país para «recupera la soberanía atacada por la política irresponsable del gobierno».
Lula defendió el rol de Brasil durante su gestión «como protagonista internacional y sexta economía mundial, cuando ahora está en duodécima posición».
«Brasil era respetado, hablaba de igual a igual con los ricos y poderosos y colaboraba con los pobres con inversión y transferencia de tecnología, algo que hicimos en América Latina y África», señaló.
Luego prometió que «vamos a fortalecer el Mercosur, la Unasur, la Celac y los Brics, establecer alianzas y luchar por una gobernanza mundial. Brasil es demasiado grande para ser un paria».
El mandatario convocó a defender ar la petrolera estatal Petrobras y a evitar la continuación de la privatización de sus empresas subsidiarias.
En este sentido, dijo que los yacimientos submarinos hallados durante su gobierno serán, nuevamente, el pasaporte para el desarrollo industrial del país.
También atacó la privatización de la gigante eléctrica Eletrobras, prevista para este año y citó el caso del cierre de fábricas locales y multinacionales en Amazonas, San Pablo y Bahía.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
Únete a América XXI