El premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel expresó su dolor por la decisión del gobierno británico de extraditar al periodista Julian Assange y anticipó que, junto a organizaciones internacionales, apelará la decisión.

El dirigente político y social argentino afirmó que esta decisión pone el riesgo la deteriorada salud del fundador de WikiLeaks y del ejercicio periodístico global.

Este viernes el Ministerio del Interior británico confirmó la decisión de extraditarlo a Estados Unidos, donde se lo acusa de haber difundido documentos confidenciales y podría recibir una sentencia de hasta 175 años de prisión.

La justicia estadounidense quiere juzgarlo por difundir a partir de 2010 más de 700.000 documentos secretos sobre las actividades diplomáticas y militares estadounidenses, que revelaron varios delitos internacionales, entre ellos crímenes de guerra, en particular en Irak y Afganistán.

Hace exactamente un mes, Pérez Esquivel envió una carta personal a la ministra del Interior británica, Priti Patel, en la que le pedía que no exponga a Assange a consecuencias potencialmente fatales.

En aquella carta en inglés dirigida a la secretaría de Estado a cargo de la cartera de Interior, Pérez Esquivel advirtió que «podría haber consecuencias potencialmente fatales si el Reino Unido decide continuar con esta extradición».

Alertó sobre «el precedente que su persecución está sentando para la libertad de prensa» a nivel global y cuestionó «la afirmación de la jurisdicción universal de los Estados Unidos de América» sobre el resto del planeta.

Pese a este y otros cientos de reclamos y campañas internacionales, la ministra británica anunció este viernes que firmó los documentos necesarios para que Assange sea extraditado a Estados Unidos.

Al conocer la noticia de la extradición, Pérez Esquivel hizo declaraciones a Radio Nacional de Argentina en las que advirtió sobre la gravedad de este hecho tanto para Assange como para el libre ejercicio del trabajo periodístico.

El Premio Nobel de la Paz 1980 pidió una «rebelión cultural» para «no someternos a la hegemonía que provoca guerras y crisis».

«Los pueblos somos espectadores y tenemos que luchar para ser protagonistas, para convertir la democracia formal en democracia real», pidió Pérez Esquivel.

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