«No podemos seguir en la Colombia de la muerte»
El nuevo presidente de Colombia, Gustavo Petro, pidió a todos los grupos armados ilegales dejar las armas y aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz para poner fin a décadas de violencia en el país sudamericano.
«La paz es posible si desatamos en todas las regiones de Colombia el diálogo social, para encontrarnos en medio de las diferencias, para expresarnos y ser escuchados, para buscar a través de la razón, los caminos comunes de la convivencia», dijo.
«Convocamos, también, a todos los armados a dejar las armas en las nebulosas del pasado. A aceptar beneficios jurídicos a cambio de la paz, a cambio de la no repetición definitiva de la violencia, a trabajar como dueños de una economía próspera pero legal que acabe con el atraso de las regiones», agregó.
Petro, un economista de 62 años, asumió este domingo como el primer mandatario de izquierda en la historia de Colombia, con la promesa de impulsar ambiciosas reformas económicas y sociales para reducir la pobreza y la desigualdad.
«Quiero decirles a todos los colombianos y todas las colombianas que hoy empieza nuestra segunda oportunidad», dijo.
«Hoy empieza la Colombia de lo posible», reafirmó, y aseguró que «este es el gobierno de la vida y de la paz, y así será recordado».
Luego de asumir, tomó juramento a la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, quien pronunció la frase «hasta que la dignidad se haga costumbre».
Petro también pidió a la comunidad internacional una nueva estrategia de lucha contra las drogas y aseguró que la política antidrogas fracasó al dejar cientos de miles de víctimas tanto en la militarización de la lucha como por el consumo.
«Es hora de una nueva Convención Internacional que acepte que la guerra contra las drogas ha fracasado», dijo el flamante presidente de Colombia, país que firmó con Estados Unidos en la década de 1980 un compromiso de militarización en «la lucha contra el narcotráfico».
Argumentó que este fracaso «ha dejado un millón de latinoamericanos asesinados, durante estos 40 años, y que deja 70.000 norteamericanos muertos por sobredosis cada año. Que la guerra contra las drogas fortaleció las mafias y debilitó los Estados».
Prometió formar “el gobierno de la vida, de la paz” para terminar con seis décadas de conflicto armado, además de cumplir con el Acuerdo de Paz de 2016 y seguir a “rajatabla” las recomendaciones del Informe de la Comisión de la Verdad, publicado recientemente, y que contabilizó 80.000 muertos en más de 60 años de violencia.
Definió además a Colombia como una de las sociedades más desiguales del planeta lo que calificó como una “aberración”.
“El 10% de la población colombiana tiene el 70% de la riqueza, es un despropósito y una verdadera amoralidad; no naturalicemos la desigualdad y la pobreza”, pidió.
Frente a ese escenario, el mandatario apeló a una de sus principales promesas de campaña, la reforma impositiva, que aseguró que busca generar “justicia” y que no se trata de “un castigo sino el pago solidario que alguien afortunado hace a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna”.
La igualdad de género, la agenda verde y el cambio climático, el trabajo a favor de los “marginados”, la unidad latinoamericana que “no puede ser una retórica o un mero discurso”, fueron algunos de los puntos destacados que el nuevo presidente enumeró en lo que llamó su “decálogo de gobierno” y recitó con el puño izquierdo levantado.
Además de la tributaria, que “no es un asunto de caridad sino de solidaridad humana” mencionó “una reforma de la salud y de las pensiones, del contrato laboral, de la educación” y reiteró que “los impuestos no serán confiscatorios, simplemente justos”.
Miles de simpatizantes se reunieron en el centro de Bogotá y en grandes pantallas instaladas en lugares públicos de todo el país para celebrar la llegada de Petro a la presidencia.
Además, grupos de personas también se reunieron para celebrar a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela, en el puente Simón Bolívar, a las afueras de la ciudad de Cúcuta.
Aunque el Pacto Histórico ded Petro y Márquez no logró la mayoría de las 295 curules del Congreso, Petro consolidó una coalición con las fuerzas de centro y partidos tradicionales como el Liberal que le garantizarían la aprobación de sus reformas y la gobernabilidad.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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