Brasil: un poderoso frente de derecha dominará el Congreso
El bloque legislativo que apoya al presidente Jair Bolsonaro fue el gran vencedor de las elecciones generales de Brasil, tras las cuales tendrá mayoría en el Congreso.
Este liderazgo le permitirá a la derecha y a la extrema derecha definir la distribución del presupuesto y tener capacidad negociadora en caso de que Luiz Inácio Lula da Silva sea electo mandatario el 30 de octubre.
Tras el recuento de votos del domingo, se destaca el gran desempeño del «Centrao», el bloque al que pertenece el Partido Liberal del ultraderechista Bolsonaro.
En la Cámara de Diputados, el bloque que apoya al presidente controlará más de 300 de los 513 escaños, por lo que contará con mayoría propia.
En el Senado, en tanto, la derecha bolsonarista y no bolsonarista, que sería anti-Lula, dominará más de la mitad de las 81 bancas.
Más allá de los candidatos y candidatas que disputaron la presidencia el domingo, uno de los ganadores de la elección legislativa fue el presidente del PL, Valdemar Costa Neto.
Ante una eventual derrota en segunda vuelta, la derecha tendrá poder para trabajar en un retorno a la presidencia en 2026 y construirá un ámbito de resistencia frente a eventuales denuncias que reciban sus principales líderes.
El PL, al que Bolsonaro se afilió el año pasado, logró 23 diputados más en las elecciones, llegando a los 99, y se convirtió en la mayor bancada electa de la Cámara de Diputados desde 1998.
El Partido de los Trabajadores de Lula elevó a 76, de 56 que tenía, el número de escaños que controlará en Diputados. Junto a sus aliados del Partido Verde y Partido Comunista do Brasil (PCdoB), tendrá 80 diputados
En Brasil, la conducción de la Cámara de Diputados es más independiente del oficialismo, ya que responde a intereses sectoriales y a lobbys empresriales.
Actualmente, el presidente de Diputados y segundo en la línea de sucesión presidencial es Arthur Lira, del partido Progresistas, que cajoneó durante dos años más de 200 pedidos de juicio político contra Bolsonaro.
Costa Neto ya fue aliado de Lula, de la expresidenta Dilma Rousseff, también del PT, y del expresidente no electo Michel Temer.
Le cedió el partido a Bolsonaro a cambio de que la fuerza, junto con otros dos partidos oficialistas, dominen el llamado «presupuesto secreto», partidas que reciben los estados a través de diputados sin pasar por el gobierno central.
Costa Neto fue preso tras ser condenado a 7 años de cárcel en 2012 por corrupción y lavado de dinero en el escándalo conocido como Mensalao, que involucró a la alianza de partidos que respaldaban a Lula entre 2003 y 2010.
Eventualmente, el bolsonarismo podría aprovechar la mayoría en el Senado para iniciar procesos de impeachment de los jueces de la Corte Suprema que votaron a favor de la anulación de las condenas por corrupción contra Lula.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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