Aumentar en 30 mil millones de dólares el gasto de Defensa para llevarlo a 603 mil millones y recortar, por ejemplo, un 28% las partidas para el Departamento de Estado y la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) es la nueva meta que tiene el presidente Donald Trump. El ajuste incluye una disminución del dinero destinado a las Naciones Unidas y la lucha contra el cambio climático.

Entre los recortes propuestos por su gobierno, que totalizan 54 mil millones de dólares, se destacan también la reducción del 31,4% de los fondos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA); la rebaja de 13,2% del presupuesto para el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano; de 12,7% para el transporte; 16,2% en Salud; 13,5% en Educación; 20,7% en Trabajo y el mismo porcentaje para el Departamento de Agricultura; 15,7% en Comercio. También pretende recortar o eliminar decenas de programas gubernamentales de todo tipo, especialmente de investigación científica.

Las únicas partidas que aumentarán son las de Defensa, Seguridad Nacional y las destinadas a los veteranos de guerra. En suma, se trata de una drástica transferencia de fondos de todas las áreas sociales al gasto militar, incluyendo el profundo recorte en el Departamento de Estado.

Sobre este último punto, el secretario de Estado, Rex Tillerson, defendió las reducciones presupuestarias destinadas a la política exterior, área que hace pocos años controlaba Hillary Clinton y que desde enero sufrió la renuncia de algunos importantes funcionarios de carrera en rechazo a Donald Trump.

Informe de Ignacio Díaz: