La OEA arrastra a la derecha a un nuevo fracaso
06 abril, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
Gobierno, Partido y pueblo de pie ante la maquinaria de Washington
Bajo las falsas denuncias de un golpe de Estado se esconde la mayor ofensiva continental en los 18 años de Revolución Bolivariana. El Gobierno y el Psuv pidieron estar en alerta y en las calles.
La legítima decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de asumir las competencias de la Asamblea Nacional le da a la derecha venezolana y a Estados Unidos las herramientas para ejercer una mayor presión continental contra Venezuela. Apenas un día antes Washington había sufrido en la OEA una dura derrota en su estrategia injerencista. Ambos signos de tiempos de alerta y movilización.
El fallo del TSJ conocido el 29 de marzo establece que “mientras persista la situación de desacato y de invalidez de las actuaciones de la Asamblea Nacional, esta Sala Constitucional garantizará que las competencias parlamentarias sean ejercidas directamente por esta Sala o por el órgano que ella disponga, para velar por el Estado de Derecho” (ver pág.17).
Tras esta resolución la derecha continental se alineó sin mayores consideraciones detrás del secretario general de la OEA, Luis Almagro, claramente debilitado en la sesión del Consejo Permanente que el 28 de marzo no pudo imponer ni una sola de las acusaciones esgrimidas contra Venezuela. El texto final de ese día no incluyó exigencias de fijar un calendario electoral, ni liberar “presos políticos” ni demanda respetar las decisiones de la Asamblea Nacional de Venezuela.
¿Qué pretendía el bloque teledirigido por Washington?: “Consideramos urgente que se atienda de manera prioritaria la liberación de presos políticos, se reconozca la legitimidad de las decisiones de la Asamblea Nacional, según la Constitución, y que se establezca un calendario electoral, que incluya las elecciones pospuestas”.
El fracaso del autodenominado “grupo de los 15” se certifica con un simple trabajo de archivo: lo aprobado en la sesión del 28 de marzo en Washington nada tiene que ver con las denuncias plasmadas cuatro días antes en una de las cartas más reaccionarias que se hayan escrito contra la revolución bolivariana.
No más que esto
La declaración conjunta del 28 de marzo apenas emplaza a la OEA a “seguir examinando opciones, con la participación de todas las partes en Venezuela, para apoyar el funcionamiento de la democracia y el respeto al Estado de Derecho dentro del marco constitucional venezolano”.
El tono dramático que pretendió imponer el grupo de los 15 en los días previos se transformó en un formalismo: “Coincidimos en la necesidad de que encontremos propuestas concretas para definir un curso de acción que coadyuve a identificar soluciones diplomáticas, en el menor plazo posible, en el marco institucional de nuestra organización y a través de consultas incluyentes con todos los Estados miembros”.
El grupo de los 15 estuvo conformado por Argentina, Belice, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. A ellos se sumaron el día de la sesión Costa Rica, Jamaica, Santa Lucía, Antigua y Barbuda, Barbados y Guyana.
El embajador mexicano en la OEA, Luis Alfonso de Alba, pretendió atenuar este traspié al señalar que “en los próximos días habrá una resolución más concreta sobre Venezuela”. México planteó analizar periódicamente la situación del país y la evolución de los esfuerzos de mediación.
No hubo más que esto, acompañado de una gran propaganda continental de medios masivos de comunicación que durante los días previos elaboraron informes especiales sobre “crisis humanitaria”, gente haciendo largas colas “para comer” y el autoritarismo encarnado por Maduro, Cabello y toda la dirigencia del Psuv. Por el momento quedan atrás las presiones infundadas de Washington a través del secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Pasar a la ofensiva
“Hemos obtenido una gran victoria, ni se aprobó la Carta Democrática ni el informe promovido por Estados Unidos. Hemos derrotado al Departamento de Estado, hemos derrotado a la cancillería mexicana y a la derecha venezolana”, evaluó el presidente Nicolás Maduro.
Al saludar por videoconferencia a la ministra de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez, en Washington (a la que denominó “canciller de la dignidad”), Maduro agradeció a países de América Latina y la Patria Grande, como Bolivia, Nicaragua, Haití y El Salvador, por defender los principios de los pueblos en su soberanía.
El mandatario adelantó que el próximo paso en materia política diplomática será abrir un debate nacional e internacional sobre la “utilidad” y “pertinencia” de la Organización de Estados Americanos. “¿Para qué sirve la OEA? ¿Para agredir a los gobiernos independientes, progresistas? ¿Tiene sentido la existencia de la OEA? ¿Tiene sentido la permanencia en la OEA?”, cuestionó.
Ejemplificó que Latinoamérica ya ha demostrado “que caminando con pies propios ha podido fundar grandes organizaciones que tienen sentido práctico”, en referencia a Petrocaribe, Alba y la Celac.
Maduro consideró que México “es la punta de lanza de la agresión y el intervencionismo contra Venezuela”. Reflexionó: “¿cómo puedo explicar esto ante los pueblos de México y del mundo? Cuando México ha sido agredido por la construcción de un muro, cuando todos los días capturan mexicanos y son deportados como que fueran delincuentes Venezuela ha salido en la defensa del pueblo mexicano”.
Además de injerencista, el grupo que en los pasillos de la OEA se hizo llamar “los 15” declaró su “compromiso con la promoción y defensa de la democracia y los derechos humanos”. Basta repasar los firmantes para comprender que la gran mayoría de ellos carece de jerarquía para cuestionar a la Revolución Bolivariana en materia de democracia y derechos humanos.
Novato y servil
Desde el nacimiento mismo de este nuevo ataque desde la OEA quedó demostrado que Estados Unidos y México sostendrían a un secretario general que, como Luis Almagro, llega a esta instancia con su figura política debilitada.
El canciller mexicano, Luis Videgaray, habló públicamente sobre Venezuela en la semana previa a la sesión especial de la OEA. Lo hizo en Acapulco durante la reunión anual de la Asociación de Bancos de México. “El tema que le atañe a México y al resto del continente americano es un violación sistemática a los principios de la democracia”, dijo el ministro al atribuirse la representatividad “del continente americano”. Sentenció: “es un hecho que la democracia se encuentra en una situación crítica”.
Videgaray asumió en Relaciones Exteriores en enero pasado como parte de la “estrategia” de Peña Nieto para delinear la política mexicana frente a la llegada de Donald Trump. A nadie escapa que el mandatario mexicano perdió el rumbo diplomático tras el triunfo del republicano.
A poco de jurar en el cargo, Videgaray admitió que llega al cargo “a aprender” del cuerpo diplomático. En efecto, no tiene antecedentes en la diplomacia ni en la política exterior. Su mérito para semejante responsabilidad radica en cierta relación personal con el grupo cercano a Trump. Con su designación en el cargo, Peña Nieto decidió apostar más a la cercanía servil con Washington que a la acción común de países afectados por la nueva administración.
La canciller Delcy Rodríguez cuestionó las declaraciones de Videgaray por “insólitas y serviles”. Reflexionó que México “construye muros con América Latina en lugar de defender y atender los intereses y derechos soberanos de su pueblo”. Acusó al canciller de “agredir a Venezuela para congraciarse con sus dueños imperiales”.
Apenas terminada la sesión especial en la OEA la ministra venezolana denunció un plan en el seno de la Organización para imponer “chantajes” a países miembros del bloque regional. “Vimos dos congresistas de los Estados Unidos de Norteamérica amenazar groseramente a países miembros de esta organización, países hermanos”, señaló.
Uno de esos congresistas fue señalado por la propia prensa hegemónica internacional. La red venezolana Globovisión informó que el senador de los Estados Unidos Marco Rubio emitió una advertencia a República Dominicana, El Salvador y a Haití de cara a la votación sobre Venezuela en la OEA.
Globovisión citó textual una frase del senador ultraderechista: “estamos viviendo en un ambiente muy difícil en Washington, donde se están considerando recortes masivos a la ayuda en el extranjero y para nosotros va a ser bien difícil justificar la ayuda a estos países si ellos, al final del día, son países que no cooperan con la defensa de la democracia en la región”. Rubio, en representación de Washington, fue otro de los grandes derrotados del 28 de marzo.
Antes de que comience la sesión especial de la OEA Estados Unidos hizo trascender a través de la prensa un “debilitamiento” del gobierno bolivariano dentro del sistema interamericano. La agencia española EFE señaló ese día que “un alto funcionario estadounidense, quien pidió el anonimato” consideró que el gobierno venezolano ha “perdido” poder en la institución y que la dinámica en la región ante Venezuela “está cambiando”. Justificó que “los 14 países que firmaron la declaración de la semana pasada representan más del 90% de la población en el hemisferio, y están hablando juntos con una sola voz”.
Partido y Gobierno
En la república bolivariana la sesión del 28 fue seguida por miles de personas bajo la consigna “Venezuela no negocia su libertad ni su soberanía” mientras el gabinete de ministros analizaba la situación como parte de una agenda de trabajo. La mayor movilización en Caracas fue liderada por el diputado y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Diosdado Cabello; y por el también diputado Héctor Rodríguez, jefe de la bancada del Gobierno en el Parlamento.
Cabello advirtió: “es imposible que aquí vaya, en algún momento, a haber un gobierno distinto a la Revolución Bolivariana, no sostendrían a este pueblo ni un solo día, no nos han visto a nosotros en la calle. Ellos se van a cansar antes que nosotros”.
Poner en marcha la economía productiva
A pesar del complejo escenario político, las fuerzas productivas del país siguen su trabajo para recuperar la economía nacional, inmersa en una difícil situación desde el año pasado. La estrategia del Gobierno es dar mayor impulso a los 15 motores (sectores productivos) priorizados por la Agenda Económica Bolivariana y respaldar plenamente las misiones sociales.
“2017 es el primer año de un nuevo modelo y de una nueva época histórica en la economía que estamos construyendo y que estamos obligados a construir entre todos y entre todas las fuerzas productivas del país”, destacó el presidente Nicolás Maduro durante la inauguración de la Expo Venezuela Potencia 2017, que se desarrolló del 23 al 26 de marzo en el Poliedro de Caracas. “Nuestra economía está pariendo un nuevo modelo diversificado, con una economía sostenible que permita generar riquezas y distribuir a partir de ingresos no petroleros”, resaltó por su parte el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami.
En el evento participaron más de 300 empresas públicas, privadas y mixtas de las 15 áreas que forman los motores de la Agenda Económica. “El rumbo está trazado: 15 motores productivos que concatenados entre sí y concatenando las cadenas productivas de cada uno de ellos, pueden generar una potencia y una fuerza económica que sólo tiene Venezuela”, afirmó Maduro, que aprobó la entrega de financiamiento de más de 19 mil millones de dólares y 9 mil millones de bolívares para aumentar la capacidad productiva de empresas y emprendedores nacionales. “Tenemos que seguir recuperando la capacidad productiva de todas las empresas pesadas, básicas, estratégicas (…) Tenemos que hacer un engranaje de verdad de funcionamiento para romper cadenas de bachaquerismo (contrabando y reventa)”, aseguró. El objetivo es desarrollar las principales áreas productivas del país.
Durante la actividad el Presidente dio a conocer la confirmación del ingreso oficial de Venezuela al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura creado por China en 2014, lo que le permitirá al país mayor acceso a financiamiento e inversiones para importantes proyectos de infraestructura.
En materia de abastecimiento, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) –que cumplieron un año en marzo– continúan su proceso de consolidación para llegar a seis millones de familias en todo el país. Uno de los últimos ejes en la lucha contra el desabastecimiento ha sido el pan. La Superintendencia para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) desplegó equipos para garantizar su producción y justa distribución, mientras que los Clap montarán 114 panaderías propias.
En la etapa actual, los Clap buscan convertirse en ejes de producción local de los alimentos más demandados por los venezolanos. “Si en el país hay 30 mil Clap, pues debemos tener también 30 mil proyectos productivos en marcha”, instó Freddy Bernal, autoridad al mando de estos comités. Los Clap también han comenzado a confeccionar uniformes escolares y han abierto centros de empaquetamiento, entre otras actividades. “Sigamos impulsando la transferencia del poder al pueblo, con la comuna, con la organización a través de los Clap, con la sistematización a través del Carnet de la Patria y con el trabajo articulado pueblo-Gobierno”, expresó el presidente Nicolás Maduro.
Venezuela mantiene un índice alto de desarrollo humano
Pese a todo lo que se dice en la prensa internacional sobre la supuesta “crisis humanitaria” del país, el índice de desarrollo humano (IDH) que cada año difunde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo Humano (Pnud), para 188 países del mundo, ubicó a Venezuela por encima de Brasil, México, Colombia y Perú, entre otros de los principales países latinoamericanos. Por supuesto, la noticia fue ignorada por los medios de comunicación que muestran diariamente un panorama sombrío en el país.
“A pesar de la guerra económica, a pesar de todo, Venezuela está en el puesto 71 de 188”, destacó el presidente Nicolás Maduro. Al hacer un análisis de los motivos por los cuales los índices sociales del país no se derrumbaron en 2016 pese a la caída abrupta de los ingresos petroleros y la economía, el jefe de Estado hizo hincapié en la política social del Gobierno: “En Venezuela, por la inversión social, nuestro amor al pueblo, la solidaridad y el socialismo, vamos avanzando”, expresó Maduro.
El puntaje de Venezuela fue de 0,767 (1 es la máxima puntuación y 0 la mínima), por encima de Brasil (0,754), Perú (0,740) y Colombia (0,727).
En cuanto a las misiones sociales, fue entregada la tarjeta de alimentación 530 mil de la Misión Hogares de la Patria en apoyo a las familias más necesitadas y la vivienda número 1.524.337 de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Maduro aprovechó la difusión del informe para solicitar además apoyo a la ONU y el Pnud en el impulso del motor farmacéutico y regularizar la producción, importación y abastecimiento de medicamentos, así como reorientar la industria farmacéutica a las necesidades nacionales. Reconoció también la importancia de trabajar en este aspecto “para atender heridas sociales que golpearon al pueblo venezolano, por la guerra económica y la caída abrupta de los precios del petróleo”.
Argumentos centrales del fallo de la Sala Constitucional
1. La Asamblea Nacional se auto-inhabilitó para ejercer sus funciones al desacatar las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y al cometer sistemáticamente ilícitos constitucionales y delitos penales. El país no cuenta con un parlamento que legisle porque la mayoría opositora así lo decidió.
2. El Estado no puede detenerse porque un grupo pretenda dar golpes continuos a la Constitución. Por eso el TSJ, cumpliendo su función de resguardar el orden constitucional, ha establecido los lineamientos de corrección ante la persistente omisión legislativa (la AN dejó de hacer leyes), conforme lo establece claramente el artículo 336 de la Constitución, numeral 7.
3. El TSJ está asumiendo que la ausencia de un parlamento en funciones atenta contra el orden constitucional, contra la paz y la estabilidad en un momento de graves amenazas internas y externas que requieren medidas jurídicas urgentes.
4. Por eso, con fundamento en la Constitución y en el marco del Estado de Excepción, el TSJ debe garantizar el cumplimiento de las funciones parlamentarias mediante otros órganos, para hacer efectiva la protección del Estado y la Nación, en vista de que la oposición no ha rectificado el desacato y persiste en cometer graves ilícitos constitucionales.
5. El TSJ lo que está decidiendo es proteger al país de no tener un parlamento. Proteger al país de los continuos intentos de golpe que se pretenden dar desde la AN. Proteger al país de un poder inconstitucional que solicita una intervención extranjera ante potencias hostiles. Proteger al país del plan de la derecha nacional e internacional de poner en jaque al pueblo y a las instituciones de la República.
6. El TSJ es el último intérprete de la Constitución. La situación presentada, aunque históricamente inédita, tiene su solución en los principios constitucionales que conforman el Estado Democrático y Social, de Derecho y de Justicia, cuya interpretación corresponde siempre en este y en cualquier país, a los tribunales constitucionales.
7. La denuncia que hace la derecha de un supuesto “golpe” o “autogolpe” en Venezuela, es parte de la misma estrategia de legitimación de una intervención extranjera en nuestra Patria. Golpe de Estado es lo que la derecha intenta cometer continuamente cuando desacata las decisiones del TSJ, cuando promueve la intervención extranjera, cuando pretende activar mecanismos inconstitucionales para derrocar al gobierno legítimo y democráticamente electo por el pueblo, cuando pretende destituir a las autoridades de los demás poderes públicos sin fundamento jurídico alguno, cuando planifica y ejecuta actos terroristas, cuando forma parte de las acciones de desestabilización y guerra económica que impactan negativamente sobre la vida del pueblo y la estabilidad nacional.
8. En Venezuela vivimos una democracia vigorosa, sólida, permanente. Nuestro pueblo toma decisiones locales, regionales y nacionales todos los días a través de los diversos mecanismos que prevé la democracia protagónica.
9. Venezuela es irrevocablemente libre, independiente y soberana. Sus instituciones republicanas funcionan al servicio del pueblo.