06 abril, 2017
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Regionalización de la Udelar, una experiencia para observar
En medio de cuestionamientos al sistema educativo público, la descentralización de la Universidad de la República permite llevar una educación superior de calidad a distintos puntos del país.
La política de descentralización universitaria, en clave regional, cobró vigor durante la presidencia de varios gobiernos progresistas y de izquierda. En Uruguay, la Universidad de la República (Udelar) tiene más de 110 mil estudiantes y se plantea para los próximos años profundizar la presencia en el interior –en diversidad e integralidad– combinando lo local con lo global.
Como en buena parte del mundo, el sistema educativo público uruguayo está fuertemente cuestionado. Particularmente en sus tramos básico y, sobre todo, medio. Por otro lado, con la llegada del Frente Amplio (FA) al gobierno, la Udelar pudo vigorizar una política de descentralización a lo largo de todo el territorio nacional atendiendo una fuerte demanda.
En 1957, un año antes de la aprobación de la ley orgánica de la universidad, instancia de fuertes movilizaciones y de la acuñación de la máxima “obreros y estudiantes unidos y adelante”, se verificaron antecedentes de descentralización universitaria en los departamentos de Paysandú y Salto. Allí se dictaba el primer año de la carrera de abogado. En 1969 se agregaron, ya iniciada la dictadura cívico-militar, clases en las facultades de Arquitectura, Veterinaria, Ingeniería y Agronomía en la sede de Salto. Las casas de Tacuarembó y Rivera se fundaron en 1986 y 1988 respectivamente.
El impulso descentralizador cobró fuerza en el gobierno de José Mujica. En 2011 la Udelar había demandado 132 millones de pesos (más de 4 millones y medio de dólares) para tal propósito y aunque recibió menos de la mitad, los años siguientes el aporte aumentó. Al año 2015, cierre de la gestión de Mujica, porcentualmente el 6,1% de los recursos universitarios se utilizaban en el interior del país.
Inflexión
Hubo un punto de quiebre al comenzar el siglo. En efecto, en 2000 la institución diseñó un proyecto para estudiantes radicados en el interior en el marco del Programa de Desarrollo de la Udelar (Pledur). Los instrumentos fueron diversos: tutorías, clases semipresenciales, carreras cortas y cursos itinerantes. Se comenzó a pensar la descentralización y la regionalización desde diversas perspectivas y con otra solidez.
En 2005 tal política cobró dimensión, gracias a la decisión de la autoridad universitaria y la correspondiente asignación presupuestal realizada por el FA. Desde la Udelar, institución con autonomía técnica, política y presupuestal (ésta última relativa) se planteó el principio de “equidad territorial y social con pertinencia e inclusión social” para llevar adelante la descentralización.
Llegar al estado actual, con dos de tres Centros Universitarios Regionales (Cenur) funcionando supuso un conjunto de decisiones, implicancia de las comunidades, gobiernos locales, asignación de recursos y montaje de estructuras. En este escenario, las debilidades más fuertes tenían que ver con la ausencia de adecuadas estructuras edilicias y masa crítica. A juicio de Gregory Randall, ex prorector de Investigación en gestión de Rodrigo Arocena, el Cenur es un “organismo universitario de nuevo tipo que articularía y potenciaría el conjunto de la actividad universitaria en un determinado territorio”.
Como una especie de efecto cascada surgieron diversos instrumentos como los Programas Regionales de Enseñanza Terciaria (Pret), que definieron áreas temáticas de interés. En la compleja trama que supone la nacionalización de la Udelar se delimitaron polos de desarrollo y se buscó mantener las clásicas funciones universitarias: enseñanza, investigación y tareas de extensión.
Un dato relevante, que dimensiona la política desplegada desde la Udelar, indica que los ingresos de estudiantes a carreras afincadas en el interior pasaron del 4% en 2010 al 13% en 2014. En números, el salto fue de 583 a 3.633 inscriptos para cursar alguna de las casi 100 ofertas de grado, entre las que se incluyen carreras nuevas con pertinencia social y territorial.
Recientemente el rector universitario, Roberto Markarian, informó que a diferencia de los subsistemas educativos, la Udelar crece a un ritmo de 4% anual y este año recibió a 20 mil nuevos estudiantes.
Las comunidades y gobiernos locales apoyan con fuerza este proceso descentralizador y han realizado sus propios aportes para que se atiendan las particularidades regionales en cada parte del país. Entre otros motivos, porque el 80% de la producción científica nacional sale de esta centenaria institución pública que, pese a su rigidez, implementa una política de amplio impacto nacional.
Profundizar la democratización
Caminar hacia “la equidad geográfica y social con pertinencia”, como se lee en distintos documentos universitarios, fue posible luego de diagnósticos, recepción de demandas, estudios de viabilidad y asignación de recursos. Los gobiernos del FA, que son en definitiva los que asignan los recursos, hicieron posible tal política, ya que antes la enseñanza en general, y la universitaria en particular, sobrevivía con menguados recursos y periódicos recortes de gastos. Por ejemplo, la facultad de Ciencias Sociales tardó una década en acondicionar y montar una nueva estructura. En cambio, en febrero de este año se inauguró la flamante Facultad de Información y Comunicación, que se construyó en apenas tres años.
La Udelar aspira a profundizar estos cambios con la intención de avanzar en lo que algunos califican de segunda reforma universitaria. Pero depende exclusivamente de la asignación presupuestal que haga el Gobierno, cuando el déficit fiscal ya llega al 4% del PIB.
Si se toma la educación en conjunto, los recursos volcados no llegaron al 4,5% del PIB, la cifra prometida por el FA y demandada por organizaciones sociales y sindicales. En el último año fiscal, la inversión educativa representó un 3,9% de la economía nacional.
La regionalización de la Udelar es una apuesta a la democratización del acceso y permanencia en la educación superior, fundamental para que pueda estudiar una carrera universitaria alguien nacido en cualquier punto del país. La otra opción es crear nuevas universidades a nivel regional, pero tras un vasto debate se adoptó el plan de regionalización de la prestigiosa Udelar.
La experiencia cuenta con amplio respaldo en la sociedad y la institución va evaluando permanentemente su ejecución. Un punto clave que todavía debe analizarse en profundidad es si la regionalización está permitiendo la democratización del acceso y permanencia en la universidad de sectores sociales antes excluidos.
En paralelo, e implantada en varios puntos del país (Colonia, Fray Bentos, Durazno), se viene armando desde la aprobación parlamentaria en 2013 la Universidad Tecnológica (Utec). La creación de nuevas universidades –también se evalúa retomar la creación de la Universidad de la Educación– por ahora no se plasmó porque los sectores más conservadores reniegan de una de las esencias de estos centros de formación: su gestión cogobernada por los actores directamente involucrados.
El cercano debate parlamentario y la movilización de los actores y defensores de la enseñanza pública, en este caso universitaria, determinarán si la regionalización de la Udelar se podrá profundizar y completar su alcance territorial.
Desde Montevideo, Darío Rodríguez Techera
Matrícula feminizada
Acompañando una tendencia general que tiene que ver con una mayor presencia de la mujer en distintos ámbitos sociales, un 63,8% de la matrícula en el nivel de grado de la Universidad de la República (Udelar) corresponde a las mujeres.
De los poco más de 110 mil estudiantes, casi la mitad cursa algunas de las formaciones ubicadas en las áreas social (Comunicación e Información, Ciencias Sociales, entre otras) o artística (Bellas Artes, entre otras); el resto, casi en partes iguales, cursa en salud (Medicina, Odontología, entre otras), tecnologías (Ingeniería y Arquitectura) y ciencias de la naturaleza (Agronomía y Ciencias).
Oferta universitaria
A lo largo de todos sus servicios, la Universidad de la República (Udelar) –en distintas disciplinas e interdisciplinas– brinda 97 carreras de grado y 11 títulos intermedios. A nivel de posgrado, brinda 32 doctorados, 81 maestrías y 164 diplomas. Cada uno de estos títulos tiene diferente alcance y profundidad.