Paro contra la violencia machista
06 abril, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
En el día internacional de la mujer
Argentina formó parte de una acción mundial inédita. La jornada se destacó por otra multitudinaria movilización de mujeres. Crece la lucha y hay mayor organización, pero los femicidios no bajan
El pasado 8 marzo, Día Internacional de la Mujer, se convocó por primera vez a un paro internacional que alcanzó a 55 países de los cinco continentes. En Argentina hubo elevada participación que se materializó primero en un “ruidazo” y luego en una multitudinaria marcha de más de 80 mil mujeres del Congreso a la Plaza de Mayo de la Ciudad de Buenos Aires. Numerosas movilizaciones se realizaron a lo largo y ancho del país.
“Basta de femicidios”, “No quiero morir por ser mujer”, “Si te pega, no te quiere”, “Ser macho no es ser hombre”, “Nos quitaron tanto que nos quitaron el miedo”, “Basta, paren de matarnos, basta”, fueron algunas de las consignas que se destacaron entre las miles que las mujeres llevaron a la marcha en remeras, carteles y hasta en su propia piel.
El documento que se leyó en el acto puso énfasis en el carácter colectivo e internacionalista del movimiento feminista en lucha contra el patriarcado. Los objetivos fueron: denunciar las desigualdades en el trabajo; frenar la violencia y los femicidios; luchar por el aborto legal, seguro y gratuito; y responsabilizar al Estado por la falta de aplicación del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la violencia contra las mujeres.
En Argentina hay un femicidio cada 18 horas y en los dos primeros meses de 2017 hubo 57 mujeres asesinadas. Si bien es difícil conocer el número real sobre la violencia de género, ya que aún no hay estadísticas oficiales regulares que la reflejen, la organización Casa del Encuentro estima que entre enero de 2016 y noviembre del mismo año hubo 230 mujeres muertas por violencia de género.
Entre 2008 y 2015 hubo en el país 2.094 femicidios (incluídas mujeres y niñas), con un aumento de 78% entre el primer y último año. Los datos revelan que dos de cada 10 mujeres asesinadas habían denunciado hechos de violencia de género; que diariamente se registran 50 ataques a mujeres y que nueve de cada 100 mil mujeres son violadas en Argentina.
Sin embargo, en 2015 sólo un tercio de la sociedad lograba identificar el concepto de “femicidio”. Según una encuesta de la consultora Ibarómetro, el 39% de los argentinos desconocía lo que era un femicidio, mientras que 30% lo asociaba al asesinato de mujeres por razones de género y el 31% restante lo identificaba con “cualquier acto de violencia contra mujeres por razones de género”.
De las 230 muertes entre enero y noviembre de 2016, 62 fueron en la vivienda de la víctima, 59 en la vivienda compartida con el agresor y 14 en la casa del femicida. Esto señala la convivencia constante que tienen las mujeres con la violencia y abre interrogantes sobre la capacidad del Estado para tener presencia en los hogares, que son el lugar de más de la mitad de los femicidios. Del total de las mujeres asesinadas, sólo 16 habían realizado denuncias y 12 habían conseguido que la justicia impusiera una exclusión del hogar o prohibición que debía protegerlas del agresor.
Patriarcado y machismo
La reconocida feminista e historiadora Gerda Lerner (1920-2013) definió al patriarcado como “la manifestación e institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad en general”. En tanto que el machismo podría definirse como una actitud de prepotencia con respecto a las mujeres.
Según el Índice Nacional de Violencia Machista, campaña encabezada por especialistas de género, periodistas y voluntarios de la sociedad civil, el 97% de las entrevistadas sufrió al menos alguna vez un tipo de acoso callejero y el 92% algún tipo de estigmatización por el sólo hecho de ser mujer (incluidos los casos de mujeres transexuales).
En línea con estos datos, la consultora Ibarómetro realizó en 2015 un estudio sobre machismo y cultura de género, donde indagó a hombres y mujeres sobre el rol de ambos géneros. Algunas respuestas ilustran la cultura machista existente en Argentina: el 60,7% cree que el rol más importante de la mujer es cuidar de su hogar y cocinar, sin que haya diferencias entre la opinión de las mujeres (61%) y de los hombres (60,3%). Respecto a la limpieza del hogar, el 26% cree que las mujeres son quienes se ocupan principalmente de eso porque “por naturaleza son mejores para esas tareas”.
Finalmente, otro de los datos interesantes de la encuesta señala que la mayoría de los hombres (56,9%) cree que “en última instancia, debe ser el hombre quien decida las cuestiones importantes de la familia y el hogar“, y el 31,2% de las mujeres también lo cree.
Argentina y el contexto mundial
Más allá del agravamiento de la violencia de género en el país, hay otros campos donde las desigualdades entre mujeres y hombres cobran protagonismo.
La presencia de mujeres en el Estado está cerca de alcanzar el 50% en Argentina y en el Poder Ejecutivo ya se alcanzó esa cifra. Sin embargo, en los cargos jerárquicos la brecha entre hombres y mujeres se amplía, ocupando ellas sólo el 30% de los espacios de poder. En el gabinete nacional, Mauricio Macri eligió tres ministras mujeres –Patricia Bullrich, en Defensa; Carolina Stanley en Desarrollo Social y Susana Malcorra en Cancillería– y 11 ministros hombres. En la provincia de Buenos Aires, si bien hay una gobernadora mujer, María Eugenia Vidal, en el gabinete sólo hay una ministra.
En el Congreso, la proporción de mujeres es del 36%, siendo Argentina uno de los 25 países con mayor participación femenina según el ranking elaborado por el sitio Close The Gap. Durante 2016 naufragó la Ley de Equidad de Género para la conformación de las listas, pero sigue la reglamentación que obliga a que el 30% de los candidatos legislativos sean mujeres. En los tres primeros puestos se encuentran Ruanda (64%), Bolivia (53%) y Cuba (49%). Ecuador, en octavo puesto (42%), completa la presencia suramericana entre los primeros 25 países.
Respecto a la desigualdad en el trabajo, sin tener en cuenta a las mujeres que desempeñan tareas domésticas en sus hogares, la brecha entre el porcentaje de hombres y mujeres que trabajan es muy amplia en los países de Oriente Medio y África: Afganistán (el 80% de los hombres – el 16% de las mujeres); Siria (73%-13%) y Paquistán (83%-24%). El país suramericano donde la diferencia es mayor es Paraguay (85%-25%) y la brecha es menor en Perú (84%-68%) y Bolivia (81%-64%). Argentina se encuentra en el puesto 123, con una distancia de 28 puntos (75%-47%).
Deudas pendientes
En este contexto de incremento de los femicidios, cabe resaltar el aumento de la conciencia sobre la violencia de género o violencia machista. Esta concientización, a partir de marchas multitudinarias convocadas por el colectivo Ni una Menos, a las que se sumaron amplios sectores de la sociedad, han puesto en jaque la ausencia del rol del Estado durante los tres gobiernos kirchneristas y el tiempo que lleva el actual gobierno de Cambiemos.
Si bien en marzo de 2009 se sancionó la Ley de protección integral a las mujeres (Ley 26.485), los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández avanzaron poco en el cumplimiento de la misma. La ausencia de un índice oficial fue uno de los mayores reclamos, al punto que la Corte Suprema de Justicia presentó recién en 2015 su Registro de Femicidios.
La primera marcha de Ni Una Menos, realizada el 3 de junio de 2015, fue una olla de presión para los reclamos de cientos de organizaciones sobre la violencia de género, ignorados durante años. Luego de la marcha se multiplicaron los llamados al número 144, línea del Consejo Nacional de Mujeres, y se incorporaron 50 operadores para tomar las denuncias. Además, el gobierno nacional anunció la creación de la Unidad de Registro de Femicidios (que aún no funciona) y de unidades de registro en las provincias, además de la construcción de refugios para denunciantes.
Sin embargo, el 11 de enero pasado el Ejecutivo dictó un decreto para recortar a la mitad el presupuesto del Consejo Nacional de Mujeres (CNM), que según la Ley de Presupuesto era de 116,5 millones más una partida especial de 47 millones para la implementación del Plan Nacional de Acción para la Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres (PNA). El decreto firmado por el jefe de Gabinete Marcos Peña redujo 20 millones al presupuesto del CNM y 47 millones para la aplicación del plan. Organizaciones feministas llevaron este reclamo a la Justicia y aún esperan su resolución.
Mientras tanto la violencia de género no se reduce en el país.