Estados Unidos combate a fuerzas iraníes en Siria
30 mayo, 2017
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El llamado Ejército Libre Sirio (ELS), opositor al presidente Bashar al Assad y apoyado por Estados Unidos, inició a fines de mayo una ofensiva contra las milicias iraníes que ayudan al gobierno sirio en el desierto oriental. Antes de ese avance la coalición que lidera Washington bombardeó la zona.
EL ELS explicó que el objetivo de la llamada “batalla del Volcán del Desierto” es “limpiar a las milicias iraníes y extranjeras”. Las milicias iraníes son rechazadas tanto por los grupos que buscan la caída de al Assad como también por Washington, Israel y Arabia Saudita, con intereses en esta guerra.
El presidente Donald Trump, en su reciente visita a Arabia Saudita, pidió que todas las naciones trabajen “para aislar a Irán y sus fondos que financian el terrorismo”. A su lado el rey saudita, Salman bin Abdelaziz, asintió: las autoridades iraníes son las promotoras del terrorismo global.
El recientemente reelecto presidente iraní, Hasan Rohaní, reafirmó que su país “continuará combatiendo y usará toda su capacidad para lograr la paz en Siria”. “¿Qué hicieron el resto?”, se preguntó. “Quienes apoyaron a los terroristas no pueden proclamar que luchan contra el terrorismo”, reflexionó.
Durante los bombardeos de la coalición fallecieron el 18 de mayo cerca de una decena de combatientes aliados a al Assad, en su mayoría extranjeros.
Uno de los bombardeos la llamada “coalición internacional” comandada por Estados Unidos mató el 23 de mayo a 20 civiles en la provincia siria de Al Raqa (noreste), según el antigubernamental Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
La provincia de Al Raqa es una de las últimas en las que permanece fuerte el Estado Islámico (Daesh). Allí combaten las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una alianza liderada por milicias kurdas y apoyada por los aviones de “la coalición” y por militares de Estados Unidos sobre el terreno.
También sobre finales de mayo las autoridades sirias declararon “libre de armas y de armados” a la ciudad de Homs. Esto se logró tras la salida de los últimos rebeldes y sus familias del único barrio donde había presencia insurgente, gracias a un acuerdo entre las partes.
El gobernador de la provincia de Homs, Talal al Barazi, dijo que la localidad “es hoy una ciudad segura y ahora la prioridad es la vuelta de la estabilidad”. Estimó que un 30% del distrito fue destruido.