30 mayo, 2017
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¿Dirige Francisco un Partido en Argentina?
La influencia del Papa se extiende de manera transversal en la política nacional, en organizaciones sociales y sindicatos. También crece el apoyo económico a la Iglesia desde todo el Estado.
Pese a que un extendido sector del catolicismo institucional con centro en el Vaticano ha lanzado ya una ofensiva contra el Papa Francisco, el Índice Global de Líderes de Opinión ponía a fines de 2016 a Jorge Bergoglio en primer lugar entre las personas con mayor influencia en las plataformas digitales de contenidos.
En Argentina, su influencia política y social se extiende por todo el país y es transversal a líderes y partidos políticos, organizaciones sociales y organizaciones no gubernamentales. Figuras de relieve en el movimiento peronista, autodenominados “los amigos del Papa Francisco”, presentaron en octubre del año pasado la Red Laudatista basándose en la encíclica “Laudato Si”. Se reúnen cada 20 días dirigentes de diversos partidos políticos nucleados por el signo peronista: Fernando Solanas (Proyecto Sur), Felipe Solá (Frente Renovador), Gabriel Katopodis (PJ), Omar Plaini y Héctor Daer (CGT), Julián Domínguez, Eduardo Valdés, Cristina Alvárez Rodríguez, Víctor Santa María (PJ), Gustavo Vera (Bien Común), Hernán Patiño Mayer y Federico Cuomo (UIA). Los consensos construidos giran en torno a “recuperar la soberanía energética”, “redistribuir la riqueza con equidad social” y “exigir al Estado que garantice la seguridad”.
Pero los lazos del Papa no se limitan sólo a la dinámica política. Las Scholas Occurrentes son un proyecto que creció sin demasiada fuerza en Argentina, durante 2001. Amparadas en la fundación homónima, proponen “hacer realidad la cultura del encuentro que propone el Papa Francisco para el mundo entero a través del cambio educativo”. En tan sólo cuatro años se han expandido a España, Paraguay, Mozambique y el Vaticano y multiplicado los aportes económicos de empresas. Entre los sponsors de estas instituciones educativas aparece el Ministerio de Educación de la Nación.
En Argentina sus directivos Enrique Palmeyro y José Del Corral, fueron señalados por recibir 18.427.246 de pesos de la administración kirchnerista para la construcción de una sede en Buenos Aires que jamás se construyó. A su vez, los responsables de Scholas recibieron un reproche de Francisco, quien les pidió que no aceptaran 16 millones de la administración macrista, solicitados por ellos con anterioridad.
En el sector sindical, más allá de la Red Laudista, el Papa fomentó la creación de un posgrado para dirigentes gremiales dirigido por la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires, en la Universidad de San Martín. La propuesta era que se formaran en filosofía, antropología, sociología, historia y también en técnicas de liderazgo. Una decena de organizaciones se sumaron al acuerdo y enviaron dirigentes, entre ellos Upcn, Atsa, los Trabajadores de la Alimentación, Sindicato del Seguro, Sadop y Sutecba (docentes), Focra (ceramistas) y la Asociación Bancaria. Los primeros egresados ya viajaron a vistar al Papa en 2016 y estuvieron reunidos durante más de dos horas entre diálogos, bendiciones y fotos.
También en el oficialismo
La gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, también visitó al Papa a fines de febrero de este año. Según sus declaraciones, la reunión era privada, para dialogar sobre la situación social en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, la foto entre ambos trascendió a la prensa justo antes de que Vidal comenzara la paritaria con los docentes.
Buenos Aires es la provincia que más dinero destina a educación privada, alrededor de 15 mil millones de pesos anuales, de los cuales la mayor parte son para las escuelas católicas. El 30 de diciembre de 2016, el gobierno de Vidal habilitó un subsidio de 4,7 millones de pesos destinado a los Seminarios Arquidiocesanos y Diocesanos, a cuenta del Presupuesto del Ejercicio 2016 (Resolución 369/16). Y en octubre, vetó la resolución de su Ministerio de Salud para reglamentar la adhesión al protocolo de aborto no punible.
Carolina Stanley es ministra de Desarrollo Social de la Nación y la responsable de sostener un buen diálogo con las organizaciones sociales. Dentro de sus filas, el contacto con la iglesia y con sectores cercanos a Francisco es múltiple: nombró como viceministro a Gabriel Castelli, ex dirigente de Cáritas, miembro de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa y miembro del Consejo de Administración de la Universidad Católica. A su vez, la Subsecretaria de Responsabilidad Social es Victoria Morales Gorlieri, militante contra el aborto y ex secretaria de la Vicaría Episcopal de Educación durante una década, años en que Bergoglio era la máxima autoridad en Buenos Aires.
Más dirigentes cercanos al Vaticano
“El Papa habla con lo que dice, con lo que calla y con los gestos”, explica el cura Carlos Accaputo, una de las personas que más conoce a Bergoglio de su trabajo como arzobispo de Buenos Aires. El pontífice sigue esquivando su país de origen y este año ya anunció que no recibirá a más políticos argentinos hasta que pasen las elecciones. En una de sus entrevistas al diario El País, aseguró que siente que “los políticos lo usan”.
En su época de arzobispo de Buenos Aires fueron Gustavo Vera, de la Fundación La Alameda, y Juan Grabois algunos de los primeros actores políticos mencionados como cercanos al por entonces Bergoglio. Trascendió igualmente que el ex diputado Claudio Lozano era asesor económico de Bergoglio. También Elisa Carrió era una de las personas de quien se lo pretendía cercano, al menos hasta que desde la Coalición Cívica acompañó la sanción del matrimonio igualitario. La misma discusión llevó al cura a distanciarse de Mauricio Macri, cuando el ex presidente de Boca le dio vía libre a sus diputados y senadores para que decidan “a conciencia” su voto.
Gustavo Vera logró ser legislador porteño en 2013, de la mano precisamente de Carrió. Juan Grabois, hijo de un conocido dirigente de la derecha peronista de los años 1960, encabeza actualmente la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep) y a fines de 2016 fue designado por Francisco para el cargo de Consultor Pontificio.
Numerosas organizaciones hicieron a mediados de 2016 la “Marcha por San Cayetano”, primera movilización multitudinaria contra el gobierno de Macri para pedir “Pan, Paz y Trabajo”. A fines de 2016, lograron con respaldo oficial la sanción de la Ley de Emergencia Social.
El llamado “Papa peronista” recibió en los primeros meses de su papado en 2013 a la ex presidente Cristina Fernández, con quien había estado duramente enfrentado durante su gestión como arzobispo (se habían reunido tres veces, pero el jesuita había solicitado 14 audiencias). En cuanto su nombre fue pronunciado por la curia que lo eligió en Roma, muchos oficialistas de entonces salieron a cuestionarlo públicamente, en particular por su rol como presunto entregador de curas que defendían la teología de la liberación durante la última dictadura militar.
El 18 de marzo de 2013, luego de la primera reunión con Cristina Fernández (como Papa tuvo siete en total), las voces opositoras a Francisco fueron silenciadas y unificadas en torno a la militancia social que Bergoglio había tenido en su carrera como cura. El impulso de sectores kirchneristas a la Ley de aborto legal, seguro y gratuito fue acallado, incluso con polémicas entre el ministro de Salud Daniel Gollán y el jefe de Gabinete Aníbal Fernández que salió a desmentir un supuesto impulso del Gobierno sobre esta política de salud pública. Durante el kirchnerismo se restauraron varias iglesias con fondos públicos, entre ellas la Basílica de Luján.
Pasadas las elecciones de 2015 y con Macri triunfante, Francisco recibió al Presidente y su esposa en una visita extremadamente protocolar, que sólo duró 22 minutos. Si bien luego hubo nuevas y más extensas visitas que calmaron las aguas, la influencia del Papa se hizo sentir del lado de la oposición a Macri y Cambiemos.
En lo profundo del Estado
Pese a que en teoría es laico, el Estado argentino está obligado por ley a sostener a la Iglesia Católica, partiendo del artículo 2 de la Constitución Nacional que dice: “el Estado Federal sostiene el culto Católico Apostólico Romano”. En 1979 la dictadura militar sancionó el Decreto Ley 21.950, que ordena al Estado hacerse cargo de las asignaciones mensuales, jubilaciones y demás beneficios a arzobispos y obispos. Durante la dictadura se sancionaron dos leyes más que obligan a subsidiar a sacerdotes de zonas de frontera o muy desfavorecidas y a seminaristas.
Este año el presupuesto nacional para la Secretaría de Culto será de casi 170 millones de pesos, destinados a 140 arzobispos/obispos, 640 sacerdotes y 1.200 seminaristas. Además, hay cerca de 100 millones de pesos destinados a la restauración de basílicas e iglesias. A estos aportes hay que sumarles los de cada provincia y los subsidios a la educación católica, que no aparecen diferenciados en los presupuestos estatales.