Congreso estadounidense voltea acuerdos entre Trump y Putin
07 agosto, 2017
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“Esta ley hace más complicado que Estados Unidos alcance buenos acuerdos para el pueblo estadounidense y acercará mucho más a China, Rusia y Corea del Norte”. Con estas y otras consideraciones el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, promulgó la ley que impone nuevas sanciones contra Rusia.
El mandatario dejó explícito su desacuerdo con la norma que él mismo promulgó el 2 de agosto. La ley había sido votada una semana por una contundente mayoría de representantes y senadores de los partidos Republicano y Demócrata.
La iniciativa contempla sanciones que afectan a la industria petrolera y minera de Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones de 2016 en Estados Unidos para perjudicar a la demócrata Hillary Clinton, derrotada por Trump. También penaliza a Rusia por su actividad militar en el este de Ucrania y su anexión de Crimea en 2014 y castiga a responsables de hipotéticos ciberataques y a personas que supuestamente hayan suministrado armas al gobierno de Siria.
Tras la promulgación, Trump emitió un comunicado en el que implícitamente lamenta que esta ley del Congreso llegue en momentos de acercamiento político con Rusia. Dos semanas antes de la aprobación en la Cámara de Representantes el mandatario se había reunido con el ruso Vladimir Putin en la cumbre del G20 en Hamburgo.
También se lamentó por lo que el Gobierno estadounidense considera una invasión del Poder Legislativo en el Ejecutivo ya que, para cancelas estas sanciones, el Presidente necesita la anuencia del Congreso. La ley contiene “varias provisiones claramente inconstitucionales que sustituyen la autoridad constitucional exclusiva del presidente”, dijo. Aseguró que promulgó la norma “por el bien de la unidad nacional”.
Apenas confirmada la validación de la ley, el portavoz del gobierno ruso, Dmitri Peskov, sostuvo que “de facto no cambia nada. No hay nada nuevo. Ya se han tomado las medidas de respuesta”. Antes de eso Peskov anticipó que “la salida de esta situación (de tensión entre ambos gobiernos) radica en expresar la voluntad política de mejorar las relaciones, en un proceso de rehabilitación del agravamiento de la esquizofrenia política y en la renuncia a los intentos de imponer un dictado por medio de sanciones”.
El presidente del Comité de Asuntos Internacional de la Duma de Rusia (cámara baja), Konstantín Kosachev, consideró que “Estados Unidos no ha dejado oportunidad a una cooperación constructiva. Durante años (¿o décadas?) esa cooperación tendrá un carácter selectivo, no sólo por la parte estadounidense, sino también por la rusa”.
Antes de que se conociera la firma de Trump, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia indicó que las sanciones son “un paso muy serio hacia la destrucción de las posibilidades de normalizar las relaciones”.
Como represalia a la sanción del Congreso el Gobierno ruso dispuso la semana pasada recortar el personal diplomático y colaboradores estadounidenses en su embajada en Moscú y en los consulados de San Petersburgo y otras ciudades.