El Papa pidió a los colombianos reafirmar la paz y evitar venganza
En su primer discurso oficial en Colombia, Francisco animó a los colombianos a continuar con el proceso de paz y les pidió «construir la unidad» de la nación. «No están solos», les dijo en Bogotá.
En su segundo día de visita oficial a Colombia el jefe del Vaticano dio un discurso frente a las autoridades políticas del país entre las que estaba el presidente Juan Manuel Santos.
«Cuanto más difícil es el camino que conduce a la paz y al entendimiento, más empeño hemos de poner en reconocer al otro, en sanar las heridas y construir puentes, en estrechar lazos y ayudarnos mutuamente», dijo Jorge Bergoglio.
«Es mucho el tiempo pasado en el odio y la venganza. La soledad de estar siempre enfrentados ya se cuenta por décadas y huele a cien años; no queremos que cualquier tipo de violencia restrinja o anule ni una vida más», dijo.
Francisco parafraseó al escritor colombiano Gabriel García Márquez, a quien luego citó explícitamente durante el discurso.
«Señoras y señores, tienen delante de sí una hermosa y noble misión, que es al mismo tiempo una difícil tarea. Resuena en el corazón de cada colombiano el aliento del gran compatriota Gabriel García Márquez: Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida», dijo.
El Pontífice también recordó las palabras de «Gabo» cuando aceptó el Premio Nobel de Literatura en 1982: «ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera».
La prensa colombiana e internacional hizo notar la ausencia a este encuentro del ex presidente Álvaro Uribe, quien dinamitó hasta último momento los acuerdos de paz impulsados por Santos.
Entre las primeras actividades como parte de los cinco días que estará en Colombia, el Papa fue acompañado por 22.000 jóvenes que se congregaron en la Plaza de Bolívar de Bogotá.
Para había anticipado que este encuentro con los jóvenes sería «escucharlos y aprender». Durante su discurso les pidió «mantener viva la alegría» y no permitir «que nada ni nadie la robe».