Crisis de gobierno en Alemania y tensión en la UE
27 noviembre, 2017
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Las difíciles negociaciones para formar un gobierno de coalición en Alemania generaron alarma sobre el futuro político de Angela Merkel y la posible nueva convocatoria a elecciones en marzo próximo. También preocupa a la Unión Europea (UE) y amenaza con frenar los avances en la agenda política del bloque en momentos donde se discute entre otras cosas el alejamiento de Gran Bretaña (Brexit).
Está pendiente también la discusión en la UE sobre migraciones y la reforma de la eurozona, ámbitos donde el gobierno alemán tiene una alta incidencia. La influencia de la principal economía del bloque es necesaria, además, para resolver asuntos como el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos o crear un mecanismo de estabilización fiscal que permita reaccionar ante las futuras crisis.
Las conversaciones para formar un nuevo gobierno en Alemania, tras las elecciones de septiembre, terminaron el 20 de noviembre sin acuerdos y exhibieron el debilitamiento político de Merkel tras 12 años en el poder.
Tras cinco semanas de negociaciones, el partido de Merkel (CDU), los socialcristianos, los liberales (FDP) y los Verdes intentaron sentar las bases para un acuerdo de gobierno por un nuevo período de cuatro años. Pero el plazo acordado se venció y los liberales anunciaron públicamente el fracaso de las conversaciones. “Es mejor no gobernar que gobernar mal”, argumentó Christian Lindner, del FDP.
“Es un momento para reflexionar profundamente sobre cómo deben seguir las cosas en Alemania. Yo como canciller en funciones voy a hacer todo lo que está en mis manos para que el país siga siendo bien dirigido durante estas semanas difíciles”, declaró Merkel tras la ruptura de la mesa de negociaciones.
La canciller alemana debió informarle sobre la falta de acuerdo de gobierno al presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, un socialdemócrata que lleva siete meses en el cargo. El propio dirigente decidió ponerse al frente de una nueva ronda de negociaciones y pedir a todos los partidos con representación parlamentaria que tengan “disposición al diálogo” y permitan formar un nuevo gobierno en el corto plazo.