Los Contamientos de Sueños, una obra hecha por niños
29 enero, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
Teatro comunitario en Buenos Aires
En el Circuito Cultural Barracas de Buenos Aires los chicos hacen su propia obra. Un proyecto de arte comunitario que ya tiene 20 años.
“Somos contadores de sueños, contadores de sueños despiertos”, cantan los niños, niñas y adolescentes de 6 a 16 años del Circuito Cultural Barracas de la Ciudad de Buenos Aires. Lo hacen en su nueva obra Los contamientos de sueños, un espectáculo para todo público hecho por ellos.
La obra surgió del espacio que coordinan Mariana Brodiano y Néstor López dentro del grupo de teatro comunitario del Circuito Cultural Barracas. Actuar, jugar, soñar y crear, está todo relacionado entre sí para “los contadores de sueños”. “En cada encuentro nos contamos nuestros sueños, los compartimos, e inventamos mecanismos para representarlos y recordarlos. En esta ceremonia en forma de juego, ponemos de manifiesto nuestros temores, deseos, anhelos, sueños de éxito, pesadillas. Y no sólo son los sueños del imaginario propio, sino también del imaginario colectivo”, explica Mariana Brodiana, la directora de la obra.
En el teatro comunitario trabajan todas las generaciones juntas y en el Circuito los chicos siempre integraban las obras hechas por los adultos. Pero hace dos años empezaron a pensar en la posibilidad de armar un espectáculo desde los propios niños y niñas, y fueron los chicos quienes comenzaron a contar sus sueños. “Se hacían rondas interminables, no querían parar de contar lo que habían soñado, eran sueños de miedo, de éxito, sueños despiertos, que empezamos a relacionar con sus deseos. Estaba el sueño individual pero también el sueño colectivo y nos dimos cuenta de que era una linda temática para una obra”, recuerda Mariana Brodiano.
En relación con el proceso creativo, Brodiano contó que a los niños “les fascina” y, aunque sostener esa fascinación es difícil, están muy entusiasmados con la obra. “Tienen mucho laburo, llevan sobre sus hombros el espectáculo, con lo que eso implica: sostener la presencia escénica, animarse a comunicarse con los demás. Por otra parte, se genera una paridad entre las diferentes edades: todos hablan por igual, tanto el de 6 como el de 16”, relata la directora.
Concepción
Para los vecinos y vecinas del Circuito, la creatividad es una esencia humana y no un don de elegidos. “Para nosotros el arte es un derecho de todas las personas y lo ponemos en acción con nuestro proyecto. Hacemos memoria, construimos identidad, ficcionamos, ponemos en escena la otra palabra del habitante de nuestro barrio, nos convertimos en protagonistas y compartimos la posibilidad de imaginarnos y transformarnos colectivamente. Esta es nuestra construcción política comunitaria”, explican.
No sólo los vecinos y vecinas que actúan integran el Circuito, sino también las instituciones del barrio, los comerciantes, las empresas cercanas a su sede, así como también los miles de espectadores que anualmente asisten a sus espectáculos. También participan los grupos de teatro comunitario de otros barrios, otras ciudades y otros países, con los cuales comparten saberes e intercambian potencialidades.
“Somos un grupo autogestionario. Generamos recursos propios, que representan más del 60% de los recursos totales, con la presentación de nuestros espectáculos. En estos 20 años hemos desarrollado una práctica de gestión de recursos realizando proyectos de arte comunitario que presentamos ante diversas instituciones y organismos: Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Conami, Instituto del Teatro, Proteatro, Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Mecenazgo de la Ciudad de Buenos Aires, Dirección General de Fortalecimiento de la Sociedad Civil, Centro Metropolitano de Diseño”, describen los coordinadores.
Como este proyecto necesita del apoyo de toda la comunidad, desde la organización idearon la figura de “Amigo del Circuito”, mediante la cual se puede contribuir con un aporte mensual, ayudando a fortalecer este proyecto de arte y transformación social que llevan a cabo más de 300 vecinos del barrio, proponiendo una construcción colectiva que permita lograr una mejor calidad de vida. Los Amigos del Circuito son parte del proyecto y reciben entradas libres de cargo para los espectáculos durante todo el año.
Origen
El Circuito Cultural Barracas es un proyecto de arte comunitario, un ámbito de trabajo colectivo para imaginar y producir ideas, valores y prácticas que sean puentes entre las diferentes realidades, generaciones y espacios geográficos de la comunidad.
El lugar donde hoy se desarrolla este grupo de teatro comunitario nació en falsa escuadra, desafiando las futuras normas de catastro, en un galpón del barrio de Barracas que en 1886 cobijó a la Hilandería de Bettinelli. “Destino transgresor de este viejo galpón que hoy ampara bajo su cielo de chapa los sueños de decenas de vecinos del barrio”, dicen desde el Circuito.
Fue hilandería, carpintería y hoy teatro, disimulando sus achaques detrás de un mural que los maestros Gasparini y Ana Serralta tatuaron en su frente. Hoy es un espacio de expresión, aprendizaje y encuentro durante toda la semana y durante los fines de semana se convierte en una fiesta con sus espectáculos de creación colectiva. Además, ha sido punto de reunión de diversos espacios de construcción artística comunitaria: Red Nacional de Teatro Comunitario, Red de Bienestar Comunitario de Barracas, Cultura Viva Comunitaria, Red Latinoamericana de Arte y Transformación Social, Red Latinoamericana de Teatro en Comunidad. Y es también lugar de visita y recorrido para los jardines, escuelas primarias y secundarias, como de otros espacios de educación no formal del barrio, que lo visitan para conocer su historia y funcionamiento.
Currículum institucional
El Circuito Cultural Barracas fue creado como Asociación Civil en 2001, aunque como organización funciona desde abril de 1996. “Desde entonces desarrollamos un proyecto artístico comunitario, participativo e inclusivo, que tiene como eje la promoción de la organización y el desarrollo comunitario a partir de prácticas artísticas generadas por los vecinos”, explican sus coordinadores.
El nombre “Circuito” expresa su forma de trabajo, que busca generar sinergias entre diferentes actores comprometidos con el desarrollo comunitario y promover que el proyecto “circule” o “atraviese” las distintas realidades socioeconómicas y culturales del barrio, conformado mayoritariamente por sectores medios-bajos y pobres.
Los ejes centrales que organizan este proyecto artístico comunitario son la movilización y promoción de la organización de los vecinos de todas las edades a partir de prácticas artísticas y culturales, el incentivo del desarrollo de las capacidades creativas de las personas en el marco de propuestas artísticas colectivas, la realización de talleres de teatro, dramaturgia colectiva, canto y música comunitaria, así como de talleres de murga y de producción escenográfica. Todos estos talleres se inscriben en el proyecto artístico comunitario, lo que implica que quienes asisten a estas capacitaciones se integran a las diferentes intervenciones artísticas que realizan en la comunidad.
Por otra parte, trabajan en la inclusión social de personas en situación de vulnerabilidad, así como de otras personas que por diversas razones (pobreza, desempleo, edad) se encuentran en situaciones de exclusión y marginalidad. El desarrollo de competencias habilitantes para mejorar su empleabilidad o generar proyectos laborales propios, es otro de los objetivos. “En los talleres de capacitación integramos estrategias de formación de formadores. Los participantes que manifiestan interés en formarse como docentes-coordinadores son integrados en las acciones de formación como asistentes de los docentes y realizan prácticas de coordinación de los grupos. Esta forma de trabajo les permite desarrollar habilidades para el trabajo y muchos de ellos han logrado desempeñarse como docentes remunerados en otras instituciones”, explican.
Desde 2003, junto al Grupo de Teatro Catalinas Sur, y en el marco de un proyecto denominado “Teatro de la comunidad para la Comunidad”, realizaron actividades de capacitación y transferencia de sus saberes y experiencias a otros grupos. Como resultado de este trabajo se han conformado 60 grupos de teatro comunitario en diferentes ciudades de la provincia de Buenos Aires, en la provincia de Misiones y en barrios de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente estos grupos conforman la Red Nacional de Grupos de Teatro Comunitario.
El Circuito integra además la Red Latinoamericana de Arte y Transformación Social, conformada por 24 organizaciones de Brasil, Argentina, Chile, Perú y Bolivia que realizan prácticas artísticas para la promoción de la equidad, el ejercicio de ciudadanía efectiva, la integración social, promoción de los derechos humanos y de la interculturalidad.
Según sus propias palabras: “Nuestra trayectoria de trabajo artístico comunitario nos ha demostrado que el arte es un instrumento muy potente para la construcción de capital social, posibilitando cambios en la dinámica negativa en la que se vive. Es por esto que con esta iniciativa nos proponemos fomentar la inclusión social de los vecinos a través del arte”.