A las urnas sin proyecto común
29 enero, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
Siete elecciones presidenciales en la región
Bajo los oscuros nubarrones impuestos por la crisis capitalista internacional, siete poblaciones de América Latina votarán a su presidente este 2018. Los países que irán a las urnas son Brasil, México, Venezuela, Colombia, Cuba, Paraguay y Costa Rica.
El título de tapa de esta edición, De la convergencia a la desunión, refleja el giro vivido por el conjunto regional. Tras avanzar en un camino de acercamiento mutuo y reducción de la dependencia estadounidense, con hitos como el entierro del Alca en 2005, la formación de Unasur y Celac, aquel proyecto fue abandonado por varios gobiernos de América Latina.
Hoy cada cual va con su brújula y enfrenta las dificultades que impone el sistema capitalista con reacciones distintas y hasta opuestas. La indefinición y confusión son los rasgos destacados en este momento histórico para América Latina y el Caribe (ver pág. 50).
Como consecuencia, casi todos los organismos regionales están paralizados, a excepción del Alba. En sus dos últimas reuniones, de diciembre y enero, el bloque bolivariano ratificó sus principios y objetivos, para volver a presentarse como centro capaz de reorientar el rumbo regional. En la última reunión, en Caracas, Nicolás Maduro reivindicó que “la Alianza Bolivariana fue capaz de demostrar a través de las misiones educativas, culturales y de carácter económico que otro mundo es posible”, además de contrarrestar “la hegemonía económica, financiera, comercial e ideológica de los intereses de Estados Unidos”.
Los miembros del Alba habían llamado en el último encuentro del Consejo Político del organismo en La Habana a reactivar la Celac, como mecanismo de unidad en la diversidad. En cambio, los gobiernos de derecha dieron la espalda a todos los organismos de integración regional y sólo los utilizan como vías para negociar acuerdos de libre comercio.
Distintos rumbos
Las siguientes páginas marcan un recorrido informativo sobre la coyuntura de los siete países que eligen a sus gobernantes este año. Comienza en Venezuela, donde el anuncio del adelanto electoral para antes del 30 de abril ya provocó la reacción de un conjunto de gobiernos de derecha y reafirmó su carácter trascendental para toda la región (págs. 7 y 9).
La segunda parada es en Brasil (pág. 11), donde un puñado de jueces dejaron al borde de la inhabilitación electoral a Lula para octubre, aunque es el candidato preferido por la población y hoy sería el vencedor.
México repite viejos debates electorales en un cuadro económico y social cada vez más agravado (pág. 13). La primera incógnita es si Andrés Manuel López Obrador podrá llegar o no a la Presidencia.
Colombia (pág. 15) también despierta las miradas más allá de sus fronteras, porque está en juego el futuro del ya inestable proceso de paz, con la novedad de que las Farc presentan un candidato presidencial.
Cuba tendrá un nuevo liderazgo en el año 60 de la Revolución, cuando finalice el actual proceso electoral en abril (pág. 17). También cambiará de jefe de Estado Paraguay, atravesado por la peor desigualdad en la distribución de tierras del mundo (pág. 19). Por último, Costa Rica (pág. 21) sigue en un círculo vicioso tras el fracaso del gobierno socialdemócrata, con el descontento y la apatía como principales signos de la campaña que da inicio al año electoral.
La repostulación de Evo Morales en Bolivia, la próxima asunción del nuevo gobierno de Piñera en Chile, la extrema debilidad del presidente peruano y la disputa política uruguaya planteada tras el conflicto del campo completan el mapa político regional presentado en este número de América XXI.