Por primera vez, militares colombianos reconocieron oficialmente y de manera pública que asesinaron a sangre fría a civiles inocentes, a campesinos, que luego hicieron pasar por rebeldes muertos en combate. Se trata de la confirmación oficial de que en la Colombia de Álvaro Uribe existieron los falsos positivos ejecutados por el Estado.

El Tribunal de la Justicia Especial para la Paz (JEP, un organismo de transición nacido del acuerdo de Paz de 2016 de La Habana) sentó a un grupo de militares delante de las familias de esas víctimas.

Según aquellos acuerdos de paz firmados entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, la JEP establece juicios en casos de delitos muy graves y, a cambio de reconocer los crímenes y aportar datos para esclarecer los hechos, los imputados podrán evitar la cárcel o ser castigados con penas menores.

Se calcula que miembros del Ejército, que actuaron en connivencia con paramilitares, asesinaron «de forma sistemática» a al menos 6402 jóvenes inocentes, para presentarlos como guerrilleros muertos en combate.

El grupo de exmilitares admitió por primera vez su participación en el asesinato de al menos 120 personas en la región de Catacumbo, en Norte de Santander, entre 2007 y 2008.

Se trata de un general, cuatro coroneles y cinco oficiales y un civil, imputados por crímenes de guerra y lesa humanidad, que participan en la audiencia del martes.

Seis de los mencionados aceptaron haber creado una “aberrante estructura militar para mejorar las estadísticas de bajas” y pidieron perdón a las familias de las víctimas por asesinar a inocentes y pasarlos como guerrilleros.

Uno de esos testimonios estuvo a cargo del suboficial retirado el Ejército Néstor Guillermo Gutiérrez Salazar, quien señaló: «hicimos un teatro para mostrar un supuesto combate por la presión que había de los altos mandos».

«Yo ejecuté, yo asesiné familiares de los que están acá. Le arrebaté la ilusión a sus hijos, le desgarré el corazón a sus madres, por una presión, por unos resultados, por unos falsos resultados», señaló.

El también exmilitar Daladier Rivera agregó: «Yo soy responsable de que usted, después de estos hechos tan atroces que acaba de narrar, estuviera detenido por un tiempo. Yo elaboré unos falsos documentos de inteligencia».

También se escucharon las voces y los reproches de las familias, vestidas con camisetas negras y el logo que ilustra la pregunta aún sin respuesta de «Quién dio la orden».

Uribe, presidente entre 2002 y 2010, siempre se opuso al acuerdo de paz firmado en 2016, con especial rechazo ​a la Justicia de transición, la que ahora permite confirmar de manera pública que durante sus años de gobierno se cometieron este tipo de delitos de lesa humanidad.

La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)

Únete a América XXI