Altas tasas de embarazo adolescente en Latinoamérica
Por María Jagoe
Una de cada tres adolescentes latinoamericanas se convierte en madre antes de cumplir los 20 años. Esto representa una tercera parte de todos los nacimientos de la región. Según datos de UNICEF, América Latina tiene la segunda tasa de fecundidad adolescente más alta del mundo, y es la única zona donde sigue en aumento.
Las cifras son especialmente preocupantes en el caso de las niñas menores de 15 años. Comparadas con las adultas, tienen tres veces más probabilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo. Se calcula que para 2030 ellas protagonizarán unos 3 millones de partos por año en América Latina.
Entre las adolescentes de 15 a 19 años, la mortalidad materna es una de las tres principales causas de muerte, y se estima que se practican unos 670.000 abortos inseguros al año. Es un problema complejo y multicausal que deja al descubierto la relación entre violencia sexual, vulneración de derechos y embarazo adolescente.
Hay distintos factores que entran en juego al analizar las causas del embarazo no intencional en la adolescencia. Por un lado está la situación socioeconómica del hogar, los ingresos de la familia y el nivel de educación alcanzado. Por otro lado, hay condiciones de contexto como el acceso a la educación sexual y a métodos anticonceptivos o de planificación familiar.
Pero, además, el tema del embarazo adolescente está rodeado por muchos tabúes y prejuicios. En nuestra región existen distintas construcciones culturales sobre lo que significan la maternidad, el género, la sexualidad y la adolescencia, y muchas veces no se reconoce a los y las adolescentes como personas sexualmente activas. Esto limita su acceso a la información y a herramientas de prevención.
Según datos de UNICEF, un 17% de las jóvenes entre 16 y 18 años no asiste a la escuela debido a las responsabilidades del hogar y la maternidad. En cambio, sólo un 0.5% de los varones de esa edad abandona el colegio por paternidad o tareas domésticas. En general, los hombres dejan de estudiar para salir a trabajar.
Comparadas con las mujeres que se embarazan durante su vida adulta, las madres adolescentes tienen tres veces menos oportunidades de obtener un título universitario. Un informe del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) encontró que esto representa una brecha educativa del 12%. Y esta diferencia se traslada al mercado laboral.