26 febrero, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
Ambiciosa propuesta del Combinado Argentino de Danza
Realizan intervenciones en teatros nacionales e internacionales, escuelas, cárceles, villas y tienen un amplio repertorio de video danza.
El Combinado Argentino de Danza (CAD) nació en 2011 y es una compañía de danza independiente cuya característica principal es la mixtura de lenguajes técnicos y expresivos de danza. Artistas de hip hop, danza contemporánea y folklore, procedentes de diferentes formaciones y experiencias de vida, llevan adelante un proceso constante de formación, difusión y creación de acciones de danza dirigidas por la bailarina y coreógrafa Andrea Servera.
Video danza, creaciones de pequeño o gran formato, teatros, la calle, barrios humildes o sitios no convencionales, todos son espacios posibles para la intervención del CAD. Desde su nacimiento, han recorrido Argentina bailando y compartiendo su experiencia con cientos de jóvenes bailarines. Se han presentado en el Festival internacional de Buenos Aires, TED x Buenos Aires, Moca (Mercado de Industrias Culturales Argentinas), Micsur (Mercado de Industrias Culturales del Sur), estrenaron la obra Tu Casa en el Teatro General San Martín y Gurisito Cósmico en Tecnópolis. También han llevado su trabajo a España, Brasil y realizaron una residencia artística y presentaciones en las calles de Johannesburgo y Soweto, en Suráfrica.
Los videos hechos por el CAD han sido seleccionados en distintos festivales como el Festival Internacional de videodanza de Buenos Aires, Dança em foco (Brasil), Festival TransAmériques (Canadá), Festival “Futurs en Seine” (Francia), Festival Conexoes Latinas (Brasil), Festival Internacional de Videodanza de Uruguay, Idill (Bélgica), entre otros.
Talento multidisciplinario
El Combinado Argentino de Danza está formado por bailarines, músicos, escenógrafos, video-artistas, un iluminador, un DJ y un manager y productor. Bajo la dirección general de Andrea Servera, entre todos construyen un universo particular y energético, que transforma y se transforma constantemente. Además dictan talleres llamados “Una danza Posible”, a varias voces y sin límite de alumnos participantes, impulsando el deseo de bailar y la búsqueda de lo propio, siempre en relación con el otro.
Fruto de su trabajo en zonas marginales de Buenos Aires, en cárceles y en institutos de menores, Andrea Servera creó el CAD entendiendo a la danza como transformadora social. Desde hace meses que está trabajando en la provincia argentina de San Juan, convocada para sumarse a la Fiesta del Sol, que este año rinde homenaje a la Difunta Correa (leyenda popular sanjuanina).
Su pasión por lo comunitario nació cuando la convocaron de la Fundación “Crear vale la pena” para armar un grupo de hip hop en la villa La Cava de San Isidro (conurbano de Buenos Aires). Allí se dio cuenta que necesitaba vincularse con un espacio social que movilizara o cambiara algo en la gente. Por eso cree en los proyectos que se generan en las cárceles, en las escuelas, en las calles y en los barrios.
Una de las características principales del CAD es la diversidad de disciplinas y de estilos. En la obra Tu casa, ritual de deseo primitivo, que hicieron en el Teatro San Martín, en el ciclo “Rituales de Pasaje”, que se lleva a cabo cada año en el hall del teatro, uno de los bailarines llegó de viaje poco tiempo antes y pudo participar igual gracias al entrenamiento de la improvisación.
En todo lugar
Otro de los ejes es la diversidad en el público y los lugares de presentación: pueden mostrar lo que hacen en el clásico teatro San Martín, pero también en la villa 21-24 del barrio porteño de Barracas o los Piletones, así como en cárceles, centros culturales, geriátricos o escuelas. De esta manera también crecen como artistas: no buscar siempre las mejores condiciones escénicas les da herramientas nuevas y genera interacción con el público, ya que en algunos lugares la gente se pone a bailar compartiendo el mismo espacio, el placer de moverse, de bailar y entender que el ser humano es creativo por naturaleza.
En 2014 participaron en el homenaje en la sala Astor Piazzolla del Teatro Argentino para la Asociación Madres de Plaza de Mayo y también estrenaron la obra Gurisito Cósmico en Tecnópolis, siempre con entrada libre y gratuita. Diez miembros del equipo trabajaron con la Forgotten Angle Theatre Collaborative, un colectivo surafricano que funciona bajo la dirección del coreógrafo Peter John Sabbagha y que ofrece programas de residencias a jóvenes artistas.
“Cuando decidí que me dedicaría a ser bailarina contemporánea, tomé clases con Ana Kamien y luego entré al Taller del Teatro General San Martín. Recibí becas y subsidios de la Fundación Antorchas, Prodanza y el Instituto Nacional de Teatro”, contó Andrea Servera. En el marco de la fundación “Crear vale la pena”, con jóvenes artistas en situación de pobreza, dirigió “Interior americano”, obra estrenada en el Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires) y presentada en festivales internacionales de Alemania y Austria. También fue docente de danza del programa de la Universidad de Buenos Aires en la cárcel de mujeres de Ezeiza. Allí filmó un videodanza documental, titulado Ezeiza y programado en festivales nacionales e internacionales (Inglaterra, Uruguay, Chile, y Nueva York y Filadelfia en Estados Unido). Fue codirectora del quinto, sexto y séptimo Festival de Danza de Buenos Aires y realiza la programación de danza del Festival “Ciudad Emergente”, que pone el foco en bailarines callejeros y sus performances.
En 2015, el Combinado Argentino de Danza fue seleccionado por el programa Southern Exposure de la Mic Atlantic Fundation y Servera realizó una gira por Estados Unidos, dictando clases en universidades y escuelas de arte y realizando funciones en teatros de Miami, Nueva York y Seatle. Además, representó a Argentina en el Micsur en la ciudad de Bogotá y participó en proyectos y experiencias que vinculan al arte con la política y la información en Buenos Aires.
Durante 2016, Servera dirigió un proyecto junto al CAD de formación y difusión de sus conceptos de danza y creación en villas de la ciudad de Buenos Aires y en pueblos pequeños del interior del país. Además, llevó adelante el proyecto Recreo, para la realización de intervenciones de danza en los patios de las escuelas públicas. En sus palabras: “Nuestra propuesta docente es ver al otro, crear desde lo propio, pero también desde lo ajeno; desarmar la idea de lenguajes de alta o baja cultura”.