Bolsonaro suma repudios y pedidos de juicio político
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, cierra una de las semanas políticas más adversas, con pedidos de juicio político y la más pronunciada de las protestas populares en su contra, que se manifestó con un fuerte cacerolazo en las principales ciudades del país.
El rechazo se fundamenta en tres ejes: la falta de rumbo para afrontar la pandemia; incertidumbre sobre la vacunación y la crisis sanitaria en el estado de Amazonas, donde se reportaron muertes de pacientes de Covid por falta de oxígeno.
Este viernes, Bolsonaro sufrió el peor cacerolazo en sus dos años y 15 días de gestión en todas las capitales del país, e incluso en barrios donde en 2018 había sido el amplio vencedor.
Los barrios de clase media alta de Manaos, bastión de Bolsonaro en las elecciones de 2018 y las municipales de noviembre pasado, mostraron un repudio al mandatario.
Este rechazo se da ante las noticias, con imágenes y testimonios, de esta ciudad que sufre su segundo colapso hospitalario por la pandemia, donde el ministro de Salud, general Eduardo Pazuello, admitió que no hay insumos básico como es el oxígeno.
Los cacerolazos al grito de «Fuera Bolsonaro y «Genocida» se escucharon por 10 minutos en barrios populares y ricos de San Pablo y Rio de Janeiro, según reportaron varios medios de comunicación.
Uno de los convocantes al cacerolazo es el empresario y conductor televisivo ultraliberal Luciano Huck, considerado un precandidato presidencial por el partido Demócratas para 2022, quien apoyó a Bolsonaro en el ballotage de 2018.
El cacerolazo para pedir la renuncia de Bolsonaro acompañó varios pedidos de juicio político de sectores de la oposición, aunque el mandatario cuenta con base parlamentaria para frenar un eventual impeachment.
El presidente de la Cámara e Diputados, Rodrigo Maia, que redujo el ímpetu de la oposición que busca un juicio político, ya que afirmó que el proceso de destitución es algo «para discutir en el futuro».
«Sólo Dios me sacará»
El pedido de juicio político fue presentado por cinco partidos de la oposición, por considerar que cometió una serie de delitos de gestión que resultó en el caos humanitario de la ciudad de Manaos.
El Partido de los Trabajadores, el Partido Democrático Laborista, el Partido Comunista do Brasil, el Partido Socialista Brasileño y Red, reclamaron también el cese del receso parlamentario para poder discutir la crisis.
Ya se contabilizan más de 60 pedidos de juicio político contra el ultraderechista Bolsonaro, quien deslindó responsabilidades en el suceso de Manaos diciendo que el gobierno federal había hecho «su parte».
«El presidente -dice el nuevo pedido de juicio político- debe ser política y criminalmente responsabilizado por dejar sin oxígeno a Amazonas, por sabotear investigaciones y campañas de vacunación».
También «por desincentivar el uso de barbijos e incentivar el uso de remedios sin eficacia, por difundir desinformación, además de violar el pacto constitucional entre con estados y municipios».
En su rechazo a estos pedidos, Bolsonaro apeló una vez más a sus convicciones ideológicas: «Solo Dios me sacará del cargo».
«Quieren imponer un infierno en mi vida, no valen nada los pedidos de juicio político. Ninguno es por corrupción. Solo Dios me sacará del cargo, no existe nada concreto para mi, inventan fake news (noticias falsas) para sacarme», dijo.
El mandatario ultraderechista culpó de la situación de Manaos a no haber utilizado lo que él llama «tratamiento precoz», es decir, que los médicos proporcionen hidroxicloroquina, un antipalúdico, a los enfermos.
La noticia en audio (Voz: Salvatrice Sfilio)
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