China no quiere recordar la represión de Tiananmén
Ni la prensa ni el Gobierno chino están dispuestos a abordar un tema que sin embargo está presente en todos los medios internacionales este 4 de junio. Un día como hoy, hace exactamente 30 años, el Partido Comunista envió al Ejército con sus tanques a poner fin a una revuelta que se extendió durante 50 días en la emblemática plaza Tiananmén de Pekín.
Organizaciones de derechos humanos como Madres de Tiananmén siguen reclamando un recuento oficial de las víctimas, pero los sucesivos gobiernos se han negado sistemáticamente a dar respuestas sobre un hecho que sin embargo está documentado en videos y fotografías.
Números no oficiales -principalmente reportados por embajadas, agencias u oficinas extranjeras- presentan cifras de víctimas fatales que van desde 400 hasta 10 mil.
Las manifestaciones fueron encabezadas por estudiantes. Comenzaron el 15 de abril de 1989 y aglutinaron a distintos sectores descontentos con el Gobierno. Ante el desafío planteado y la prolongación de las protestas, hubo evidentes diferencias internas en el Partido Comunista sobre cómo responder.
Las protestas se expandieron a cientos de ciudades y el 20 de mayo -35 días después de iniciadas las manifestaciones- se impuso la ley marcial. Sin embargo, las manifestaciones continuaron y en la madrugada del 4 de junio el Gobierno envió al Ejército a Tinanmén para reprimir y disolver la protesta. Luego hubo arrestos, expulsión de prensa extranjera y control de los medios de comunicación.
Declaración oficial
Ausente el tema en los medios de comunicación de China en el aniversario número 30 de la violenta represión, sí hubo en cambio una alusión al hecho por parte del ministro de Defensa, el general Wei Fenghe.
En un foro regional de seguridad realizado en Singapur, un periodista preguntó directamente al funcionario chino por el tema. “Ese incidente fue una turbulencia política y el gobierno central tomó medidas para detener la turbulencia. Es una política correcta”, afirmó Wei. El ministro de Defensa declaró incluso que considera que el asunto fue “manejado apropiadamente”.
La prensa occidental asegura que el gobierno chino censura toda mención al tema en las redes digitales y la prensa, además que evita la realización de cualquier protesta pública vinculada al hecho.
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