Coke Riobóo: “Es fundamental que nos eduquemos en lo audiovisual”
27 octubre, 2024
category: DOCUMENTOS, PARAGUAY
“Creo que es súper importante crear un espíritu y una conciencia crítica de las nuevas generaciones a través del audiovisual. Y que ellos también sepan leer entre líneas la información visual que les entra constantemente”, propone. Músico, compositor y animador, dirigió películas y comerciales y ganó un premio Goya, máximo galardón del cine español. Enseña animación en talleres alrededor del mundo y en estos días estuvo en Paraguay.
El director de cine de animación español Coke Riobóo desarrolló en las dos primeras semanas de este mes un importante taller de la técnica del stop-motion con singular éxito en el Centro Cultural Juan de Salazar.
“La animación foto a foto, para hacer mover objetos inanimados puede reflejar inquietudes políticas, personales y sociales y es un medio extraordinario para tratar temas comprometidos y espinosos con una variedad de técnicas”, definió el autor de “El viaje de Said”, corto ganador del Premio Goya en el año 2006.
En dicho taller ofreció un panorama de las herramientas tecnológicas y softwares profesionales existentes para la creación de piezas animadas; como crear los personajes, como crear los decorados con materiales variados y dio indicaciones para planificar un cortometraje y una introducción sobre la post-producción del mismo.
– ¿Por qué elegiste la animación, cómo se dio tu proceso para usarla como medio de expresión?
– Empecé en el mundo de la animación por pura casualidad, trabajaba de músico profesional hasta el año 2000 y en el verano se suspendió una gira que iba a hacer con una banda y quedé en casa varado sin nada que hacer. Así empecé a hacer pruebas con una camarita chiquita de vídeo. Y a partir de ahí, después de tres meses haciendo pruebas, realicé un primer cortometraje muy amateur muy casero que ganó muchísimos premios y bueno pues decidí que bueno pues que era una vía interesante para poderme expresar artísticamente porque daba salida también al gusto que siempre he tenido por el modelaje, por la pintura, por el dibujo… Y también la posibilidad de contar historias de una manera más profunda, real y exacta
Entonces, gracias a eso, empecé a trabajar, hice varias cositas muy amateurs, hasta “El viaje de Said” con el que gané el premio Goya. Y a raíz de ahí, pues ya la cosa fue rodada y empezaron a ofrecerme trabajos y a poderme mantener un poco como animador y como director en la industria.
– En un mundo tan audiovisual, la gente en mayoría consume memes y videos cortos de las plataformas sociales, ¿cuán importante es educarse en la construcción del relato visual?
– Pues creo que es importantísimo. Acá no sé cómo estará, pero allá en España todos los chavales tienen tablets, tienen teléfonos, pero no se da educación visual, alfabetización visual en la escuela. En parte yo creo que puede ser también un poco por mantener a la gente la ignorancia porque la incultura hace a las personas más maleables, más manejables.
Creo que es súper importante crear un espíritu crítico y crear una conciencia crítica de las nuevas generaciones a través del audiovisual. Y que ellos también sepan leer entre líneas la información visual que les entra constantemente. Es muy complicado porque lo que se consume, como dices, suele tener muy poca calidad y ser muy inmediato. Entonces luego cuesta mucho poder ver una peli de autor, películas que tengan ritmos diferentes a las de Marvel o las pelis de acción donde hay un cambio de plano cada dos segundos.
–¿Qué importancia te parece que puede tener este lenguaje a nivel social?
– Entonces formarse audiovisualmente es fundamental y, a nivel social, por supuesto, hay que reivindicar la herramienta audiovisual, en mi caso la animación, como medio también para denunciar ciertas situaciones sociales, económicas y políticas, de una manera amable, de una manera divertida o de una manera distinta, a lo que sería el expresarlo en medios de comunicación, ya sea en periódicos telediarios y esto.
-Vemos en “El viaje de Said”, una reflexión sobre las migraciones. ¿Qué repercusiones recibiste?
– En principio me permitió dedicarme a la animación. Es una historia que, a pesar de no ser marroquí, conté muy de cerca porque llevaba muchísimos años viajando a Marruecos. Cuando empecé a idearla en el 2000 y a realizarla en el 2005 el problema de la migración estaba muy fuerte, pero sobre todo era gente que migraba de Argelia y de Marruecos del Norte de África hacia España, por el estrecho de Gibraltar.
Todos querían cruzar, jugarse la vida y algunos de ellos murieron en el intento. Entonces esta situación me marcó muchísimo y decidí que tenía que hablar de alguna manera de este problema, pero no podía denunciarlo o hablar de ello de una manera, así como muy directa.
Entonces a través de un cuento casi infantil, un poco inspirado en el relato de Pinocho, de Carlo Collodi, traté de contar esta historia de una manera suavizada, con un toque de humor, negro a veces, un tanto también crudo y fuerte.
Tristemente, este problema no solo no desapareció, sino que ha ido creciendo y es aprovechado por ciertos sectores de la política más ultra para cargar las culpas de la economía y de la falta de trabajo en la migración, cosa que no es para nada. Es muy triste aprovecharse de personas con esta necesidad para hacer política de esta manera tan ruin y tan baja…
– Tuviste buenas devoluciones …
-… Si por suerte, estoy muy orgulloso porque desde el principio se estuvo proyectando en festivales sobre la migración, en eventos de ONGs y ahora mismo en España es una película que se utiliza en casi todas las escuelas públicas como material didáctico para hablar sobre estos temas, la xenofobia, el racismo, el miedo al otro, el miedo al de afuera. Es un material que compró el Ministerio de Cultura y por supuesto lo doné a Cruz Roja, a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) y a todos los que trabajan con migrantes y siempre que me piden proyectarlo en algún tipo de evento de concienciación pues tienen licencia libre para usarlo.
– Entraste al cine por la música, según vimos en una entrevista. Otro tanto en la conmovedora “El ruido del mundo” ¿Qué rol juega tu oficio de músico en tus producciones, en el cine en general?
– Bueno, la música es el arma secreta y para mí juega un rol súper importante. Cuando creo mis historias, a veces parto desde la música hacia la animación y otras veces parto desde la animación a la música.
Para crear “El ruido del mundo” adapté un sistema que ya estaba bastante inventado, que es animar con partitura, darle una equivalencia a los fotogramas y a las corcheas y a las semicorcheas para poder encontrar la sincronía perfecta con los fotogramas. Esto me permitió poder afinar muchísimo y animar de una manera muy musical. Para mí es súper importante, compongo la música de todos mis cortometrajes, es casi un 30 o un 40% del resultado final de una película.
– Vimos que también hiciste videos educativos a partir del cine de animación ¿Te interesa particularmente este rol?
– ¡Muchísimo!, llevo años trabajando como profesor de animación. Desde los inicios de mi carrera tuve la oportunidad de ser maestro en la escuela oficial de cine de la Comunidad de Madrid. Y a partir de ahí también he seguido desarrollando muchos cursos por todo el mundo. He estado en varios países africanos, en Asia y por supuesto acá en Latinoamérica. Y casi todos de mano de la Agencia de Cooperación Española, del programa cerca y de otras modalidades de cooperación.
Creo que es darle una oportunidad a gente que no sabe cómo funciona esta técnica que se adapta muy bien a las posibilidades de cada persona. A gente que a lo mejor no sabe dibujar bien o no sabe modelar bien les permite hacer animación con objetos, con comida, con personas, con cualquier cosa que pueda ser susceptible de ser fotografiado.
Y entonces te permite abrir una puerta, una herramienta de expresión muy potente para la gente. Y sé que allá donde voy plantamos alguna semillita y luego, a lo largo de los años, veo cómo esa semilla va creciendo. Y estoy en contacto con muchos de los alumnos que he tenido a lo largo de estos 20 años trabajando con este tipo de talleres y de cursos. Y para mí es un orgullo ver que hay gente que va evolucionando y va consiguiendo unas películas y un nivel creativo muy potente
-Impartiste talleres en diferentes lugares de España y Latinoamérica, ¿Qué nos podés contar de esa rica experiencia?
– Para mí es fascinante el poder viajar alrededor del mundo y me ayuda también a ver un poco distintas maneras de crear, de pensar el imaginario común de cada lugar, en las tradiciones, la cultura oral que hay en ciertos sitios donde no hay tanta influencia de los más media y de las grandes corporaciones como Disney, como Pixar, como… Bueno, por las películas de Tim Burton, el manga y el anime japonés.
Y entonces ves sitios donde esa influencia no es tan fuerte y ves unas creaciones y un tipo de… De armar las historias muy, muy bonito. Yo aprendo muchísimo con estas experiencias. A veces diría que más que mis propios alumnos, lo que ellos me pueden ofrecer para ver una variedad tan amplia en haber estado en países tan distintos como Mozambique, Guinea ecuatorial, Etiopía, Egipto, Jordania, Irán, Turquía. Luego, en Latinoamérica, también estuve. Estuve en Cuba, Venezuela, México, por supuesto. Acá. Es mi primera vez en Paraguay. Y bueno, para mí ya le digo que es una experiencia fascinante y súper enriquecedora.
– ¿Cómo ves al Paraguay, su cine, encontraste algo particular en estos días que te gustaría destacar en torno a nuestras posibilidades?
– Bueno, he visto poco cine en Paraguay, yo te digo la verdad, he estado escuchando bastante música, folclórica, de fusión, fui al Festival Mundial de Arpa … He visto la película “Siete Cajas”, pero cuando regrese a España buscaré la música y el cine que me recomendaron para ver.
En lo que hace a los alumnos que he tenido en el taller les veo con muchas ganas y mucha pasión. Es verdad que hay un poco de falta de conocimiento acerca de esta técnica, pero sí que algunos ya conocían y que tienen una destreza especial.
Yo espero que acá también sirva para poder abrir aquí una puerta y bueno que empieza a despegar un poco más la animación paraguaya en la técnica de stop motion, aunque por supuesto ya había ejemplos.
Creo que hay mucho talento acá y que hay que explotarlo más y sobre todo estaría bien que el cine y en concreto el cine de animación tuviesen más ayudas para poder realizar estas películas, porque son procesos muy largos, que requieren de un poquito de esfuerzo y de ayuda monetaria para poder realizarlos.
Jorge Zárate
Fotos de Christian “Gurú” Núñez y gentilezas
Artículo publicado en La Nación, de Paraguay, y en La Página de Aguará.