Una escena de violencia ya repetida en el mundo sindical volvió a tener lugar este miércoles en la localidad bonaerense de San Fernando, esta vez en el rubro de los frigoríficos.

Una patota que responde a la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne se dirigió hasta la planta frigorífica Ecocarnes, ubicada sobre la ruta provincial 23, en el marco de una disputa por afiliaciones y dinero.

El saldo fue de dos trabajadores heridos de bala y múltiples heridos por piedrazos. Uno de ellos sufrió la perforación de un pulmón. También hubo tres vehículos incendiados.

Según el fiscal que investiga el caso, hubo “intercambio de disparos” ya que se encontraron casquillos dentro del frigorífico y en la calle.

Vecinos que declararon frente a las cámaras de televisión denunciaron que la Policía liberó la zona y no intervino hasta mucho después de comenzados los disturbios.

En respuesta al incidente, trabajadores del frigorífico se manifestaron este jueves frente a la secretaría de Trabajo y varios comercios del rubro de la carne estuvieron de paro en la zona norte del conurbano de Buenos Aires.

La perpetuación de dirigentes al mando de sindicatos de distintos rubros, su enriquecimiento exponencial y las prácticas mafiosas llevan ya décadas en el país. Las organizaciones genuinas de trabajadores ya son casos excepcionales, mientras que en la mayoría de los principales rubros las disputas por el control de fondos millonarios son la norma y, en cientos de ocasiones, también son la causa de graves conflictos violentos que incluyen enfrentamientos con armas de fuego.

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