Ignacio Díaz  – @IgnacioDM

En la cuenta regresiva hacia las elecciones presidenciales del 27 de octubre y con la derecha utilizando la situación de Venezuela para atacar al oficialismo, una grieta atraviesa al Frente Amplio (FA) uruguayo en estos momentos. Como sucede en otros países de la región y con amplio espacio en la prensa nacional, la cuestión de cómo se define al actual gobierno venezolano generó fuertes controversias en la coalición gobernante.

El gobierno del presidente Tabaré Vázquez tomó distancias de los nuevos gobiernos de derecha en Sudamérica sobre Venezuela y se acercó a México y la Unión Europea (UE) para impulsar un mecanismo de diálogo que hoy es una realidad y cuenta con la mediación de Noruega. Ese espacio tendrá su quinta ronda de negociaciones esta semana.

Pese al fracaso del Grupo de Lima y el resultado positivo de las gestiones que tuvo el espacio gestionado por Uruguay y la UE, al interior del Frente Amplio el tema es un hierro caliente en plena campaña electoral. Sobre todo, desde que la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos -dirigida por Michelle Bachelet- emitió un controvertido y lapidario informe contra el gobierno de Nicolás Maduro. VER INFORME

Aquel informe impactó en el interior del oficialismo y tanto el expresidente José “Pepe” Mujica como el actual candidato del FA, Daniel Martínez, calificaron la situación de Venezuela como una dictadura. Lo propio hizo el ministro de Economía, Danilo Astori, al calificarla de “dictadura tremenda”.

La oposición denunció una actitud oportunista y el senador Javier García, del Partido Nacional, anunció que promoverá una moción de repudio a “la dictadura de Maduro” en el Parlamento. “Esperemos que el FA ate el discurso con los hechos”.

Respuestas internas

Sin embargo, las posiciones de Martínez y Mujica no tienen consenso interno en el FA. Además, llegan en un momento en el que el propio gobierno está colaborando con el diálogo y las negociaciones que llevan adelante el oficialismo y la oposición de Venezuela, luego del fracaso del intento de golpe de estado contra Maduro y el debilitamiento de Juan Guaidó.

Los otros tres precandidatos frenteamplistas, derrotados por Martínez, se pronunciaron sobre el tema. El dirigente sindical Óscar Andrade (Partido Comunista) respondió que “elegir las redes sociales o los medios para anunciar virajes en temas sensibles es por lo menos irresponsable” y llamó a un debate interno en el FA.

La ex precandidata Carolina Cosse (MPP, espacio liderado por Mujica) se desmarcó de su referente político en declaraciones radiales para fortalecer la unidad del Frente Amplio. “Vamos a calmarnos un poco y a pensar en las consecuencias de lo que estamos diciendo”, lanzó. Y luego dio un mensaje tajante: “Me dolería mucho que (declaraciones de dirigentes del FA) se usaran como pretexto para una intervención armada en Venezuela”. Opinó que son los propios venezolanos los que deben resolver la situación interna del país.

Por su parte, el ex precandidato Mario Bergara -ligado a Danilo Astori- evitó utilizar el término dictadura y opinó que “en Venezuela no hay funcionamiento democrático, hay un gobierno autoritario y una crisis política con dos bandos carentes de legitimidad. Repudiamos la represión estatal con muertos en la calle, presos políticos y ejecuciones de bandas paramilitares, (y) también repudiamos el llamado al golpe de Estado, al levantamiento militar y la invasión extranjera”, completó.

Luego, Bergara agregó: “Respaldamos la postura de nuestro gobierno de trabajar para un diálogo que lleve a los venezolanos a elecciones con garantías para todos. Éste sigue siendo nuestro posicionamiento”. Y apuntó contra la doble moral de la oposición uruguaya: “(el expresidente José María) Sanguinetti fue ministro de un gobierno colorado en el que había represión estatal con muertos en la calle, presos torturados, uso abusivo de las medidas prontas de seguridad y bandas paramilitares. Y fue otro presidente colorado el que da el golpe de Estado e instala una feroz dictadura. Los ministros, jerarcas y consejeros de Estado de la dictadura no fueron frenteamplistas sino de los partidos tradicionales y militares”.

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