Cuba frente al giro de Washington
30 octubre, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
Estados Unidos regresó a su fallida política contra la isla
Un extraño caso en La Habana sirvió a Trump para acelerar la marcha atrás de las relaciones bilaterales. La ultraderecha de Miami recupera espacios mientras Cuba avanza en los planes trazados.
No pudieron digerir la derrota. Unos habían concluido que era necesario comenzar a ceder en la ofensiva frontal contra la Revolución Cubana para readecuarse a las nuevas relaciones de fuerza en América Latina. Son los que lograron imponer sus posiciones desde diciembre de 2014 hasta el final del mandato de Barack Obama en enero de este año. Los otros, humillados ante la victoria de la pequeña isla socialista, resurgieron con la llegada de Donald Trump al poder y comenzaron a desandar el camino planificado.
Luego de tres años de moderados avances tras el histórico restablecimiento de las relaciones bilaterales, la nueva administración en Washington ya revirtió gran parte de los acuerdos firmados con Cuba y activó otra campaña comunicacional contra el país y su gobierno.
El 3 de octubre, el Departamento de Estado decidió expulsar a 15 funcionarios de la embajada cubana en Washington, una semana después de haber reducido el 60% de su propio personal diplomático en La Habana, considerado como “no indispensable”.
Además, el gobierno estadounidense detuvo el proceso de visado de ciudadanos cubanos en su embajada por tiempo indeterminado y emitió una advertencia de viaje con el objetivo de persuadir a sus habitantes para que no visiten la isla. El objetivo de esta medida es claro, ya que el turismo es uno de los principales motores económicos de Cuba.
El primer gesto de retorno a la política de confrontación directa con La Habana había tenido lugar el 16 de junio en Miami, cuando Trump protagonizó un acto público para proclamar la anulación simbólica del “pacto del gobierno anterior con Cuba”. En un barrio de población cubana de Miami, el Presidente aseguró que “los gobiernos anteriores aliviaron las restricciones de viaje y comercio y eso no ayuda al pueblo cubano, solamente enriquece al régimen”. De hecho anunció que ordenaba aplicar restricciones contra el comercio y el turismo, junto a un riguroso control de los permisos otorgados para los viajes entre ambos países.
Apenas 15 meses antes el presidente Obama daba un discurso en el Gran Teatro de La Habana, que comenzaba en español para decir: “Le ofrezco al pueblo cubano un saludo de paz”. “Los Estados Unidos no tienen ni la capacidad ni la intención de imponer cambios en Cuba, los cambios dependen del pueblo cubano”, dijo ante mil cubanos que lo escucharon en la capital, en un intento por fomentar la ideología capitalista entre los jóvenes.
La estrategia duró poco y la posición predominante dentro del Partido Republicano se impuso meses después, para reimpulsar una ofensiva que lleva casi seis décadas ininterrumpidas de fracaso. Ahora la extrema derecha anticubana que anida en Miami pide el cierre de la embajada estadounidense en La Habana, reabierta hace dos años.
Ataques con armas sónicas
Estas últimas medidas contra Cuba y el proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales tuvieron como justificación un caso extraño que el grueso de la prensa estadounidense presentó como un ataque de “armas sónicas” contra 22 diplomáticos en La Habana. Las presuntas víctimas habrían sufrido daños auditivos –en algunos casos severos, pérdida de memoria y migraña, según la Asociación Estadounidense del Servicio Exterior.
Distintas fuentes confirmaron que el caso data de finales de 2016, cuando ambos países se encontraban en pleno proceso de restablecimiento de las relaciones. Sin embargo, recién en agosto de este año el asunto fue presentado como una agresión directa contra ciudadanos estadounidenses por el Departamento de Estado.
Ninguna de las víctimas fue identificada públicamente y todas recibieron la orden de no dar declaraciones sobre el caso. En este contexto, y sin información oficial ni confiable, medios estadounidenses se lanzaron a especular con ataques cometidos por supuestos “disidentes” cubanos, espías rusos y hasta agentes norcoreanos contra las personas afectadas. Pero todos, a su manera, debieron reconocer que los presuntos “ataques sónicos” no tienen ningún sustento científico.
“Sonidos misteriosos y enfermedades aterradoras como herramientas políticas de Trump hacia Cuba”, tituló el diario The New York Times un artículo del 10 de octubre. Los autores de la nota concluyeron que “el tipo de armamento sónico que podría causar las conmociones cerebrales y la persistente pérdida de memoria que el Departamento de Estado afirmó haber encontrado en sus diplomáticos no existe” y calificaron la historia como “fantástica”. En su opinión, el relato del caso “se ajusta muy bien a las estrategias de Trump: divulgar una historia de terror fantasmagórica y utilizarla para justificar un cambio de política”, afirmaron.
Otros cables de prensa posteriores aportaron cierta luz sobre el caso. La agencia estadounidense AP –primera en dar a conocer la información en agosto– afirmó en octubre que la mayoría de los ciudadanos lesionados son en realidad agentes de inteligencia. En un cable titulado “Espías estadounidenses en La Habana golpeados por bizarros ataques a la salud”, dejó en evidencia que los agentes que trabajan bajo cobertura diplomática fueron los que reportaron las afecciones. Ni la CIA ni el Departamento de Estado negaron la historia.
También aportó información la prensa rusa, que instaló la hipótesis de la posible mala utilización de una herramienta de espionaje como la causa de las lesiones sufridas por los agentes estadounidenses. Según reportó Sputnik citando fuentes cubanas, el uso inadecuado de equipos para enviar mensajes sónicamente encriptados podría haber sido el motivo de los daños a la salud reportados.
“Están usando un equipo llamado Dispositivo Acústico de Largo Alcance que puede ser utilizado para que el envío de mensajes no pueda ser interceptado por contrainteligencia. Pero esa tecnología requiere de medios de protección. Ellos no han utilizado estos medios y se han visto afectados por la radiación que emite el equipo”, declaró a la cadena rusa el cubano Néstor García Iturbe, presentado como doctor en Ciencias Históricas.
Según García Iturbe, el aparato es de diseño israelí y la patente fue comprada por los estadounidenses. “La usan mucho sus fuerzas armadas, la CIA y la Nasa”, indicó. “Aquí no tenemos equipos de esos ni la posibilidad de comprarlos”, agregó.
Respuesta cubana
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba repudió que el gobierno estadounidense no presentara evidencias ni facilitara información para aclarar el caso de los supuestos diplomáticos afectados y ratificó que la voluntad del Gobierno sigue siendo la de cooperar activa y conjuntamente para esclarecer los hechos.
Pese a la expulsión de diplomáticos anunciada por Trump, Cuba decidió no tomar ninguna medida recíproca y su canciller, Bruno Rodríguez, calificó la decisión como “infundada e inaceptable” y “eminentemente política”.
La Cancillería develó además que “representantes de agencias especializadas” de Estados Unidos viajaron al país en junio, agosto y septiembre para investigar conjuntamente los incidentes y se les permitió trabajar en el país por primera vez en más de 50 años. Tales investigaciones concluyeron que “no existen evidencias de la ocurrencia de los alegados incidentes, ni de las causas y el origen de las afecciones de salud”.
Este nuevo golpe contra el restablecimiento de las relaciones entre ambos países afectará principalmente a los cubanos que tienen familiares en Estados Unidos, al interrumpirse el visado, y regresará los vínculos bilaterales al punto en que se encontraban en diciembre de 2014.
Reducción del monto de las remesas, prohibición de viajes a Cuba, recrudecimiento de la campaña mediática contra el país y ratificación del bloqueo económico y financiero son algunas de las medidas que impulsan los sectores reaccionarios de Miami.
“Reafirmamos que cualquier estrategia que pretenda destruir a la Revolución Cubana fracasará”, advirtió el canciller cubano en la última Asamblea General de la ONU. “Cuba no aceptará jamás condicionamientos ni imposiciones, ni renunciará a sus principios”, recordó Rodríguez, apoyado en más de 58 años de acciones que avalan sus dichos.
Daños del bloqueo económico ilegal
El Instituto Nacional de Investigaciones Económicas de Cuba publicó el resultado de la investigación sobre el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto desde 1960 por Estados Unidos: los daños estimados ascienden a 822.280 millones de dólares hasta junio de este año.
El bloqueo al país incluye todo tipo de prohibiciones, entre ellas a los barcos que llevan mercaderías a Cuba, a los cuales no se les permite tocar puertos estadounidenses, y a los Bancos para que no otorguen créditos al país.
El gobierno cubano presentaba una nueva resolución contra el bloqueo el 1 de noviembre en la ONU, que es apoyada por todos los países, a excepción de Estados Unidos e Israel.