Del Estado uno y multipolar a la Patria socialista - Por Iván Padilla Bravo
"Hay quienes dicen que esos tres conceptos no marchan muy bien juntos y que el patriotismo, además de demodé, es reaccionario. Sin embargo..."
15 octubre, 2020
category: FORO DEBATE
Así es la Revolución Bolivariana y Chavista. Hay quienes dicen que esos tres conceptos, usados para titular está nota, no marchan muy bien juntos y que el patriotismo, además de demodé, es reaccionario. Sin embargo, lo cierto es que, en Nuestramérica, revoluciones socialistas, como la cubana (Martí), la nicaragüense (Sandino) y la venezolana (Bolívar) apuntalan la propuesta proletaria socialista de liberación en líderes y factores patrióticos.
Un cierto dogmatismo o religiolización de los resultados de las investigaciones emprendidas por Carlos Marx al estudiar el carácter dominante del capital por encima del trabajo en las relaciones de producción capitalistas. A ello se unen procesos revolucionarios y victorias proletaria de impacto internacional como en el caso de la victoria de los bolcheviques en la Rusia zarista. Todo ello fue creando doctrinas que progresivamente se revistieron de científicas para hacerlas poderosas e inquebrantables en sus principios y aplicaciones mecánicas.
El apego a definiciones «lógicas» newtonianas y a las categorías tridimensionales de la ciencia conocida y prevaleciente, han dejado pocas opciones para incorporar los hallazgos de la física cuántica (Máx Plank y otros) de las teorías de la relatividad y la velocidad de la luz (Adolfo Einstein y otros), al punto que una revolución social se asemeja en el pensamiento, en su epistemología, a un giro «completo» o vuelta de 360 grados y no a una conciencia expandida de clase actuando como movimiento dialéctico conectado a pensamientos múltiples.
Resulta que la revolución caracterizada por Marx es la propuesta de alcanzar la igualdad colectiva basada en la producción, distribución y consumos de individuos diferentes, con capacidades y necesidades diversas. Es lo que se ha asociado coloquialmente como sociedad de l@s iguales, de l@s comunes, sociedad socialista o comunista.
La Revolución es, entonces, alcanzar la igualdad colectiva desde la conciencia, manteniéndonos en equilibrio, es decir en movimiento dialéctico, individualmente diferentes, múltiples y unos.
¿A qué viene esto? Pues a la necesidad de reflexionar acerca de ciertas críticas ligeras y cartesianas que se hacen desde las cúspides de un saber que no permite ensayar unidad en la diversidad.
Recientemente lo hemos visto con la propuesta, elaboración, introducción ante la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), aprobación y ejecútese de la Ley Antibloqueo.
Con un apriorismo que no puedo calificar sino de dogmático, los dueños de la sapiencia religiosa, unidos por una «verdad» de fe fiduciaria, corrieron a leer e interpretar como sacrilegos ciertos temas o articulados, como si se tratase de traiciones, conciliaciones de clase o coqueteos con el neoliberalismo.
Los dueños de la verdad «revolucionaria» manejan lecciones aprendidas en manuales y catecismos sin calle ni vida. En Venezuela, Chávez supo acompañarnos y enseñarnos una manera diferente de enrumbarnos al socialismo con temporalidad en el siglo XXI. La invocación de la unidad nos dio la clave.
Del Estado uno y múltiple, de nuevo tipo, podremos construir el mundo multipolar del socialismo, de la sociedad sin clases.
Volvamos a ese extraordinario aprendizaje. Con Chávez, armados de pensamiento crítico y humildad revolucionaria el socialismo puede tener la metafórica forma de la Patria, liberada e independiente.
Ilustración: Iván Lira

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