Doble mensaje para Lenín Moreno
26 febrero, 2018
category: EDICIONES IMPRESAS
Nueva etapa en Ecuador tras la victoria del Sí en la consulta
El presidente ecuatoriano legitimó su mandato en la consulta popular, pero aumentó su dependencia de las fuerzas de derecha. Correa y sus seguidores sientan las bases para un nuevo comienzo.
Empezó una nueva etapa para el gobierno y el país, luego de la consulta popular del 4 de febrero. Por un lado, el presidente Lenín Moreno logró el objetivo de concentrar el apoyo de las urnas en su enfrentamiento con Rafael Correa y pudo celebrar un claro triunfo. Por el otro, necesitó para ello de la campaña activa del conjunto de los partidos de derecha y sufrió la fractura de la base de apoyo que lo llevó a ganar las elecciones del año pasado.
El primer objetivo que consiguió el actual mandatario fue captar la atención de la población con las siete preguntas de la consulta popular, ya que el 82,1% de los electores –poco menos de 11 millones de personas– fueron a votar, pese a que no se elegía ningún representante ejecutivo o legislativo. Este dato positivo para Lenín Moreno era fundamental, ya que en cuatro de las siete preguntas no tenía oposición: inhabilitación política y embargo de bienes para condenados por corrupción (pregunta 1); imprescriptibilidad de delitos sexuales contra niños (4); prohibición de la minería metálica en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos (5); aumento de la zona intangible del Yasuní y reducción del área de explotación petrolera de 1.030 a 300 hectáreas (7). En éstas el Sí logró un apoyo de alrededor del 71% de los votos válidos y la consulta atrajo a la misma cantidad de electores que en las presidenciales de 2017.
En segundo lugar, para las tres preguntas en las que Correa hizo campaña por el No, el Sí obtuvo un promedio de 63,5% contra un 36,5% del No, apoyado en unos seis millones de votos frente a cerca de 3,5 millones que respaldaron al ex mandatario. Aquí cabe agregar que hubo alrededor de un millón de votos nulos y blancos en cada pregunta, que no se contabilizan en el resultado final, pero expresan un 10% de rechazo a la consulta o al gobierno de Moreno.
Como consecuencia, ya quedó anulada la reelección indefinida aprobada durante el mandato pasado de la Asamblea Nacional (pregunta 2) y Rafael Correa no podrá volver a ser candidato presidencial. Ahora nadie podrá ocupar el mismo cargo de elección popular por más de dos mandatos. También tuvieron efecto inmediato la inhabilitación política por corrupción, la imprescriptibilidad de delitos sexuales contra menores y la prohibición de la minería en las áreas establecidas.
La ley de plusvalía, aprobada durante el gobierno de Correa para combatir la especulación inmobiliaria, será rápidamente derogada (pregunta 6) por la Asamblea Nacional, mientras que la delimitación de la zona de explotación petrolera del Yasuní quedó a cargo de una comisión gubernamental, con un plazo de seis meses.
La cuestión más compleja y controvertida será la aplicación de los cambios en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (Cpccs, pregunta 3), conocido como el Quinto Poder (ver recuadro).
Matices para el oficialismo
Por las características de la consulta popular que habilitó la modificación de la Constitución en siete temas, más que una victoria del Gobierno se trató de un triunfo de la oposición a Rafael Correa. El éxito circunstancial de Moreno estuvo en conseguir que el conjunto de organizaciones que se oponían al ex presidente al final de su mandato acompañara su iniciativa electoral. Esa amplia base, que incluyó hasta grupos ultraizquierdistas, explica la contundente cantidad de votos obtenidos.
Cerca de 40 agrupaciones, entre ellas el derechista Creo –derrotado en el último balotaje, el Partido Socialcristiano, los ex presidentes Lucio Gutiérrez y Abdalá Bucaram, sectores indígenas de Pachakutik y algunos sindicatos hicieron campaña por el Sí, unidos únicamente por el rechazo a la figura de Correa.
Con este escenario, la derecha se adjudicó el triunfo e intenta retomar la iniciativa política ejerciendo mayor presión sobre el gobierno de Moreno. Ahora exigen “descorreizar” el Estado, cambiar el modelo económico y reorientar la política exterior. En resumen, piden aplicar el programa de gobierno que fue derrotado en las urnas un año atrás.
Cámaras empresariales de producción, Bancos e incluso algunos funcionarios de Moreno promueven el giro a derecha en lo sustancial. El ministro de Comercio Exterior y también empresario, Pablo Campana, declaró a favor de la integración con la Alianza del Pacífico, organismo de libre comercio impulsado por Estados Unidos y formado por Colombia, México, Chile y Perú.
Apenas fueron anunciados los resultados de la consulta, Lenín Moreno exigió su aplicación “sin demora” y llamó a “profundizar el diálogo”, tras afirmar que “la confrontación quedó atrás”. “Gracias por darme su opinión, la necesito para poder gobernar bien, para que éste siga siendo el gobierno de todos”, celebró.
Sin embargo, otro enfoque de los resultados arroja preocupación para el Gobierno. En la primera vuelta de la elección presidencial, Alianza País (AP) había sumado 39,35% y en las preguntas donde sólo Correa hizo campaña, el No alcanzó el 36%. Análisis territoriales de los votos demostraron que precisamente donde AP había sumado más apoyos en las presidenciales fue donde mejores números obtuvo el No. Es decir que la gran mayoría de las bases originales de la Revolución Ciudadana se habría inclinado por respaldar al ex presidente, mientras que Moreno concentró los votos –quizás circunstanciales– de los electores independientes y de derecha.
Panorama difícil
Rafael Correa no podrá volver a ser candidato presidencial y decenas de organizaciones promueven la judicialización de cualquier asomo de irregularidad que pudiera haber habido durante su Gobierno, para llevar a él o a sus dirigentes más cercanos ante los tribunales, como ocurrió con el ex vicepresidente Jorge Glas, condenado a prisión en el marco de las investigaciones de Odebrecht.
Lo positivo para el ex presidente es la base electoral de 36% alcanzada en una campaña corta y sumamente desigual, luego que la justicia otorgara Alianza País al sector del gobierno y obligara a Correa a iniciar los difíciles trámites de formación de una nueva organización política con habilitación electoral.
En su primera entrevista tras la consulta, el ex presidente reivindicó el resultado y advirtió: “Vamos a ver cuántos padres tiene la supuesta victoria. Lo único que les une es el odio hacia mí”. “Es un gran triunfo para nuestro movimiento, luchando contra todo y contra todos”, reafirmó. Y argumentó: “Un ex presidente, sin estar en la papeleta, viviendo fuera del país, sin el movimiento político que nos robaron, en tan sólo 25 días de campaña, tomando las preguntas en un nivel del 13% en las encuestas, con un blindaje mediático increíble, que logremos 36% en las preguntas que promocionamos es muy claro para cualquier persona inteligente”.
Sobre su futuro político, declaró: “Vamos a impulsar el nuevo movimiento Revolución Ciudadana, tenemos un capital político extraordinario, 36%, pero ya deben venir nuevos cuadros jóvenes para tomar la posta”.
El próximo termómetro electoral serán las elecciones municipales de 2019.