Iván Duque llevó a Colombia a otra jornada trágica
Varios manifestantes fueron asesinados este viernes en Cali y otras ciudades de Colombia, durante las marchas multitudinarias que conmemoraron el primer mes del paro nacional contra el gobierno de Iván Duque.
La gravedad de la situación generó múltiples nuevas denuncias sobre graves violaciones a los derechos humanos por parte de la policía y la protección de grupos civiles que atacaron a los manifestantes.
Las dos mayores evidencias de esta jornada, a un mes del 28A, fueron las masivas marchas y otras actividades en la mayoría de las ciudades del país y la responsabilidad política del gobierno en cada manifestante muerto o asesinado.
Como ya ocurrió en otros días del Paro, Cali fue el centro de la violencia institucional. También se reportó un incendio en la alcaldía de Popayán y fuertes choques en la localidad de Madrid, a 20 kilómetros de Bogotá.
En Cali se reportaron al menos cuatro muertos, situación extremadamente grave en la que se vieron, entre otras acciones, el repliegue policial para allanar el camino a grupos civiles que atacaron manifestantes.
Por la mañana murió un joven de 22 años en un enfrentamiento entre quienes realizaban un bloqueo y quienes pretendían levantarlo, en el municipio de Candelaria, en el área que rodea a Cali.
Horas después, otro tiroteo en similares circunstancias se produjo en en la autopista que conecta Candelaria con Cali, a la altura de una localidad llamada La Luna, en la que murieron tres personas.
Dos de las víctimas son jóvenes y la tercera un hombre, Freddy Bermúdez Ortiz, sindicado por los manifestantes como agente encubierto de la Fiscalía, que había matado a esos dos jóvenes y luego fue linchado por la comunidad.
Por la noche se conoció la noticia de la detención en Cali del músico Álvaro Herrera Melo. Las organizaciones pidieron su liberación y denunciaron que las autoridades buscan, bajo tortura, que diga que es un vándalo (foto).
La gravedad de la situación obligó al presidente Iván Duque a viajar a última hora del día a Cali, para encabezar allí una reunión del Consejo de Seguridad.
Se trata de la tercera visita del mandatario a la ciudad, también en los dos casos anteriores porque la violencia había recrudecido en la zona en medio del paro.
Duque se muestra incapaz de dar una respuesta a las demandas sociales que motivaron la histórica protesta, más allá de haber retirado proyectos de ley antipopulares.
Tras la gravedad de los hechos de este viernes, el Gobierno ordenó más represión, volcar más armas a las calles y ejercer la violencia necesaria para acabar con las protestas.
La represión policial, la militarización y los grupos de choque civiles tienen el sello de la derecha violenta en Colombia, identificada bajo el término de «uribismo».
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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