02 marzo, 2017
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Moreno y Lasso se preparan para el balotaje en Ecuador
El conteo rápido determinó que habrá segunda vuelta el 2 de abril entre el oficialista Lenín Moreno y el banquero Guillermo Lasso. La derecha se reagrupa y Alianza País llega con confianza.
Quedó a las puertas del triunfo en primera vuelta, pero no le alcanzó. Según el conteo rápido oficial, al 22 de febrero y con el 98,5% escrutado, el candidato de Alianza País (AP), Lenín Moreno, fue el más votado con 39,33% y terminó a 0,66 puntos porcentuales de la victoria. La participación fue alta: 81,8%.
Para ganar la elección del 19 de febrero, el ex vicepresidente de Rafael Correa necesitaba superar el 40% y conseguir una diferencia de más de 10 puntos sobre el segundo. Esto último sí lo logró, ya que el banquero opositor Guillermo Lasso (de la alianza Creo-Suma) alcanzó un 28,2%.
En las elecciones legislativas, AP logró preservar la mayoría propia con no menos de 72 asambleístas (de 69 necesarios) y, pese a que tenía 100, seguirá controlando la Asamblea Nacional.
Dura batalla en puertas
Rápidamente el resto de la derecha y sectores empresariales se reagruparon detrás del candidato opositor que llegó a la segunda vuelta. El Partido Social Cristiano (PSC), que quedó tercero y muy lejos del balotaje con la candidatura de Cynthia Viteri (16,2%), se acomodó de inmediato. Su líder y alcalde de Guayaquil desde 2000, Jaime Nebot, declaró al día siguiente de la elección que “por culpa de otros no se pudo consolidar una candidatura de unidad nacional alrededor de la figura del señor Lasso”, y llamó a votarlo pese a haberlo confrontado con dureza durante la campaña. Otro que confluirá con el candidato liberal es Abdalá Bucaram (hijo), que terminó quinto con 4,8%.
Quien no apoyará al banquero es el general retirado Paco Moncayo, que quedó en cuarto lugar (6,8%) encabezando una alianza de centroizquierda conformada por Izquierda Democrática, Centro Democrático, Unidad Popular y Pachakutik. “Personalmente no apoyaré a nadie”, avisó la misma noche de la elección el candidato socialdemócrata, que se mostró disconforme con los resultados obtenidos. Y el quinto, Iván Espinel (3,2%), se reunió el 22 de febrero con Lenín Moreno, aunque sin tomar posición frente al balotaje. Los otros dos candidatos, Washington Pesántez y Patricio Zuquilanda, no llegaron al 1%.
El punto de confluencia entre distintas fuerzas opositoras fue el rechazo al recuento de votos, que tras un rápido inicio en la noche del domingo 19 de febrero, avanzó con lentitud el lunes y el martes (ver recuadro). Ante la hipotética posibilidad de que Lenín Moreno llegara al 40% y ganara en primera vuelta, la oposición convocó manifestaciones en Quito y Guayaquil para presionar al Comité Nacional Electoral (CNE) y advirtió que no reconocería la eventual victoria oficialista. La consideraba un fraude de antemano, pese a no tener ninguna prueba.
Ante la reacción opositora, Moreno llamó a respetar la voluntad popular y respondió que “la violencia no debe definir el resultado”. “Más allá de lo que decida el CNE, ya comenzamos nuestro trabajo, ¡hay tanto por hacer!”, agregó antes de viajar a la provincia de Manabí. Desde allí pensaba seguir “la lucha por una patria mejor, sin violencia pero con libros, sin insultos pero con hospitales, sin odios pero con vivienda y trabajo, sin mentiras pero con oportunidades, universidades y becas”, destacó.
El destino del viaje no fue casual. Manabí y Esmeraldas sufrieron el gravísimo terremoto de abril de 2016 (7,8 según la escala sismológica) y sus réplicas, que dejaron 680 muertos y grandes zonas destruidas. Durante la campaña, un sector de la oposición aprovechó el hecho para denunciar el supuesto fracaso y estafa de la reconstrucción y las medidas llevadas adelante. Sin embargo, en Manabí el candidato de AP obtuvo 54% y el de Creo apenas 18,1%, mientras que en Esmeraldas los números fueron 40,6% y 28,1%. Estos resultados fueron “la mejor respuesta a las calumnias y mentiras sobre la reconstrucción”, celebró Rafael Correa.
El Presidente también salió al cruce de los candidatos opositores que convocaron manifestaciones en las calles para que el CNE confirmara anticipadamente la segunda vuelta. “Con el 10% de los votos todos sabíamos quiénes eran los ganadores de la primera vuelta, pero nadie sabía si el binomio ganador llegaba o no al 40%. Por eso no se proclamaron resultados en base a proyecciones y se hace el conteo voto a voto, lo cual ha sido aprovechado por los perdedores para generar violencia y hablar de fraude”, explicó Correa y alertó: “¡El viejo país intentando resucitar!”. “En todo caso, por la violencia nada lograrán. ¡Somos más, muchísimos más!”, celebró desde su cuenta de Twitter.
Otro motivo de alegría para el Presidente fue el triunfo del Sí en la consulta popular sobre paraísos fiscales (55% a favor). Ahora la Asamblea Nacional tiene hasta un año de plazo para modificar las leyes necesarias y reglamentar las nuevas restricciones. Cuando eso ocurra, los funcionarios públicos y todos los que aspiren a cargos de elección popular no podrán tener dinero en paraísos fiscales. Para poder serlo, deberán regresar los recursos al país.
Apoyos opuestos
Entidades como el Comité Empresarial Ecuatoriano (cuyo presidente fue candidato a asambleísta nacional por el PSC) y la Cámara de Comercio de Guayaquil se sumaron a las presiones contra el CNE. “Le pedimos a los empresarios dejar en libertad a todos sus colaboradores para que estén en las calles y nos ayuden a salvaguardar el voto por el cambio. (…) Un día de libertad por una vida de libertad”, declaró el presidente de la organización que reúne a los comerciantes de la ciudad.
Envalentonado, el banquero opositor ya anunció la preparación de una “mesa de gobernabilidad” con líderes políticos, sociales y gremios, para ofrecer espacio a opositores en un hipotético futuro gobierno suyo
Del lado de AP, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que agrupa a 15 organizaciones nacionales; la Federación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin); la Coordinadora Campesina Eloy Alfaro, la Coalición de Organizaciones Sociales (COS) –que reúne a 27 colectivos a nivel nacional– y la Red de Maestros –profesores públicos– respaldan activamente a Lenín Moreno.
El secretario encargado del movimiento político, Óscar Bonilla, afirmó: “Estamos preparados para continuar con nuestra lucha” y resaltó que AP “es una fuerza victoriosa con más de un millón de votos (de diferencia) sobre el candidato que sigue”.
Lenín Moreno también envió un mensaje cargado de optimismo: “El candidato más fácil de derrotar es Lasso”, alentó. “Todas las encuestas y simulacros dan como perdedor a Lasso de concretarse una segunda vuelta”, justificó luego. Ante la propuesta del candidato derechista de hacer “un debate público por semana”, contestó: “Yo fijaré el momento que vamos a dialogar”. Por si quedaban dudas, reafirmó: “Iremos a la segunda vuelta y los volveremos a derrotar, así como les hemos derrotado en todas las instancias en que se han presentado hasta el momento”.
I.D.
CNE: “El escrutinio ha funcionado de manera impecable”
Luego de una rápida presentación de más del 50% del escrutinio, apenas tres horas después de que finalizaron las elecciones el domingo 19 de febrero, el Consejo Nacional Electoral (CNE) demoró sin embargo hasta el miércoles para dar resultados finales.
Pese a las quejas públicas de candidatos opositores, el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, defendió que “el sistema de escrutinio ha funcionado de manera impecable” y que las especulaciones surgen por el estrecho margen que hubo para definir si había o no una segunda vuelta. “Ojalá podamos hacer un mejor ejercicio de cultura política”, lamentó Pozo ante la actitud tomada por un sector de la oposición que llamó a protestas contra el organismo electoral.
El presidente del CNE explicó que el retraso en el final del escrutinio se debió a tres cuestiones “normales en todo proceso electoral”: la inconsistencia de algunas actas, la llegada rezagada de otras y demoras habituales en el proceso de entrega de resultados preliminares oficiales. La ley electoral dispone para estos casos –cuando no hay segundas actas– que cada Junta Provincial Electoral debe resolver esa irregularidad con el reconteo de votos en audiencias públicas de escrutinio, es decir, en presencia de representantes de las fuerzas políticas acreditadas. “Es un tema de responsabilidad y no de velocidad”, argumentó la autoridad electoral.
Pozo explicó que el 80% de las actas se ingresaron en apenas cinco horas por la calidad del sistema de escrutinio y el resto del proceso se cumplió con normalidad en tiempo y forma, teniendo en cuenta la necesidad de resolver inconsistencias. Adelantó además que iniciarán acciones legales contras las personas que han agredido a funcionarios del CNE durante el tiempo de escrutinio.