Explota la crisis interna de la Iglesia tras los abusos
Ignacio Díaz – América XXI
La mayor investigación y revelación de casos de abusos sexuales de sacerdotes en Estados Unidos sigue sacudiendo a la Iglesia Católica. Lo ocurrido en el estado de Pensilvania expuso además “el sistemático encubrimiento de las autoridades eclesiásticas en ese estado y en el Vaticano”, según expresó el fiscal general del distrito. VER: 300 CURAS ACUSADOS POR ABUSO DE MENORES
“La prioridad no fue ayudar a los niños, sino evitar el escándalo. Los sacerdotes estaban violando a pequeños niños y niñas y los hombres de Dios que eran responsables de protegerlos no solo no hicieron nada, sino que lo escondieron todo”, se lee en el reporte de la extensa investigación estadounidense.
Ante el escándalo desatado, el papa Francisco escribió una carta pública en donde condenó los abusos sexuales y la posición asumida por el Vaticano ante esa situación. Sin embargo, el arzobispo de Dublin (Irlanda) -que lo espera este sábado en el país- le respondió que “no basta con pedir perdón” y que “las estructuras de la Iglesia católica que permitieron que hubiera casos de abuso sexual deben ser destruidas para siempre”.
Problemas en dos frentes
Irlanda es un país de profunda tradición católica. Quizás los rápidos cambios que allí se están produciendo sean los que mejor expresan la crisis que atraviesa esa institución a nivel mundial.
Recién en noviembre de 1995 el país pudo tener una ley de divorcio, rechazada por la Iglesia. Sin embargo, desde entonces los cambios se aceleraron y en mayo de este año la población aprobó a través de un referéndum la legalización del aborto.
Esto mismo estuvo a punto de aprobarse en Argentina, el país de Francisco, pero fue finalmente rechazado por los senadores este mes de agosto, en medio de una impresionante movilización de mujeres que exige la ley con urgencia.
El Papa y otros sacerdotes argentinos presionaron con fuerza para que se mantenga la penalización de los abortos, pese a que decenas de mujeres mueren cada año por su realización de forma clandestina o insegura. Los hombres de la Iglesia, con Francisco a la cabeza, llegaron a comparar los abortos con los crímenes del nazismo.
El hecho despertó que las mujeres argentinas agregaran a su lucha por la legalización del aborto -caracterizada por los pañuelos verdes- una campaña nacional de apostasía religiosa -impulsada por pañuelos naranjas- para exigir la separación de la Iglesia del Estado.
En este contexto Francisco llegará a Irlanda el sábado para encabezar la Reunión Mundial de las Familias, evento que se realiza cada tres años y contará con la presencia de más de medio millón de personas.
El arzobispo de Dublin ya lo encominó a hablar “abiertamente y con franqueza” de los abusos y reconoció que la visita papal “está enmarcada por la preocupación en torno a nuestra Iglesia católica y su futuro”.
“La rabia de la gente no es sólo por los abusos, sino porque la Iglesia fue autoritaria, despótica y autoprotectora. Los escándalos de abusos han provocado un resentimiento enorme entre los creyentes”, dijo en su última homilía Diarmuid Martin, arzobispo de Dublin.
La iglesia irlandesa está atravesada por numerosos casos de abusos sexuales a lo largo de la historia, muchos de los cuales ya salieron a la luz y golpearon con fuerza en un país de larga tradición católica.