Francia encabeza la revolución de los nadies en Colombia
Este artículo fue publicado en la edición N° 39 de nuestro Boletín especial para suscriptores y aportantes de América XXI. Por esos días, el binomio Petro-Márquez había ganado la primera vuelta electoral en Colombia. Ahora, con los resultados conocidos, la magnitud de la figura de Francia Márquez cobra una relevancia tal que volvemos con el mismo el material, esta vez abierto a quienes nos siguen a través de nuestra página web.
Por María Jagoe
Francia Márquez construye su propia historia multiplicada por miles de mujeres que ven en ella su propia vida. Esta mujer, la primera candidata afrodescendiente, es abogada, lideresa ambientalista y de derechos humanos y fue trabajadora del servicio doméstico y madre en el empobrecido departamento del Cauca.
Francia Márquez es el símbolo de la revolución de los nadies que promete una reparación histórica para las mujeres, las diversidades y el pueblo negro, raizal y palenquero. “No estamos pidiendo permiso para entrar”, advierte ella. “Estamos empujando la puerta”.
Lideresa ambientalista
Francia Márquez Mina fue la tercera precandidata presidencial más votada en las elecciones primarias de marzo de este año, superando a candidatos con más trayectoria política y una mayor estructura partidaria detrás. De ese proceso electoral nació su rol como compañera de Petro en el binomio del Pacto Histórico.
Francia no tiene experiencia ocupando cargos públicos, pero lleva en sus espaldas años de militancia a favor del ambiente y los derechos humanos. Nacida en el Cauca, en el suroeste colombiano, desde los 13 años participó del proceso comunitario que se opuso al represamiento del río Ovejas.
En 2009 enfrentó el desalojo que la minera AngloGold Ashanti quería llevar adelante en la zona. “Ahí dije: ‘Yo tengo que estudiar derecho pa’ saber cómo es que esto funciona, porque si no, nos van a joder’”, explicó Francia a la revista Rolling Stone.
Se recibió como abogada por la Universidad Santiago de Cali. La carrera le llevó siete años porque era arancelada y tenía que estudiar un cuatrimestre, dejarlo otro para trabajar y retomar los estudios a los pocos meses.
Como lideresa ambientalista experimentó de primera mano la impotencia de no ser escuchada por el Estado e incluso sentir que estaba en su contra. Su respuesta fue la “Marcha de los Turbantes” que encabezó en 2014 y que llevó a unas 40 mujeres afrodescendientes desde Cauca hasta Bogotá.
“La política se ha metido con nuestras vidas, con nuestras familias, con nuestros territorios, se ha metido en nuestras casas y ha definido la forma en que tenemos que vivir. Ahora nos toca a nosotros meternos con la política para generar los cambios que necesitamos”, afirmó este año antes de las primarias.
La defensa de su territorio contra la minería ilegal la hizo blanco de amenazas por parte de grupos paramilitares. Francia y sus hijos tuvieron que abandonar Cauca y se instalaron en Cali.
En 2018 ganó el Premio Goldman, popularmente conocido como “el Nobel del Medio Ambiente”. Al año siguiente, ella y su equipo fueron atacados por hombres armados. Francia reafirmó su compromiso con la paz en su tierra: “Ya está bueno de tanta sangre derramada”.
Defensora de derechos humanos
Cauca, un departamento de casi un millón y medio de habitantes, es una de las zonas del país más castigadas por el narcotráfico y la violencia de los grupos paramilitares armados. En la cuenca del río Naya proliferan las explotaciones mineras ilegales y se calcula que hay más de 17.000 hectáreas sembradas con coca.
Con altos niveles de pobreza y desempleo, no es de extrañar que muchas personas vean en las actividades ilegales una manera de ganar dinero rápido para mantener a sus familias. La mayoría de la población es negra, indígena y campesina.
Según un informe del Programa Somos Defensores, 53 líderes de derechos humanos fueron asesinados en Colombia entre enero y marzo de 2022. El Cauca fue el departamento que más asesinatos registró.
Desde la firma del acuerdo de paz, 272 líderes de la región fueron asesinados. 51% eran indígenas, 26% campesinos y 11% afrodescendientes. Sin embargo, Francia Márquez destacó que el pueblo sigue resistiendo.
“En medio de la guerra, del abandono, del racismo, del patriarcado y del machismo que se impone sobre la vida de las gentes, hemos logrado avanzar también en términos de la resistencia, de generar escenarios que nos permitan vivir en paz y sin miedo”, afirmó.
Mujer afrocolombiana
Francia Márquez se asume como representante del “pueblo afrodescendiente, negro, raizal y palenquero”. En Colombia se identifica como población raizal a los descendientes de europeos y africanos, y como comunidad palenquera a los descendientes de los esclavos que se refugiaron en la costa norte en el siglo XV.
Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), 4.43 millones de personas se autorreconocen como negras, afrocolombianas, raizales y palenqueras (Narp). Son al menos el 8,6% de la población del país.
La mayor parte de esta comunidad sólo tiene educación primaria (31,3%) y casi un cuarto está en condiciones de pobreza multidimensional (24,5%). A nivel nacional, 36,9% de los hogares son estrato 1, el nivel más bajo, pero entre la población Narp ese número asciende al 66,1%.
El 21 de mayo, en plena campaña para las elecciones presidenciales, el país celebró el Día de la Afrocolombianidad que conmemora la abolición de la esclavitud en 1851. Ese día Francia encabezó un acto público en el centro de Bogotá y su seguridad tuvo que bajarla del escenario cuando le apuntaron con un láser.
“Valorarme a mí misma, descubrirme negra, sentirme orgullosa de mi negrura, de mi historia, es parte de todo el proceso que ha significado mi activismo y mi lucha”, destacó. Por eso rechaza la calificación de su candidatura como un “fenómeno político”: el cambio real viene del pueblo que se identifica con ella.
“Mi candidatura es un esfuerzo de muchos años, de mucha gente, y no empezó ahora, lleva siglos. Es un acto de reparación histórica para un pueblo al que nunca le dieron voz en la política representativa, de reparación histórica para las mujeres de este país que no tuvimos voz”, explicó.
Francia apuesta a feminizar la política, a ponerle contenido a la democracia colombiana y a disputar espacios que tradicionalmente fueron de hombres blancos, privilegiados y de élite.
“Los de abajo, los nadies, los que no hemos tenido voz, a los que nos han silenciado, a los que históricamente nos han violentado, nos ponemos de pie para decir que vamos a ocupar el Estado, que vamos a ir de la resistencia al poder hasta que la dignidad se haga costumbre para nuestro país”, afirmó.
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