Guamanique, al compás de los tambores
02 marzo, 2017
category: EDICIONES IMPRESAS
Un grupo folklórico recupera las raíces culturales de Puerto Rico
Desde 1994 representa diferentes géneros de la música folklórica puertorriqueña. Fomenta danza, interpretación instrumental, creación de máscaras de carnaval y enseñanza a niños.
Guamanique es una compañía folklórica dedicada a preservar y promover los bailes y la música tradicional de Puerto Rico. Fue fundada en 1994 por su director y coreógrafo, Eduardo Calderón, en el pueblo de Vega Baja. Desde entonces Guamanique ha trabajado arduamente en muchísimos escenarios a nivel nacional e internacional, mostrando lo mejor de la cultura puertorriqueña por medio del talento de jóvenes comprometidos a reforzar y conservar las piezas idiosincráticas que definen la identidad del pueblo puertorriqueño.
El nombre de la compañía proviene del cacique indígena taíno del área de Guayama, ubicada en el sur de la Isla de Puerto Rico, y representa el reconocimiento a las raíces precolombinas y su legado en las costumbres y tradiciones de los puertorriqueños.
Actualmente la agrupación está incorporada al Estado Libre Asociado de Puerto Rico, al Instituto de Cultura Puertorriqueña y trabaja en colaboración con la Compañía de Turismo de Puerto Rico en el desarrollo estratégico de actividades culturales que impacten en el público local y en los visitantes, con el objetivo de promover el esparcimiento del conocimiento sobre los bailes y la música tradicionales de Puerto Rico.
Además, la compañía pertenece a La Organización Internacional del Arte Popular (IOV) y desde hace muy poco tiempo forma parte de la Red de Festivales Folkóricos de América y del Caribe (Redefest). Entre otras funciones, ambas organizaciones facilitan la creación y el desenvolvimiento de festivales internacionales donde se muestran las diferentes manifestaciones culturales de distintos países del mundo.
“Por más de 10 años, Guamanique ha demostrado con orgullo y esfuerzos el valor de la cultura en convenciones, festivales locales, festivales internacionales de folklore, obras teatrales, comunidades especiales, escuelas, entre otros”, cuentan sus organizadores.
Representaciones
Desde el comienzo del período de la colonización, centenares de españoles fueron a vivir a la isla de Puerto Rico. Una gran parte de la población se concentró en la región central montañosa. Ellos trajeron consigo sus costumbres y tradiciones, incluyendo la música y los bailes. Los coordinadores de Guamanique recuerdan que “con el paso de los siglos, esos patrones culturales evolucionaron y se convirtieron en nuestros. Al mismo tiempo, la música y los bailes cambiaron. El Cuatro, nuestro instrumento nacional y los ritmos llamados del Seis aparecieron como patrimonio, caracterizándose por su música muy melódica y bailes usualmente sencillos que demuestran los momentos de felicidad del jíbaro puertorriqueño”.
Otra de las representaciones que lleva adelante Guamanique es la denominada Danza, género musical nativo de Puerto Rico, que está altamente influenciado por la contra danza francesa y el danzón cubano. La Danza es una forma de música compleja que puede ser variada en su expresión: sus letras pueden ser tanto románticas como festivas. Aunque sus orígenes no están muy claros, probablemente surgió para 1840 como reacción en contra de la rígida contradanza española que ya se bailaba y que fue fuertemente influenciada por los inmigrantes cubanos con su música habanera. El género continuó su evolución hasta que fue llevada a un nivel artístico por parte de Manuel Tavarez. Su discípulo, Juan Morel Campos, la adoptó y la desarrolló hasta su nivel máximo de expresión.
La Bomba es otro de los ritmos que desarrollan, basado en la música y el baile de herencia africana. En ella se tocan dos o más barriles, dos palos de madera llamados cuás y una maraca de higüera. El baile consiste en un diálogo rítmico entre el tocador de bomba y los bailarines. Los movimientos ejecutados son ritmos cambiantes que emite el bombero en su barril llamado primo o subidor y que crea una interpretación por ambas partes. La Bomba fue y continúa siendo una expresión cargada de emociones y sentimientos profundos.
Pero no sólo de baile vive Guamanique. Sus integrantes también crean máscaras, llamadas vejigantes que se utilizan en el Carnaval de Ponce. Este carnaval coincide con el Mardi Gras, el Carnaval de Río de Janeiro y el de Venecia. Las máscaras de Ponce son diferentes a las que se usan en Loíza. Mientras que las de Loíza son hechas de la cáscara de coco, las de Ponce son hechas de papel maché y se asemejan a las máscaras usadas en la República Dominicana en los carnavales que preceden a la Cuaresma.
Creados a través de siglos de experiencias e interacciones culturales, la Plena es la forma de expresión musical originada en la ciudad de Ponce. Además es considerada como el periódico musical porque con sus letras se cuentan los acontecimientos de los barrios de Puerto Rico. La Plena usualmente se toca al ritmo de los panderos (pleneros), el cuatro, la guitarra española y el güiro. Pero también, la melodía, puede ser interpretada por el acordeón o un clarinete.
En sus años de trayectoria, Guamanique ha recorrido Estados Unidos, México, Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Corea del Sur, Alemania, Austria, Bulgaria, España, Francia, Finlandia, Hungría, los Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rusia y Suecia.
Desde su nacimiento, el grupo da clases de baile a niños y niñas de entre 6 a 13 años y es el primer programa de bailes folklóricos para chicos del país. La idea es enseñarles no sólo a bailar sino también a conocer sus raíces culturales y a expresarse como seres individuales y creativos. El objetivo es “sembrar la semilla de la cultura en nuestros niños y desarrollarla a través de nuestras clases y proyectos, nos permite mantener vivo lo nuestro y perpetuarlo para las futuras generaciones.”, dijo Eduardo Calderón, director artístico y fundador de Guamanique en declaraciones a la prensa.
“El programa –explica- surge al identificar que los niños no están en contacto con las danzas puertorriqueñas, por lo que desconocen una parte importante de la historia de Puerto Rico. La cultura, al competir con la ola tecnológica en la que están creciendo los más jóvenes, ha tenido que buscar nuevas formas de estar presente en sus vidas. Por lo que en las clases, aprenden tanto de música, baile, historia y cultura, mientras se divierten sanamente”.
“En cada una de las clases buscamos estimular la creatividad de ellos por lo que permitimos que se expresen libremente a la hora de bailar. Por eso no le imponemos patrones o directrices estrictas para que no se cohíban”, enfatizó Calderón, quien posee un doctorado en historia de América y Puerto Rico.
En sus más de 20 años de existencia, el Ballet Folklórico Guamanique de Puerto Rico se ha caracterizado por gestionar proyectos culturales y artísticos, tanto en Puerto Rico como internacionalmente. En junio de este año participarán del Festival Mundial de Folklore de la Villa de Saint-Ghislain en Bélgica.
En palabras de Olvin Valentín, bailarín y director ejecutivo de Guamanique: “con nuestra filosofía de enseñanza, ellos ven que pueden crear y mientras más lo hacen se enamoran del ritmo y de la cultura. Al principio ellos se cohíben pero poco a poco van socializando con los demás compañeros, pierden la timidez, se comunican mejor y tienen confianza en que pueden realizar el trabajo”.