Guerra por TV, sangre bajo los escombros – Por Adrián Fernández
17 mayo, 2021
category: FORO DEBATE, RADIO
A comienzos de este siglo, Estados Unidos marcó una tendencia que hoy replica el Estado de Israel como potencia ocupante de los territorios palestinos: la guerra televisada busca convencer a la humanidad que sólo mueren los villanos.
Sin embargo –tal como sucedió en el bombardeo de 2014 que dejó casi 2500 muertos- más del 70% de las víctimas de Israel en Gaza son civiles y más del 30% de todos los fallecidos son niñas y niños.
El estreno de la guerra en directo, de buenos contra malos, ocurrió durante la llamada Guerra de Irak, que comenzó en 2003 con la última gran invasión militar estadounidense (tras aquella derrota, como sabemos, Washington generó guerras por otros medios, como crear convulsión interna y dar armas y dinero a mercenarios).
(Texto y voz: Adrián Fernández)
Damas y caballeros, miren bien, sin parpadear. Nuestra estrella rutilante caerá exactamente donde está la cruz de la mira, en el centro mismo de un edificio donde se reúnen los terroristas. La tecnología nos permite ser precisos y volar en mil pedazos a un jefe militar o a un miliciano dentro de su oficina, en un taller preparando bombas, saliendo de su casa o viajando en su vehículo.
Atención: los niños pueden permanecer frente a la pantalla pues estas imágenes no son cruentas. Tal vez mañana, incluso, orgullosos, se enrolen en nuestras gloriosas fuerzas militares para ser ellos mismos quienes pongan en caja a los enemigos del planeta.
De más está decir, señoras y señores, que quienes estamos volando por encima del edificio desde un dron, o cómodamente sentados en casa, somos los buenos. Quienes están dentro de ese búnker, los malos. Fácil de comprender, como se darán cuenta.
Veremos a continuación, estimados televidentes, cómo el proyectil entra por un lado y escupe pedazos por otro. Suban el volumen y miren el cronómetro. A los tres segundos comienza el show.
Allí donde muestra la mira, no aparten la vista, atentos… ¡Pum! ¡Allí mismo!
Pueden verlo con sus propios ojos, damas y caballeros, adultos y niños. Eso que asoma por ese lateral es una bola de fuego, lo que salta por el lado opuesto son restos de cosas y personas.
Si esto no es suficiente, damas y caballeros, un segundo proyectil derribará el búnker de los inhumanos terroristas.
Pues bien, a pedido del gentil público presente, va una más. Esta vez impactaremos en un edificio más alto, con más habitaciones, verdadero nido de terroristas (les pedimos encarecidamente que se graben esa palabra, te-rro-ris-tas).
¡Pum!
Si observan bien, el edificio se tumba sobre uno de sus laterales. Y cae muy lentamente. Y cae. Y cae. Y cae sobre otras viviendas en un espectáculo único que solamente ustedes, señoras y señores, público sagaz e inteligente, sabrán apreciar… Ahora presten atención al silencio…
Sepan disculpar, el polvo que se levanta alrededor del cráter, impide ver el final del espectáculo.
Amigas y amigos, no crean lo que les dicen. Sólo crean lo que ven. Deben saber que allí abajo no había niños ni mujeres ni ancianos. Recuerden: te-rro-ris-tas…
Para cuando el polvo se disipe, la transmisión se habrá interrumpido. Debemos darle descanso a nuestro público. Los esperamos en nuestra próxima función.