Homs, una lucha por volver a la vida – Por Matías Quirno Costa
15 enero, 2019
category: FORO DEBATE
Si bien en 2014 el ejército sirio recuperó la mayor parte de la ciudad de Homs, 169 kilómetros al norte de Damasco, no fue hasta 2017 que la ciudad quedó enteramente en manos de las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad.
Las imágenes de una ciudad arrasada se abren ante nosotros. Al-Khaldiya, un barrio de trabajadores y clase media, sólo sostiene en pie esqueletos de lo que hasta hace unos años fueran hogares, comercios y todo lo que alguna vez dio vida a esa comunidad. Es uno de los tantos barrios castigados de Homs que habían sido tomados por grupos terroristas.
Pese a lo dantesco de la escena, nos encontramos con Ammar, un vecino que poco a poco ha comenzado a reconstruir su casa. Esposo y padre de dos hijas, cada día luego de trabajar se hace un tiempo para su familia levantando nuevamente las paredes de su hogar. Si bien el gobierno da una ayuda a quienes están en esta situación, lo cierto es que no alcanza. La crisis por la guerra acarrea también una grave crisis económica con una inflación galopante.
Para subir al primer piso de la vivienda de Ammar debemos hacerlo por una escalera aún repleta de arenilla y escombros, lo que dificulta la tarea. Allí el anfitrión nos describe la distribución de su casa.
A tan sólo tres calles de allí nos encontramos con la escuela primaria del barrio (foto de portada y foto derecha). Basta cerrar los ojos para escuchar el bullicio fantasmagórico de los niños y niñas jugando en el patio o estudiando en las aulas.
El aro de básquet del patio continúa amurado. Recorrimos los restos de las instalaciones y vimos lo que encontramos en cualquier escuela: paredes escritas con dedicatorias amorosas entre los alumnos.
También estuvimos en la sala del director. Siguiendo por el pasillo, al fondo se ve pintada sobre una pared la imagen de Rabab, una niña de libros infantiles que se caracterizaba por ser estudiosa y alegre. Hoy está atravesada por varios disparos de AK-47, precisamente en el cuello y en el corazón.
Finalmente entramos a una de las aulas en cuyo pizarrón continúa escrita la última clase que se dictó allí en 2011, el tema “Los volcanes”.
Saliendo de Al- Khaldiya, llegamos al mercado de Homs. Allí se observa que muchas tiendas han reabierto sus persianas, y ofrecen sus mercaderías. Los techos hechos a nuevo dan la sensación de estar a miles de kilómetros de este conflicto. Pero al continuar el paso se nos vuelven a aparecer restos de la destrucción de los misiles y los morteros. Una mezquita antiquísima destruida y las piedras negras de basalto que quedan a la intemperie. Otra vez la pulsión de vida de hace presente.
Diferentes comerciantes han iniciado nuevamente a vivir de sus oficios. Caso del peluquero, el bicicletero, los de la ferretería que proveen de materiales para las refacciones, el hombre que vende dulces caseros y una incipiente fábrica de yogures.
Saliendo de la zona del mercado un grupo de trabajadores, que están haciendo una red de cloacas, calienta agua para mate y así matar el frío de este invierno sirio.
La resistencia y el dolor se huelen en el aire de Homs, miles de vidas se perdieron aquí y otras tantas se resisten a irse. Desean continuar pese a todo. Hoy los habitantes de Homs viven en paz pero saben que a pocos kilómetros de allí aún se vive lo que ellos vivieron unos años atrás. Todos auguran que el 2019 sea el fin de ésta guerra planificada y orquestada desde el exterior que ha costado la vida de gran parte de la población y ha hecho que miles deban emigrar hacia otros países.
Matías Quirno Costa. Homs, Siria, ENERO 2019.