Impacto mundial del voto por el aborto en Irlanda
Ignacio Díaz – América XXI
Un país que iba a la zaga en derechos sociales y donde la iglesia católica tenía un peso preponderante dio un fuerte mensaje internacional con un referéndum histórico. Con el 66,4% de votos a favor, las irlandesas y los irlandeses aprobaron la reforma constitucional que garantizará la legalización del aborto en el país.
Hace 35 años, también mediante un referéndum, Irlanda había aprobado con 67% de apoyos una enmienda constitucional que daba a los fetos el mismo derecho a la vida que a sus madres. Desde entonces, más de 180 mil mujeres irlandesas se realizaron abortos clandestinos o lo hicieron fuera del país, según datos oficiales.
Cuando a finales de año -según estimaciones gubernamentales- entre en vigor la nueva legislación, podrán realizarse abortos sin restricciones durante las primeras 12 semanas de embarazo y hasta los seis meses por problemas de salud.
Esta consulta popular se suma a la que en 2015 legalizó el matrimonio igualitario con 62% de votos, en un país donde el divorcio estuvo prohibido hasta 1996. Tras ese logro, el año pasado ganó la elección a primer ministro Leo Vadakar, dirigente democristiano de derecha abiertamente homosexual.
Repercusiones
El impacto de esta última votación nacional ya cruzó las fronteras y se instaló en Irlanda del Norte, nación perteneciente al Reino Unido donde el aborto no está permitido ni siquiera en casos de violación, incesto ni anomalías fatales del feto.
Pero no terminaron allí sus repercusiones, en momentos donde los movimientos feministas nacionales tienen una gran proyección mundial, principalmente en Europa y América.
En Irlanda el Sí ganó inclusive en las zonas rurales y entre los hombres, lo que supone una derrota para la Iglesia, en un país donde tres cuartas partes de la población se reconoce como católica. Además, fue la consulta con más alta participación desde que se aprobó el divorcio en 1996.
Con ese antecedente llegará este año a Irlanda el papa Francisco, en la primera visita oficial de un jefe del Vaticano al país desde 1979. Casualmente, el Papa argentino también enfrenta en su propio país un debate parlamentario por el derecho a la legalización del aborto, con una fuerte presión de la Iglesia sobre el partido de gobierno y la oposición peronista.
Gracias a la reforma legal en Irlanda, dejarán de viajar al extranjero 3.500 mujeres por año para abortar y ya no habrá compras ilegales de píldoras abortivas por Internet, que según la normativa vigente podían ser sancionadas con penas de cárcel.
El caso de Savita Halappanavar, fallecida en 2012 por una septicemia luego que se le negara la interrupción del embarazo que le provocaría la muerte, fue emblemático para esta lucha. Otros casos paradigmáticos como el de esta joven cuyo rostro quedó inmortalizado en un mural del centro de Dublín (foto) dan fortaleza a los movimientos que buscan el derecho al aborto en varios países del mundo.