Indignación tras la aprobación de otra obra minera en Chile
La Comisión de Evaluación Ambiental de Chile aprobó un nuevo proyecto megaminero en el norte del país, que incluye un puerto marítimo, y generó indignación por los daños ecológicos que conllevará, además de estar emplazado en una región donde la escasez de agua potable es alarmante.
Pobladores de varias ciudades, científicos, académicos y organizaciones ambientalistas alertan sobre la gravedad de esta decisión, en medio de la sorpresa ya que, en marzo de 2017, una comisión de ministros del Gobierno de ese momento había cerrado las puertas a la iniciativa.
El proyecto, denominado Dominga, de la empresa Andes Iron, implica no sólo explotación minera sino también la construcción de un gran puerto marítimo que -denuncian- pondrá en grave riesgo la fauna marina.
La iniciativa permitiría integrar una mina de hierro y cobre con un puerto para producir anualmente 12 millones de toneladas de concentrado de hierro y 150.000 toneladas de concentrado de cobre, con una inversión de 2.500 millones de dólares.
En esa región marítima vive alrededor del 80 % de la población mundial del pingüino de Humboldt y especies en peligro de extinción, acogidas actualmente en reservas nacionales.
También levantaron su voz trabajadores de instituciones del Estado chileno como el Ministerio de Medio Ambiente y del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura.
La Corporación Nacional Forestal (CONAF), encargada de administrar las áreas silvestres protegidas en el país, alertó que “los antecedentes presentados (para este proyecto) no permiten asegurar su sostenibilidad ambiental”.
Senadores y diputados adelantaron que recurrirán a instancias legales para detener el proyecto, que ya había sido frenado por el gabinete de ministros del Gobierno de Michelle Bachelet.
También el representante en Chile de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Eve Crowley, pidió frenar la iniciativa y evitar «el daño irreparable que el proyecto Dominga podría implicar para este ecosistema de relevancia mundial”.
La Sociedad Chilena de Ciencias del Mar pidió a las autoridades “detener y decidir de una vez por todas la no realización del proyecto bajo ninguna circunstancia actual o futura”.
Pero Dominga no es el único caso. Por el contrario, otros proyectos se suman a las actividades existentes y reavivan temores, disparan preguntas y demandan respuestas sobre los graves daños al medio ambiente en una región que, se sabe, cuenta cada vez con menos agua dulce.
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La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)