El casi saliente presidente de Ecuador, Lenín Moreno, rechazó el informe independiente que lo acusa de delitos de lesa humanidad durante la rebelión popular de 2019 y señaló que los «propios manifestantes» se pudieron lesionar.

«En este mundo bizarro, en este mundo extraño, en este mundo estrambótico y loco nosotros somos los culpables», se defendió el mandatario, quien dejará el Gobierno en mayo próximo.

Moreno desacreditó así el informe de una Comisión Especial para la Verdad y la Justicia (CEVJ), creada por la Defensoría del Pueblo, pero con actuación independiente.

El trabajo concluyó que el Estado era responsable de la represión y las violaciones de derechos humanos, que dejaron muertos y heridos.

Con base en ese informe, el defensor del Pueblo, Freddy Carrión Intriago, presentó una denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE) contra Moreno por delitos de lesa humanidad.

También denunció a la exministra de Gobierno María Paula Romo, el actual ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, y altos mandos policiales, y pidió la prohibición de salida del país para los denunciados.

Moreno aseguró que él y sus ministros ordenaron expresamente que no se disparara «un solo tiro» en esas manifestaciones, marcadas por la fuerte represión por parte de la Policía y las Fuerzas Armadas.

El mandatario sostuvo, sin pruebas ni elementos concretos, que las personas que participaron en las protestas «utilizaban esas armas caseras, que son armas de fuego».

Razonó que esas armas caseras «causaron más de una lesión» e insistió en que «a lo mejor, causaron lesiones, inclusive, entre los propios manifestantes».

La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)

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