Internacionalismo Chavista y sin Dogmas – Por Ángel Rafael Tortolero Leal
06 abril, 2021
category: FORO DEBATE, VENEZUELA
En la medida que los imperios aumentan sus niveles de agresiva injerencista, los pueblos libre del planeta que no se alinean a sus nefastas intenciones de dominación, se esfuerzan en la construcción de un mundo de vida mejor para toda la humanidad. No cabe dudas, que cada día son más las naciones que en irrestricto apego a las normas de convivencia pacífica, desarrollan desde su praxis, los elementos constitutivos de una espíteme del internacionalismo, consustanciada con la preservación del legítimo derecho a la autodeterminación y a la búsqueda de coincidencias entre las naciones, dentro de las diferencias y los intereses particulares de cada pueblo, guiado por la paz como estrategia, sin injerencias, ni mandatos hegemónicos, ni pretensiones supranacionales universales, ni asunción de normalidades domesticada, secularizantes de la diversidad y ajenas a libertad.
De allí que, la diplomacia de la “normalidad imperial” históricamente impuesta a sangre y fuego por los hegemónicos imperios y sus súbditos, al centrar sus estrategias en la dominación, más que en el acuerdo y la negociación, reproducen los estigmas de la guerra, administrando con peligrosa maldad, tiempos de tensa calma, con momentos de devastación y exterminio del contrario.
Así recientemente, devastaron a Libia, intervinieron en Siria, hostigan a los gobiernos progresistas en América Latino Caribeña, mantienen al borde la confrontación bélica contra Irán, Corea del Norte, Rusia, Turquía y China, a la vez que camuflan de “bondades altruistas”, “promesas de bienestar”, y “engaños mediáticos programados”, los relatos que posicionan, a los cipayo predestinados por ellos para gobernar en la órbita de sus criminales interés.
En ese sentido, para los supremacistas, la guerra es un negocio y como su oferta promete a los ambiciosos alcanzar el poder muy rápido, sus demandantes obcecados por el odio, presos de sus ambiciones, se hacen presas de sí mismo, como estafadores estafados, pues el saldo de muerte que dejan, pone en duda cualquier triunfo proclamado con ella.
Es de hacer nota, que sin negar que los intereses, geopolíticos y geoestratégicos preservados por las viejas escuelas de estudios internacionales, reservan a la “diplomacia” la tarea de conquistar y dominar con gracia y elegancia en nombre del “poder que representan”, no es menos cierto, que en el siglo XXI, los bloques de poder emergentes, están rompiendo esa dinámica dicotómica de la lucha entre el bien y mal, al mover el centro gravitacional de los precario y limitado equilibrio imperiales, con el surgimiento de la multipolaridad y la autodeterminación, o lo que es lo mismo, al el derecho a la libertad que todos los pueblos del mundo tienen.
En ese orden de ideas, desde occidente (EE.UU, U.E y Reino Unido) la guerra sube la apuesta por la dominación, mientras los bloques de poder emergentes en (Eurasia, Asia, América Latina y parte de África), elevan sus esfuerzos por la paz, asumida y practicada con sinceridad, sin menoscabo de su preparación para responder cada ataque simbólico, semántico, ideológico o bélico, si se diera el caso.
A diferencia de los siglos pasado, en este tiempo el mundo se hizo más pequeño y por tanto es común, que realmente el aletear de una mariposa en Beijín produzca un huracán en Washington, de allí que, la patética cobardía de los imperios, reconozcan su derrota al calificar a las naciones libres del planeta, como amenaza inusuales y extraordinarias para los intereses “predestinado en el destino manifiesto” preponderantemente estadounidense.
Por ello las tesis de la normalidad, normada por el hegemónico socio cultural que desde occidente lanza alaridos intimidatorios contra la humanidad toda, ya no espantan a nadie, y por el contrario inspira a tantos pueblos como naciones existen, a prestar atención urgente a la vida y la perpetuidad de la especie humana.
La pandemia del COVID-19 ha sido un acelerante de las condiciones objetivas y subjetivas para el cambio sustancial y profundo de las relaciones internacional; pues la muerte anda en las calle, su ubicuidad es real, no distingue entre razas, credo político, posición económica o religión, llego y desarmo el sistema mundo, pero también abrió la puerta a la solidaridad y la complementariedad, predica eterna de los rebeldes, bandera de los justos y praxis del socialismo comprometido y militantes, que en nuestro caso es Chavista y Bolivariano, extra seco y sin hielo, dialectico y comprometido con la vida.
Es la hora de los pueblos, de despejar la paja del trigo y entender que las revoluciones con sus particularidades, emergen como necesidad intrínseca de la humanidad, y se construyen desde la consciencia, lo que exige, un debate continuo, intersubjetivo y multidimensional que supera las trabas dogmáticas y coloca a la vida por encima del cálculo politiquero y los intereses, siempre mezquinos de los mercaderes.
Desde Venezuela, se propone la diplomacia de los pueblos, el respeto a las diferencias y la convergencia consensuadas de las naciones para superar las crisis cíclicas provocadas por el capitalismo. De allí que, no por casualidad, el Congreso Bolivariano de los Pueblos, el Foro de Sao Paulo, los Encuentro Mundiales Contra el Imperialismo por la Vida, la Soberanía y la Paz, entre otras convocatorias y acciones, hayan logrado ampliar la base sustantiva de participación protagónica de las mujeres y hombres prestos y dispuesto a la conquista de la felicidad.
Parafraseando a Ali Primera, “a Dios Rogando y con el Mazo Dando”. Porque cada día somos más, y en “las calles codo a codo, somos mucho más que dos” (Benedetti). Pero hay que seguir organizando y formando, pensando y actuando (y viceversa), por la construcción de un ejército de diplomáticos comprometidos con la paz, integrados en el internacionalismo militante, sin dogmas, ni imposiciones pero fieles a las causa de la humanidad.
He allí la tarea, sigamos haciendo futuro hoy.
(*) El autor es Profesor Investigador Titular en la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Centrales Rómulo Gallegos (UNERG), Diplomático Ex Embajador, Analista Internacional, Miembro del Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez. Internacional Bolivariana y Miembro de la Línea de Investigación: Políticas Públicas y Pensamiento Contra Hegemónico. Militante del PSUV