¡La vida en un récipe! – Por Carlos Torrealba Pacheco
15 abril, 2022
category: FORO DEBATE
Mis consecuentes lectores se sentirán intrigados por el título de estas reflexiones: ¡LA VIDA EN UN RÉCIPE! Éste se refiere a que existe la probabilidad de que una receta o indicación médica, mal entendido su contenido o no descifrado correctamente por el proveedor de fármacos o farmacéutico, puede ocasionar un error en la medicina suministrada; aunque normalmente estos profesionales por su experiencia y de acuerdo a los síntomas que presenta el paciente pueden en algunos casos “adivinar” a que medicamento se refería el galeno, pero de errar, ello pudiere desencadenar el agravamiento de la afección o en caso extremo el “deceso” de un paciente al suministrársele una medicina contraindicada. Lo señalado pareciese tremendista, exagerado o en términos vulgares “traído por los cabellos”, etc. pero no dudo de que ello haya sucedido. El caso expuesto también es aplicable a prescripciones médicas de exámenes, estudios especiales, etc.
En la vida hay muchos fenómenos o hechos cotidianos que todos observamos como es el caso de la “caligrafía diabólica” incomprensible e ilegible que utilizan muchos profesionales de la medicina en el mundo; da la impresión que ese error por ser tan recurrente se mimetiza, se hace algo cotidiano o “normal” y para el común de las personas pasa desapercibido y no les dan la importancia que reviste en función a las consecuencias funestas sobrevenidas e indeseables en que pudiere materializarse.
Nos preguntamos: PORQUÉ ALGUNOS O MUCHOS MÉDICOS NO LE PRESTAN LA DEBIDA ATENCIÓN A LA CALIGRAFÍA? Para responder la interrogante debemos recurrir a la especulación, elucubración y por tanto presentaremos diversas hipótesis: PRIMERA. La falta de atención a la correcta caligrafía, se debe a la cultura tradicional en el gremio y la sociedad, ya que el profesional considera al farmacéutico como un “mago infalible y omnipotente”, que siempre descifrará su “jeroglífico”. Por otra parte, muchos profesores en las Facultades de Medicina de las Universidades no instruyen a sus alumnos al respecto, ya que, evidentemente, no le confieren la IMPORTANCIA QUE EL CASO REVISTE.
SEGUNDA: El escribir ilegible constituye un signo de superioridad “dignidad o estatus profesional” que distingue, es decir, que mientras más “enredado” se escriba, mayor es la capacidad científica del emisor; acá debo acotar que en mi experiencia como docente he observado que los alumnos que poseen caligrafía muy defectuosa cuando presentan la prueba escrita se esmeran el máximo para que sus respuestas sean “digeribles” para el profesor, sencillamente, porque si éste no entiende su contenido, puede optar por calificarlos con CERO, CERO (00), o sea que todos aquellos que escriben récipes indescifrables cuando cursaban en la universidad en sus evaluaciones no escribían de la misma manera, esto es censurable e implica falta de consciencia del daño que pudieren causar por su negligencia.
TERCERA. Algunos profesionales se excusan porque en la universidad debían tomar notas muy rápido con “garabatos” o símbolos solo conocidos por ellos, a manera de que fueran una guía que les permitiese preparar sus materias para las evaluaciones. Este argumento se invalida cuando en sus exámenes, como hemos señalado presentaban contenidos legibles, además de que la mayoría de los estudiantes en las universidades hacen lo mismo y no todos se expresan en forma escrita de manera enrevesada.
Pueden haber muchas otras hipótesis, pero lo cierto es que es una “pandemia” que hay que combatir y es relativamente fácil derrotarla, pero como se trata una cultura arraigada desde tiempos inmemoriales, por tanto, se requiere realizar un esfuerzo para vencer la llamada “resistencia al cambio” que es una barrera que tenemos que superar cuando nos proponemos eliminar vicios en cualquier actividad; al referirnos a la “cultura” implicamos los usos o costumbres de la sociedad donde está inmerso el paciente, el cual considera que es “normal” aceptar un récipe ilegible, que no entiende y que no exige que se escriba de manera correcta.
El asunto que nos ocupa es un vicio que existe en la mayoría de los países del planeta, independientemente, de su desarrollo social o tecnológico, etc., luego en virtud de su relevancia ha sido objeto de estudio, pero lo cierto es que no se han implementado las medidas y procedimientos requeridos para exterminarlo de raíz, en función a las consecuencias nefastas que puede generar.
En artículo de la autora Bárbara García, de fecha: 11/11/ 2.016, insertado en la dirección de internet
“¿Porqué los Doctores escriben tan mal las recetas médicas? He aquí la respuesta”.
Hago la acotación personal de que no todos son doctores, la mayoría son médicos con especialidades, el doctorado requiere exigentes requisitos académicos que sólo una minoría cumple.
La autora del artículo señala que … “según un reportaje del año 2.007 de la revista TIME, lo ilegible de las recetas médicas causaba al menos 7 MIL MUERTOS AL AÑO EN LOS ESTADOS UNIDOS”…, las mayúsculas son nuestras, para denotar la gravedad del caso, no obstante, que la autora no cita la fuente de donde obtuvo ese dato, nos parece lógico que ocurran muertes y nadie sabe si por ese dislate se pueden producir incluso más decesos de los 7000 señalados, ya que no siempre se puede determinar con precisión que esa fue la causa; en todo caso ello acarrearía para el profesional estar incurso en “mala praxis médica”, con las consecuencias jurídicas correspondientes.
Es importante señalar que el desarrollo de la tecnología con las computadoras, evidentemente, ha hecho mermar la posibilidad de errores por el concepto que nos ocupa, no obstante, por lo expedito y lo práctico siempre se usará la recomendación escrita.
Como adversario de la palabrería vocinglera y estéril, tanto oral como escrita que se extingue al segundo como pompa de jabón, considero que la responsabilidad, la razón fundamental del comunicador es ser útil presentando aportes y propuestas para solventar problemas que confronta la sociedad, en tal sentido procedo a señalar unas simples recomendaciones tendientes a ello, las cuales expongo a continuación:
1 En las Escuelas de Medicina de las Universidades del mundo deben instruirse a los Profesores para que informen a sus alumnos de la necesidad de escribir las instrucciones para los pacientes de la manera más legible, igualmente en los Códigos de Ética de los Médicos debe insertarse un artículo con tan importante recomendación.
2 En las materias tales como Medicina Legal, Formación Profesional, etc. incluir el tema e insistir en las responsabilidad civil y penal en que pudieran incurrir los futuros profesionales por el error “in comento”.
3 Deben realizarse seminarios, simposios e investigaciones a manera de que los estudiantes cada día tomen mayor conciencia de la necesidad de no incurrir en dicho error.
4 Solicitar el apoyo de los medios de comunicación social a manera de que emprendan campañas educativas para erradicar el vicio.
5 Cualesquiera otra actividad que contribuya a difundir el problema y a que el público en general lo asuma como tal, con el fin de que los pacientes exijan recetas e indicaciones claramente escritas.
En lo personal presentaré estas reflexiones al gremio médico y las Universidades venezolanas con la finalidad de crear conciencia de lo acá expuesto.
Creo que cumpliendo con las recomendaciones señaladas lograríamos una solución “salomónica” al problema, pues erradicado el vicio ello beneficiaría a los pacientes que son los más perjudicados, pero igualmente a los profesionales de la medicina que pueden verse incursos en problemas judiciales por incurrir en un hecho tan baladí, como es escribir una indicación confusa e incomprensible, pero aun siendo su actuación “culposa” (no intencionada) son responsables desde el punto vista jurídico.
Por la importancia que el tema comporta, agradezco a los lectores difundir estas reflexiones, lo cual sería un paso importante para la solución de este vicio universal.
“ARAR NUNCA ES MALO, AUNQUE SEA EN EL MAR”