Las trabajadoras fueron más impactadas por la pandemia
El 1 de Mayo encuentra a las mujeres trabajadoras latinoamericanas en una situación de crisis. Los efectos económicos de la pandemia y el confinamiento las impactan más que a los hombres. Esta situación abarca distintos ámbitos: el empleo formal, el trabajo doméstico y las tareas de cuidado no remuneradas.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 13 millones de mujeres perdieron su trabajo en el último año. El promedio de desocupación en la región es del 10,6%, pero en el caso de las mujeres sube al 12,1%. Hace 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación femenina en el mercado laboral.
Esto se explica, en parte, porque más de la mitad de las mujeres trabajadoras de América Latina y el Caribe (alrededor del 57% y del 54%, respectivamente) se desempeñan en los sectores que prevén un mayor efecto negativo en términos de empleo e ingresos.
Por ejemplo, el turismo sufrió una gran contracción que afectó especialmente a los países del Caribe. Este es un sector altamente feminizado. 61,5% de los puestos de trabajo están ocupados por mujeres. De cada 10 caribeñas, una trabaja en el sector turístico.
Algo similar pasa en el sector de la educación en América Latina, donde 70,4% de los puestos de trabajo corresponden a mujeres. Las maestras y profesoras tuvieron que adaptar sus tareas a la virtualidad, pero también distribuyeron materiales escolares, alimentos y productos sanitarios a los alumnos y sus familias.
Dentro del sector de salud, en la primera línea de respuesta a la pandemia, el 73,2% de las personas empleadas en la región son mujeres. Las condiciones de trabajo extremas, según CEPAL, se dan en un contexto de discriminación salarial: las mujeres trabajadoras de la salud cobran 23,7% menos que sus colegas hombres.
El impacto en las trabajadoras domésticas
El trabajo doméstico remunerado es casi exclusivamente femenino. Según un informe de ONU Mujeres, CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre 115 y 186 millones de personas realizan estas tareas en América Latina y el Caribe. 93% de ellas son mujeres.
Los confinamientos y restricciones impuestas por los países de la región impactaron negativamente en este sector. Más del 70% de las trabajadoras domésticas se vieron afectadas por las cuarentenas. Perdieron horas de trabajo, sufrieron reducciones en sus salarios o directamente quedaron desempleadas.
El trabajo doméstico remunerado presenta altos niveles de precarización. Es uno de los pocos empleos a los que pueden acceder las mujeres que no recibieron una educación formal o profesional. Sus ingresos, sostiene el informe, son iguales o inferiores al 50% del promedio de todas las personas ocupadas.
En toda la región, un 77,5% de las trabajadoras domésticas se desempeñan en la informalidad. Sin embargo, hay diferencias importantes entre países. En Uruguay, por ejemplo, 70% de las empleadas domésticas están afiliadas al sistema de pensiones. Pero en Bolivia, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Paraguay y Perú ese número no llega al 10%.
Mujeres trabajadoras, pero invisibles
Las cuarentenas estrictas hicieron que la escuela y el trabajo ingresaran al ámbito del hogar. Como toda la familia se quedó en casa, aumentó significativamente la carga de las tareas de cuidado, un trabajo invisible y no pago que tradicionalmente recae sobre las mujeres.
Este trabajo es el que sostuvo la economía del mundo y el mantenimiento de nuestra vida diaria, afirma ONU Mujeres en un informe acerca de los efectos de la pandemia sobre las mujeres y las niñas. Antes del Covid-19, las mujeres realizaban casi tres veces más tareas de cuidado que los hombres. Esta situación se intensificó con el confinamiento.
OIT Argentina y Agencia Hermana lanzaron en marzo de este año la campaña de sensibilización pública #AlguienCuida. A través de distintos ejemplos, un video pone en primer plano las tareas de cuidado que generalmente pasan inadvertidas.
“Hay cosas que no ves hasta que las ves”, dice el spot. “Ves la tarea de la escuela hecha, ¿pero ves a la madre que ayuda a su hija entre llamados de trabajo? Ves que el local está limpio, ¿pero ves a la trabajadora no registrada que deja a sus hijos con la vecina? Empecemos a verlo, porque en todo momento y en todo lugar, alguien cuida. Y ese alguien suele ser una mujer”.
Según datos de OIT Argentina, las mujeres realizan el 75,7% del trabajo de cuidado no remunerado del país y le dedican el doble de tiempo que los hombres. El 40% de las argentinas que trabajan realiza tareas remuneradas de cuidado en sectores como la salud, la educación y el trabajo doméstico.
Este trabajo invisible implica cocinar, lavar, limpiar, cuidar a menores, adultos o enfermos, ya sea en casa propia o ajena. 9 de cada 10 mujeres argentinas realizan estas tareas de cuidado sin recibir ningún tipo de remuneración.
Respuestas frente a la crisis
Todos estos relevamientos a nivel regional dejan claro que las mujeres trabajadoras son uno de los grupos más golpeados por la pandemia. El Covid-19 profundizó aún más las desigualdades de género que ya existían en América Latina y el Caribe.
En nuestra región, 54% de las mujeres que trabajan tienen empleos informales. Estos son los primeros puestos que se pierden frente a una crisis económica. Además, el confinamiento aumenta las tareas domésticas y de cuidado en el interior de los hogares, lo que hace más difícil reincorporarse al mercado laboral.
Ya que el impacto económico es diferente para hombres y mujeres, la respuesta a la crisis también debe serlo. La Oficina Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe instó a los gobiernos a implicar a las mujeres en la toma de decisiones y a destinar recursos suficientes para responder a sus necesidades.
También recomendó medidas destinadas a compensar económicamente a las trabajadoras informales, sanitarias, domésticas, migrantes y de los sectores más afectados por la pandemia. Reconocer el impacto específico del COVID-19 en las mujeres trabajadoras es fundamental para la recuperación económica de nuestra región.
Por María Jagoe
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