02 octubre, 2017
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China aporta 500 millones de dólares para fortalecer el bloque
El plan fue lanzado por Xi Jinping en la última cumbre de líderes de Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica. El bloque amplía sus objetivos globales desde la diplomacia, la política y la economía.
Los Brics intentan salir de la asumida crisis con una ampliación de sus objetivos. La gran estructura del bloque sintió el impacto del estrago capitalista mundial y de los vaivenes políticos de algunos de sus miembros. Tras el diagnóstico –aceptado por las partes en la reciente cumbre de la ciudad de Xiamen– surgió el compromiso común para el futuro inmediato: abrir el alcance de los Brics y fortalecer el eje sur-sur desde lo político y económico pero también desde lo social, humanitario y solidario entre los “países amigos”.
De cara a la celebración de sus 10 años de existencia en 2018, los Brics tienen en China y Rusia los líderes de la nueva estrategia: la maquinaria económica de Pekín y la presencia política de Moscú. El presidente chino, Xi Jinping, explicó su propuesta: ir más allá de la cooperación de las grandes potencias emergentes –Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica– y tender una mano a otras naciones. En el final de la cumbre de septiembre el mandatario anunció un aporte de 500 millones de dólares para fortalecer el eje sur-sur al final de tres días de reuniones incluyendo el llamado “Brics Plus” en las que estuvieron invitados los presidentes de México, Tailandia, Tayikistán, Guinea y Egipto.
Esos 500 millones de dólares –explicó Xi– servirán para ayudar a “países amigos” con necesidades humanitarias puntuales como hambrunas, crisis de refugiados o desastres naturales derivados del cambio climático. Al momento de anunciar este compromiso, el presidente chino estaba acompañado del ruso, Vladímir Putin; el surafricano, Jacob Zuma, y el primer ministro indio, Narendra Modi. También asistió a Xiamen el presidente no electo de Brasil, Michel Temer.
También anunció un aporte de 500 millones de yuanes (unos 76 millones de dólares) para el funcionamiento de los Brics y la creación de “cuarenta mil oportunidades de capacitación en China en el próximo año” para países emergentes y en desarrollo. “Trabajemos juntos para lograr una nueva ruta hacia el desarrollo”, señaló Xi.
Anticipó también que el nuevo eje sur-sur “promoverá una mayor representatividad y una voz única de los mercados emergentes y los países en desarrollo en la gobernanza económica mundial con el fin de promover un mundo más justo y equitativo”.
En el mismo sentido Xi promovió trabajos conjuntos entre los Brics y otros bloques como el Grupo de los 77 para trabajar en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y “progresar en los elementos que aún permanecen de la Ronda de Doha”.
La mano de Xi
El planteo chino continúa la línea exhibida en la histórica reunión de mayo pasado cuando Xi Jinping presentó el proyecto de infraestructura y comercio entre Asia, Europa, África y América Latina “Una franja, una ruta” delante de 29 líderes mundiales: economía abierta, cooperación y respeto de los asuntos internos de cada nación. El objetivo, no expresado en estos términos, es seguir sentando las bases para disputar los centros de poder mundial.
Desde que asumió como presidente de China en marzo de 2013 Xi Jinping organizó en su país cuatro cumbres multilaterales: la más reciente de los Brics, la ya mencionada Una Franja, una ruta (mayo 2017), el G20 (2016) y la cumbre Asia-Pacífico (2014).
En la cumbre de los Brics el Presidente chino insistió: “algunos países están vueltos hacia su interior y no parecen inclinados a participar en la cooperación internacional”, en más que obvia referencia a Washington. Recordó que los países emergentes “representamos el 80 por ciento del crecimiento económico en 2016 y somos dignos de ser considerados el gran motor de la economía global”.
En los cinco países Brics viven 3.100 millones de habitantes (40% del total mundial). Entre todos producen 28% del PIB global. Según datos del propio bloque, esa incidencia en el PIB mundial es el doble del que exhibían hace 10 años cuando la iniciativa multilateral daba sus primeros pasos.
La ciudad-isla de Xiamen (lugar de la reciente cumbre) “es un nuevo punto de partida para una relación estratégica más cercana y completa”, dijo el presidente anfitrión. Y reafirmó el rol global de los nuevos socios: “los países Brics jugaremos un importante papel en el mantenimiento de la paz y la estabilidad mundial”.
Desde la ONU
En el documento final de la cumbre China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, se comprometieron a apoyar a Sudáfrica, India y Brasil para tener mayor papel en la ONU.
El texto promueve la necesidad de “incrementar la representación de los países en desarrollo, para que (las Naciones Unidas) puedan responder adecuadamente a los retos globales”. Y señala que los países del Brics “reafirmamos la necesidad de una reforma completa de las Naciones Unidas, incluyendo su Consejo de Seguridad”.
Implícitamente hace referencia a la declarada pretensión de India y Brasil, entre otros países, de entrar de manera permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia son los únicos que tienen asiento permanente y poder de veto en el máximo organismo ejecutivo de la ONU.
Esto se entrelaza con el pedido del presidente chino hecho público en la cumbre para que los Brics tengan “una sola voz en los conflictos internacionales” y una posición común en la valoración de la paz. “Debemos hablar con una sola voz en los conflictos que conciernen a la paz internacional”, dijo. Pidió que “los cinco tengamos un papel más activo en la gobernanza global y una voz común”. Mencionó los casos de Siria, Libia y Palestina. EL caso de Corea del Norte fue abordado también durante la cumbre aunque fundamentalmente en las reuniones bilaterales entre Xi y Putin.
El encuentro coincidió con la puesta en marcha de las obras del Nuevo Banco de Desarrollo, la entidad nacida a mediados de 2015 que financiará proyectos relacionados con el bloque. La sede será un rascacielos de 150 metros de altura en Shanghái, a orillas del Huangpu, principal río de la metrópoli. Las oficinas estarán operativas en 2021, ocuparán 12 mil metros cuadrados y 30 pisos.
Vientos cruzados
Para llegar a esta etapa los Brics debieron sortear las consecuencias propias de la crisis que les dio origen. El bloque se conformó en plena catástrofe financiera global, en 2008. Hubo, además, un problema adicional en las relaciones entre dos de sus socios: China e India lograron recomponer parcialmente una crisis bilateral unos días antes la cumbre. Ambos gobiernos tensaron sus relaciones en los últimos meses por la incursión de un grupo de soldados indios en territorio chino. La situación hizo recordar un incidente fronterizo similar que en 1962 llevó a una guerra entre ambos países.
La incursión de unos 300 soldados comenzó el 18 de junio en Doklam, una región del Himalaya que el reino Bután (pequeño país entre ambas naciones) reclama al Gobierno chino. Las razones –según India– son las obras de construcción de una carretera que China comenzó en Doklam rechazadas por Bután, nación que tiene rotas sus relaciones con China y es aliado de India.
Los presidentes de ambos países, Xi Jinping y Narendra Modi, mantuvieron un encuentro bilateral en Xiamen. Ambos se comprometieron a “mejorar la confianza mutua y la cooperación para que los lazos vayan por buen camino”.
Rusia y Brasil sufrieron procesos económicos y financieros adversos en los últimos tres años que en el caso del país suramericano significaron tres años de recesion. En los últimos meses la situación macro comenzó a revertirse progresivamente pero en un contexto de inestabilidad política e institucional inédita para esta nación.
“Hay quien dice que los países emergentes y en desarrollo están en retroceso y que los Brics han perdido su brillo… es cierto que nos han afectado factores internos y externos, que hemos encontrado viento en contra, pero el potencial sigue siendo el mismo”, reflexionó Xi.
Ambos asuntos son inobjetables: la crisis y las diferencias internas pero también el potencial de un bloque cuyo PIB creció 179% en los últimos 10 años; el comercio se incrementó 94% y su población urbana aumentó 28%. “Los Brics han contribuido a estabilizar la economía mundial y devolverla a la senda del crecimiento y beneficiar a tres mil millones de personas”, desafió Xi Jinping para quien la mejor forma de crecer es expandirse ya sea a través de la ruta de la seda o desde el seno de la ONU o a través del fomento del eje sur-sur. En Xiamen, China dio un paso más en esa carrera de alcances globales impredecibles.