El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó en la ciudad nororiental de San Amaro la entrega de 684 viviendas, con la que marcó el relanzamiento del programa «Mi Casa, Mi Vida», destinado a la población de pocos recursos.

El programa, iniciado en 2009 durante su segundo mandato, había sido rebautizado como «Casa Verde y Amarilla» en el gobierno del ex presidente Jair Bolsonaro.

En la nueva versión del programa, el objetivo es contratar, de aquí a 2026, dos millones de viviendas y ofrecer financiamiento con subsidios de hasta el 80 por ciento a las familias con ingresos mensuales de hasta 2.640 reales (unos 511 dólares).

Durante el acto en San Amaro (estado de Bahía), Lula autorizó la reanudación de las obras de construcción de más de 5.000 viviendas del programa en todo el país.

Este anuncio se produjo luego de que se informara que la población en situación de calle de las ciudades de Brasil superó 281.000 personas en 2022, un aumento del 38 por ciento respecto de 2019, según un estudio del oficial Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea).

El trabajo indicó que más de un 20 por ciento de las personas que viven en las calles lo hacen en San Pablo, la mayor urbe del país y de Sudamérica, con 13 millones de habitantes.

Según el relevamiento, el paisaje de las principales ciudades de Brasil se modificó a partir de 2019 con el cese de las políticas públicas de vivienda para la baja renta decidida por el gobierno de Bolsonaro, lo cual sumado a la pandemia llevó a familias a vivir en carpas improvisadas debajo de viaductos o en las veredas de las grandes ciudades.

La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)

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