Al cumplirse un año del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos, las principales ciudades del país tuvieron concurridas manifestaciones, en lo que fue la segunda edición de la Marcha de las Mujeres.

Lejos de ser únicamente una ocasión para luchar por la igualdad de género y contra el machismo, las protestas tuvieron una variada cantidad de reclamos y numerosas consignas de rechazo contra el mandatario republicano.

En ciudades como Nueva York, Chicago y Los Ángeles los organizadores reivindicaron la asistencia de unas 400 mil personas. En los carteles enarbolados se podían leer consignas contra Trump como “Super fascista”, “racista” o “nazi sexista”. Otros llamaban a frenar la agenda presidencial en nombre de la igualdad y los derechos humanos, también a la “resistencia” o simplemente mostraban su enojo contra quienes lo votaron.

Fiel a su estilo, el mandatario envió un tuit en el que llamó a la población a salir a las calles para “celebrar los históricos logros y los éxitos económicos sin precedentes de estos 12 meses”, mientras multitudes lo repudiaban con innumerables pancartas en todo el país.

Las Vegas, Washington, Denver, San Francisco e incluso el estado Florida fueron también escenario de protestas antigubernamentales, con participación de las comunidades latinoamericanas. La agenda migratoria y sanitaria de Trump fue uno de los principales blancos de los manifestantes, además de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTB.

Tras la histórica marcha en Washington del año pasado, ahora la fuerza no estuvo en su carácter multitudinario, sino en su replicación en decenas de ciudades de todo el país. Fuerte impacto en el partido Republicano, en un año donde habrá elecciones legislativas.