Milagro, esa libertad que nos debemos - Por Alma Rodríguez
Se estrenó el documental sobre la líder social argentina Milagro Sala, que lleva más de 1600 días privada de su libertad (artículo publicado en Infobaires24).
12 julio, 2020
category: FORO DEBATE
Al igual que en la literatura y el arte en general, puede aplicarse al cine la metáfora del espejo y de la ventana. El cine como espejo es aquel que refleja hacia adentro, centrado en su propio ombligo. En cambio, el cine como ventana es aquel capaz de abrirse al mundo y mostrar la realidad que nos rodea.
De esta manera, el cine funciona, la mayoría de las veces, como testimonio de la historia de los pueblos, de las injusticias, de las desigualdades, de las distintas luchas. Es también una herramienta que hace posible recuperar la capacidad de narrar y que permite, a través de imágenes, enhebrar narración con historia y memoria.
Milagro, la película es una obra testimonial de un momento reciente de nuestro país, una de las etapas más oscuras de nuestra historia en manos del gobierno de Cambiemos y que no para de retumbar en estos días; es también una muestra de lo importante que se tornan la narración y la memoria para transcurrir el presente y construir lo que vendrá.
A pocas horas de su estreno por la plataforma CineAr, entrevistamos en exclusiva a uno de sus directores, Martín Adorno quien, junto a Cynthia García, llevó a cabo la realización de esta obra fundamental para comprender los motivos de una lucha que continúa. De su realización participó también Jorge Gil, Peteco Carabajal, que hizo la música, y un montón de compañeros, amigos y amigas.
“Constituye un proyecto autogestivo, incluso parte de la música la hizo Paula Ferré con Silvio Rodríguez, una de las cosas maravillosas que pasan cuando se hace que las cosas pasen” comienza diciendo Martín.
¿Qué representa el estreno de Milagro, la película en la plataforma CineAr no sólo como acontecimiento cultural sino político?
Martín Adorno: Es muy reconfortante poder llegar a la plataforma más vista en la Argentina después de Netflix, por un montón de cuestiones. Primero, es un guiño de robustez institucional para con un tema que en la gestión anterior, la de Cambiemos, hubiese sido prácticamente impensado.
Segundo, es un acto de democracia comunicacional y artística, porque lo que se va a ver en la película, lo que se encuentra, lo que se puede desandar, no sólo simbólicamente, sino también con datos concretos de lo que ha venido ocurriendo, es todo lo que no dicen los medios hegemónicos, propensos a estar del lado del poder siempre.
Milagro está condenada por estacionar en doble fila, si se quiere, pero fundamentalmente cumple con todos los requisitos para ser el enemigo perfecto en ese Medioevo argentino del norte del país: es mujer, es jetona; tiene capacidad de liderazgo y de organización; le hizo frente al poder real, le disputó territorio simbólico, político y económico; colaboró decisivamente con la presencia de Blaquier en los juicios de lesa humanidad, porque él fue partícipe necesario de lo que se conoce como “la noche del apagón”, donde se secuestraron a más de 400 trabajadores y trabajadoras de toda la provincia, del Ingenio Ledesma, 30 de los cuales siguen desaparecidos.
Y además construyó miles y miles de viviendas con un sistema de cooperativas que bajó el costo operativo y los tiempos de entrega, y entonces se metió también con los negocios de los sectores empresariales, que uno podría inferir que siempre tenían una construcción de connivencia con distintos espacios de funcionarios de distintos gobiernos.
Entonces Milagro hizo todo lo que tenía que hacer de una manera perfecta para ser encarcelada, perseguida, estigmatizada, hostigada, y no la mataron porque estamos en el siglo XXI, porque hay toda una organización de contención de derechos humanos con una tradición muy fuerte en la Argentina, que permite dar esas batallas en distintos espacios internacionales, como la Comisión de Detenciones Arbitrarias de la ONU, o la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Así que es muy reconfortante y estos son los por qué es reconfortante.
¿Qué representa para ustedes y para todo el equipo que participó de la filmación este estreno?
MA: En ese camino, esta pregunta está bastante ligada a la respuesta a lo de recién, lo más personal, si se quiere, también es reconfortante, y también es un peldaño de reconocimiento a una labor que hicimos con mucho esfuerzo, con mucha fruición, con mucho ahínco. Es un proyecto autogestivo. Directamente ni se nos cruzó por la cabeza ir a pedir recursos en la gestión anterior, con lo cual todo lo que podíamos conseguir era algún pasaje, algo de alojamiento, alimentación, traslados en Jujuy. Todo prestado, nosotros no vimos un peso y no queríamos tampoco eso, pero entendíamos que había que hacer un registro de época en clave cinematográfica.
Hay un dato, que no es menor. Yo trabajaba, yo era parte de la comisión de investigación y observatorio de medios del Instituto Patria, con Tristán Bauer, y la última semana de julio de 2017 le dije “Mirá, me parece que hay que hacer esto”, y fue el surgimiento de la primera película de la era Macri.
¿Por qué es importante esta fecha? Porque fue la última semana en que se vio con vida a Santiago Maldonado. Ochenta y cuatro días después Tristán decide hacer la película de Santiago. Entonces, son dos películas hermanas que le dan inicio a esta era tan poco feliz, por ser amable, que significaron los cuatro años de Macri.
Y también porque el 12 de octubre de 2108 se iban a cumplir exactamente mil días de esa detención ilegal, ilegítima y arbitraria de Milagro Sala. No era poco, una mujer de origen indígena, que se llama Milagro, además, porque fue abandonada, rescatada de una caja por ahí, tiene como una especie de historia bíblica.
Se cumplían mil días de su detención un 12 de octubre. Entonces, había que hacer todo lo posible para llegar. El estreno, el primer estreno, fue en el CCC, en Buenos Aires, después viajamos otra vez a Jujuy, después vinimos a La Plata (yo soy de La Plata), después Buenos Aires, y después no paramos. Fue increíble lo que ha pasado por decenas de lugares. Creo que hemos llegado a noventidós o noventicuatro proyecciones por todo el país, en distintas provincias. Incluso hemos estado en la Universidad de La Habana, en Cuba.
Y seguíamos nuestro derrotero, pero después, por distintos compromisos, no pudimos más. Así que este estreno es como el cierre de un ciclo que nos revitaliza, nos hace comprender y sentir que hemos hecho las cosas que queríamos hacer, como las queríamos hacer y como las teníamos que hacer.
s muy gratificante y nos da energía para seguir adelante, como equipo de trabajo, como grupo de soñadores y luchadores de la comunicación y del arte.
Contanos un poco ¿cuál es el recorrido que hizo la película desde el momento del estreno hasta ahora?
MA: Como te decía, el recorrido fue el Centro Cultural de la Cooperación, el 12 de octubre de 2018; después Jujuy, la misma semana, después La Plata, Buenos Aires, y después le perdí el rastro. Neuquén, Formosa, Chaco, Corrientes, Córdoba, Río Negro, y la provincia de Buenos Aires, muchísimo, Santa Fe, etc., anduvimos por muchos espacios, y de muchos lugares también nos la pidieron y no pudimos llevarla, como es el caso de Tierra del Fuego y de Santa Cruz, por falta de tiempo muchas veces, y porque no nos daban las posibilidades tampoco en términos de que por ahí no nos coincidían los vuelos, teníamos que quedarnos un día más y teníamos otros compromisos, cosas así. Pero fue increíble.
¿Cuál es tu visión con respecto a cómo está el tema Milagro a nivel de la lucha que continúa y las expectativas con respecto al cambio de gobierno?
MA: Respecto de que la lucha continúa y el cambio de gobierno, yo creo que hay muchos abordajes distintos. En la película, uno de los capítulos es el judicial, y quien estuviera a cargo del equipo que defendía a Milagro, que era Elizabeth Gómez Alcorta, nada más y nada menos, ella da cuenta de distintas instancias. Una es judicial, seguro. Otra es política. También hay otras instancias que tienen que ver con lo sindical, y otra con la movilización social.
La de Milagro es una lucha que no es de ella ni es nueva. Hacia 1884, se produce una matanza de casi 200 coyas, en lo que fue el primer levantamiento contra los terratenientes de fines del siglo XIX. Antes de eso, en el norte, una de las mujeres que más había levantado su voz en la lucha contra los poderes incipientes fue Juana Azurduy. Lo de Milagro no es nuevo, y no va a terminar con ella. Ojalá que la liberen pronto, pero hay un montón de caminos que tienen sus recorridos, tienen sus tiempos, tienen sus complejidades y sus complicaciones.
Jujuy es una especie de dinastía en la que el poder de turno en realidad lo que hace es administrar los recursos de un poder real que lo sobrepasa. Y esto no tiene que ver con los colores políticos, de hecho cuando en el año 2003 más o menos a Macri empiezan a investigarlo por el desfalco en el Correo Argentino, quien estaba cargo de la comisión que lo tenía que investigar era Gerardo Morales. Pasa el tiempo, y cuando Macri es presidenciable, Morales es su gobernador, diez días antes era massista, de hecho el vicegobernador era massista. Se convierte en su gobernador del norte, y Macri cierra su campaña en Humahuaca. El silencio de tumba le sirve a ambos.
Pero además, se separa de la mujer con la que estaba en ese momento Morales y se casa con una mujer de apellido Snopek, que es de una tradición de funcionarios peronistas. A lo que voy es que no tiene nada que ver con un color político, esta gente se acomoda. Entonces, la lucha de Milagro es eterna, y a ella le toca estar al frente de un montón de voces que son acalladas, vituperadas, discriminadas, hasta físicamente. Yo he vivido circunstancias que no las registré, no quise registrarlas. La película no tiene prácticamente momentos de violencia, algunos que otros, pero no son fuertes, de hecho en la calificación la ponen apta para todo público.
Y creo que dar una respuesta simple a esa pregunta, por lo menos a mí se me complica demasiado. Sin embargo, con todas estas complejidades, ella fue la que más hizo en los últimos 70 o 80 años, quizás más, por la provincia, por los más humildes, que todos los gobiernos de distintos colores que han pasado desde entonces.
Antes de finalizar la charla, Martín quiere agregar a su relato algo que resulta esencial y que tiene que ver con su compañera de rodaje y parte fundamental en la realización del film: “Después que tuve esa charla con Tristán, para mí significaba irme del Patria, hacer una película es dejar todo. Y entonces fui a verla a Cynthia (los dos somos docentes) a la Faculta de Periodismo, a la Universidad de La Plata, porque Cynthia cumplía con un montón de requisitos, para empezar, como comunicadora, es mujer pero es tucumana, tiene toda esa capacidad intuitiva que es instransferible, que tiene que ver con lo que está entre la cultura y el sujeto, que es una especie de intuición, y está de nuestro lado y es muy sagaz. Y de inmediato me dijo que sí».
«Entonces, teniendo los vistos buenos de Tristán y de Cynthia, me lancé a la búsqueda, primero de hacer el guion, buscar información, y Cynthia hizo todo lo suyo en cuanto a la producción ejecutiva y periodística, para acortar distancias con entrevistados y con espacios con los que ella venía trabajando desde hacía rato, porque estuvo desde el primer momento al frente de la comunicación y la difusión de lo que estaba pasando en Jujuy».
“Milagro, hermana querida, amor milenario. Aquí Tupac Amaru sigue en pie”, dice un fragmento de la canción compuesta por Peteco Carabajal y Anabella Zoch para la película Milagro. Según Walter Benjamin: “El narrador toma lo que narra de la experiencia; de la suya propia o la referida. Y la convierte a su vez en experiencia de aquellos que escuchan la historia”.
La noción de experiencia es indisoluble de la noción de comunidad y, como tal, esa experiencia es absoluta y radicalmente comunitaria. La comunidad sobrevive, entonces, a través de la memoria y del relato que la sostiene. Así funciona el cine como una manifestación del testimonio y una máquina de sostener la memoria. Así pasa con Milagro.
Artículo original publicado en Infobaires24:
Milagro, esa libertad que nos debemos
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