“Nombrarse marrón es un posicionamiento político”
12 julio, 2021
category: zBOLETIN SEMANAL, zBS7
Informe especial de María Jagoe
En América Latina viven millones de personas marrones o prietas, de ascendencia indígena, que sufren todos los días el racismo estructural. Sin embargo, como sociedad nos cuesta nombrarlo e identificarlo como lo que es. América XXI entrevistó a tres activistas para profundizar sobre el tema: Jobana Moya Aramayo, fundadora Equipe de Base Warmis-Convergência das Culturas (Brasil); Mónica Álvarez, del Frente Vinculación en el Movimiento Poder Prieto (México), y Alejandro Mamani, abogado y miembro del colectivo Identidad Marrón (Argentina).
¿Qué implica nombrarse como marrón o prieto a nivel individual y colectivo?
Jobana: Yo creo que implica ya un posicionamiento político frente al racismo y la discriminación. A nivel individual creo que es reconocer que nuestros cuerpos son también víctimas del racismo estructural. A nivel colectivo creo que nos hermana, porque no solamente yo por ser boliviana me identifico como tal, sino que compañeros peruanos, ecuatorianos, también sienten que los identifica. Aquí en Brasil el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística) solamente te da la raza negra, blanca, amarilla, parda e indígena (que no contempla a indígenas migrantes). Y creo que ahí entra lo marrón. Porque ya nos coloca en un posicionamiento político de que se reconozca que existe nuestra presencia, que siempre ha estado acá, y que se apaga por este mito de la democracia racial.
Mónica: Las palabras “prieta” y “prieto” tienen por contexto histórico una connotación peyorativa. Nosotros reivindicamos con amor la palabra “prieto” y nos apropiamos de ella, porque nos sentimos identificados y orgullosos de nuestras múltiples historias. Como “Poder Prieto” queremos incidir en un cambio estructural para lograr una representación digna y acorde a los distintos tonos de piel predominantes en el país. Es una reflexión colectiva y un punto de encuentro activo que entiende que lo íntimo es político y que lo político repercute en la vida de las personas, independientemente de su tono de piel.
Alejandro: «Identidad Marrón» surge en Argentina como una forma de visibilización y de lucha posterior contra el racismo estructural. Pero particularmente en el contexto del sur global, y con las personas de ascendencia indígena, creíamos que una de las cuestiones más importantes era visibilizar que esto era un problema, que esto era racismo, y que se trataba de un acceso diferenciado a los derechos. Nosotros planteamos un antirracismo con conciencia de clase, un antirracismo para la clase popular.
¿Hay racismo en nuestros países?
Mónica: Totalmente sí, todas las personas reproducimos prácticas racistas, fuimos educados en un sistema así. Lo peor es que están profundamente ligadas estas tres problemáticas: patriarcado, clasismo y racismo. El racismo asesina personas, secunda la desigualdad económica, invisibiliza temas primordiales que deben atenderse con urgencia como la desaparición de cientos de mujeres en todo México. El racismo fortalece a ciertos sectores que se aprovechan de su condición social para beneficiarse desde el privilegio y cometer abusos e injusticias sin ninguna consecuencia.
Alejandro: Creo que sí hay racismo en Argentina. Existe algo particular que es bastante complejo de explicar a cualquier persona del norte global: que el concepto de «negro de mierda», por ejemplo, aplica a personas de ascendencia indígena o de piel marrón vestidas de ropa urbana. Y a pesar de que no sean afrodescendientes, el «negro de mierda», el «negro cabeza», el «cabeza», el «descamisado», aparece siempre nombrado de forma difusa, de forma confusa respecto a la racialización de los sujetos. Pero podemos ver en las calles dónde están estas personas marrones, que existen, que limpian estas ciudades, que construyen estas ciudades, y lo han hecho a través de toda la historia, no como ayudantes sino como partes, creadores, elementos fundamentales. Y es ahí donde radica nuestro desafío: entender el pasado, visibilizar que hemos estado acá, pero pensar en el futuro en clave de acceso a derechos, porque la gran batalla es la igualdad en términos sustantivos.
Jobana: En Brasil sí, fuertemente, por lo que hablaba de ese mito de la democracia racial. Es muy estructural, está en todos los espacios, pero es como un secreto a voces que nadie quiere conversar. Solamente los grupos que sufrimos el racismo y la discriminación lo vamos pautando, trayendo a discusión, porque es un tema incómodo, tomando en cuenta también que dentro del proceso histórico de Brasil no hace tanto tiempo que acabó la esclavitud.
¿Por qué muchas veces se habla de discriminación o xenofobia pero no de racismo?
Alejandro: En Argentina pensamos que cualquier persona que no sea blanca es inmigrante. Es como si Argentina se hubiese fundado en un papel en blanco, y como si el genocidio indígena hubiese sido absoluto y total. Y no podemos entender que haya personas de ascendencia indígena que tengan a sus abuelos, a sus madres, a sus padres y a sus ancestros en el territorio, a pesar de que no tengan conciencia de su árbol genealógico, porque también los registros audiovisuales, históricos y genealógicos son un privilegio de clase.
Jobana: Yo creo que porque se asocia mucho a lo extranjero, y también tiene que ver con la descolonización en relación al racismo. El movimiento negro ha hecho un trabajo espectacular para denunciarlo y visibilizarlo, entonces se asocia fuertemente sólo al racismo contra negros y negras. Pero en el caso de los indígenas o de los marrones es un espacio que estamos empezando a disputar, a visibilizar que también ejercen racismo contra nosotros. Porque la discriminación, en el caso de las personas racializadas, siempre va de la mano del racismo.
Mónica: Observo que hay dos palabras que caen muy mal en todos lados: patriarcado y racismo. A mí me parece absurdo que sigamos explicando la afectación de estas dos prácticas en la sociedad. Constantemente escucho a gente adulta decir: “el racismo no existe en México”, y se atreven a citar a escritores, actores o pensadores del tema, negando el hecho. No nos gusta hablar de esto porque, en la mayoría de los casos, nos muestra que cometemos todos los días actos racistas, clasistas y machistas.
¿Tienen contacto con otras organizaciones de la región?
Mónica: Sí, de hecho hemos iniciado a tramar un mapeo donde podamos visibilizar los distintos colectivos y movimientos antirracistas que hay en todas las latitudes para facilitar el contacto y la comunicación entre nosotros.
Jobana: Nosotras tenemos contacto con otras organizaciones como “Identidad Marrón”, con varios colectivos. Aunque el tema de esa identidad marrón no es la pauta principal, yo creo que es algo transversal que nos atraviesa porque tiene que ver mucho con el combate al racismo, la discriminación, la xenofobia, y en el caso de las personas racializadas es vinculante. No se puede separar.
Alejandro: Hemos tenido una reunión con “Poder Prieto” y nos pareció súper interesante su postura respecto al racismo, y las cuestiones símiles que tenemos entre México y Argentina. Así también esto se replica en Perú, Ecuador, Chile, Honduras, Guatemala, donde históricamente las personas de ascendencia indígena han tenido que ocultar su identidad o inclusive, ante este borramiento, no hemos podido enunciar en clave de racismo esta discriminación.
¿Hay una identidad marrón que atraviesa América Latina?
Alejandro: No sé. Pero América, no sólo América Latina, es un continente en el cual habitan cientos de civilizaciones y herederos, hijos e hijas, nietos y nietas de las personas indígenas. Están vivos, pero se les ha separado de su identidad, de su identidad lingüística, cultural y demás.
Jobana: Sí, totalmente. Y creo que en ese sentido el trabajo que hace el colectivo «Identidad Marrón» ha sido fundamental, porque era como un sentir, algo que ya veíamos, pero que no sabíamos muy bien cómo verbalizar o nombrar. Y claramente en Latinoamérica el modelo sigue siendo blanco. En Bolivia estamos en un proceso hermoso de descolonización, pero igual es un proceso largo para deconstruirlo.
Mónica: Sí, nos estamos encontrando poco a poco pero, definitivamente, desde Argentina hasta Canadá, pensamos y reafirmamos el orgullo de nuestra identidad y el racismo estructural que invade a Latinoamérica, que estamos accionando para erradicarlo.
Material complementario:
Testimonio de Alejandro Mamani, abogado y miembro del colectivo Identidad Marrón (Argentina):
Testimonio de Jobana Moya Aramayo, fundadora Equipe de Base Warmis-Convergência das Culturas (Brasil):
Para más información:
https://linktr.ee/identidadmarron
@PoderPrieto_mx y #PoderPrieto en redes sociales