Notas de fin de año – Por Elías Jaua
28 diciembre, 2021
category: FORO DEBATE, VENEZUELA
«A Dios rogando pero remando hasta llegar a la orilla»
Termina el año 2021, año de grandes aprendizajes individuales y colectivos que han elevado nuestra conciencia sobre la realidad que vivimos y las tareas a desarrollar para lograr un buen porvenir colectivo.
Aprendimos a vivir y a sobrevivir en pandemia, a sepultar a nuestros familiares en solitario, a llorar desde la distancia a los amigos y amigas que partieron. Nos hicimos fuertes y supimos encontrar alegría más allá de estos dolores.
La política comenzó a desplazar al extremismo y la intolerancia, la inmensa mayoría de los factores políticos volvieron al escenario electoral. La mayoría de la población se despolarizó, no refleja en ningún partido o liderazgo sus anhelos y sus intereses. Así lo demuestran los altos niveles de abstención electoral y cualquier conversación familiar o en la calle.
En el ámbito internacional, comienza a comprenderse nuestra realidad política. El ejercicio real del gobierno por parte del Presidente Constitucional Nicolás Maduro y la falacia del pretendido gobierno interino ya es evidente para propios y extraños. Esto comienza a contribuir en la flexibilización del bloqueo, especialmente en la comercialización de hidrocarburos.
Sin embargo, el supuesto gobierno interino sigue causando graves daños patrimoniales a la Nación, tales son los casos de la retención de las reservas de oro en Inglaterra y la confiscación de las empresas Monómeros en Colombia y CITGO en Estados Unidos e impide el libre comercio y las transacciones financieras de la República. La historia no absolverá a los y las responsables.
Se observa un creciente dinamismo comercial en algunos nichos de las principales ciudades del país. Se muestran cifras de caída de la inflación y del inicio de la recuperación del producto interno bruto.
Este proceso de reactivación comercial, en principio positivo, parece estar apuntalado en el incremento de la producción petrolera y de la posibilidad de comercializarlo con menos restricciones, lo cual ha generado mayores ingresos en divisas, parte de las cuales están siendo colocadas en el mercado generando la estabilidad cambiaria de los últimos 3 meses y estimulando la inversión privada.
Justo es reconocer el esfuerzo de los trabajadores y trabajadoras de PDVSA y sus filiales bajo la planificación del Ministerio de Petróleo
Al final lo que no hizo “la mano invisible del mercado” durante 3 años de libertad cambiaria, lo logra la intervención del Banco Central de Venezuela (BCV) con los dólares provenientes del petróleo. Nadie se sienta mal por eso, somos un país petrolero, y por mucho tiempo nuestro principal ingreso provendrá de la renta petrolera, y el papel del Estado en la economía es necesario, ahora y siempre, para equilibrar distorsiones.
El naciente dinamismo comercial será sostenible en el tiempo si se apalanca principalmente en la producción nacional de bienes, para lo cual se requieren políticas de equilibrio frente a las importaciones y una audaz política crediticia de la banca pública y privada; y en segundo término en una reactivación del consumo masivo, mediante la recuperación del poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras.
La situación social de la gran mayoría de la población sigue siendo muy dura y angustiante. Las dificultades por falta de ingresos suficientes para acceder a los alimentos, a medicamentos; la situación de los servicios públicos y la actuación de mafias de distintos orígenes que dificultan un armónico desempeño de la vida cotidiana generan un malestar general permanente.
La emigración de los y las compatriotas coloca a nuestra sociedad frente a un hecho inédito que tiene implicaciones materiales, morales y espirituales que debemos procesar y comprender como colectivo.
Sectores de la población comienzan a movilizarse en el marco de los derechos constitucionales por reivindicaciones concretas. Se verifica un creciente activismo de colectivos feministas contra la violencia de género, de trabajadores demandando salarios y prestaciones justas, de comités de lucha contra la violencia policial en algunas barriadas y por la liberación de privados de libertad de manera arbitraria, en distintas situaciones. El pueblo tiene derecho a organizarse y a luchar por sus derechos.
Estas notas, que recojo de la realidad, nos imponen grandes desafíos a la dirigencia política toda. El primero y principal la contención y reversión de la creciente brecha de desigualdad social que está ocasionando la dinámica económica desregularizada. Para superar esta brecha es necesario e impostergable una política de recuperación del salario, de las condiciones de trabajo, de atención prioritaria de los sistemas de salud y educación pública, del mejoramiento paulatino de los servicios públicos y del ejercicio de la autoridad justa y legal.
En la historiografía venezolana claro está que el pueblo venezolano no tolera niveles tan profundos de desigualdad social.
Está en nosotros y nosotras que no se repitan los episodios más dramáticos de nuestra historia. Unidad nacional en la pluralidad, para evitar que los que se empeñan en destruir la Patria lo logren, como nos alertó el Comandante Chávez, unidad en defensa de los intereses populares y nacionales, unidad en torno a los principios de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para reconstituir una sociedad donde podamos vivir todos y todas con igualdad, justicia y dignidad. La Patria está primero.
Los venezolanos y venezolanas no nos amilanamos, hemos aprendido a “fluir con la situación” como dice una amiga barloventeña. Inventamos, creamos, emprendemos, reímos, soñamos, lucharemos y al final como siempre lograremos caminar derechito a un buen destino. Dios mediante así será, pueblo mediante así será. Un abrazo de navidad y año nuevo para cada familia venezolana.