Mujeres músicas silenciadas por desigualdad de género
La Organización de Naciones Unidas (ONU) elaboró un informe con testimonios y estadísticas en el que afirma que las diferencias entre hombres y mujeres en la industria musical son abismales, especialmente en el ámbito de la música clásica.
El trabajo señala que se han comenzado a escuchar de manera más masiva las voces de artistas y compositoras de todo el mundo que denuncian ser discriminadas, subrepresentadas y con sueldos injustos, entre otras hecho vinculados con su condición de mujer.
El informe comparte testimonios y cifras según las cuales, por ejemplo, en todo lo relacionado con la industria del cine, las mujeres que componen música para películas son apenas entre un 2 y 3% o, dicho de otra manera, de cada cien compositores, solo dos o tres son mujeres.
La agencia ONU Noticias señaló que recientemente varias mujeres músicas, compositoras y activistas se reunieron en la sede las Naciones Unidas para discutir sobre la desigualdad de género en la industria musical y concienciar sobre los desafíos que enfrentan.
Impulsada por la embajada de Perú ante las Naciones Unidas y el Foro Internacional de las Mujeres, la reunión resaltó preocupantes estadísticas que en pleno 2019 continúan siendo “lo normal” dentro de las disqueras, los conciertos y los festivales de música, y las orquestas de música clásica, así como en otras instancias musicales.
“La discriminación, el acoso sexual, la escasez de oportunidades para el progreso profesional, la brecha salarial, la falta de visibilidad, es algo muy común en la industria de la música, y por supuesto, nos enfrentamos a los prejuicios comunes que existen contra las mujeres”, asegura Neeta Ragoowansi, abogada y miembro de la ONG “Women in Music” (Mujeres en la música), una organización que invita específicamente a discutir y solucionar estos desafíos.
“Hay que hablar sobre esto, porque mucha gente no se da cuenta. Ellos ven a las mujeres en la portada de las revistas: ’Pero si están Beyonce, Rihanna, Britney Spears… Hay muchas mujeres en la música’”. Hay que revisar las estadísticas y darse cuenta de que esto no es cierto”, dice.
ONU Noticias agrega que, según cifras recogidas por varias organizaciones y medios de comunicación, a través de todas las regiones, la división de género en la industria de la música es alrededor de un 70% hombres y un 30% mujeres.
Por ejemplo, en Estados Unidos, solo el 15% de las discográficas son propiedad mayoritaria de mujeres; en Canadá, apenas el 6% de los productores reconocidos lo son y sólo un 7% del personal de ventas y desarrollo de la industria son mujeres; en Europa, las compositoras registradas suman apenas un 20% del total.
Además, de la lista de las 600 canciones más populares entre 2012 y 2017, solo el 22% fueron interpretadas por mujeres, y el 12% creadas por compositoras.
En 2018, “Women in Music” reveló una cifra aún más impactante entre las mujeres que trabajan en la música clásica. Solo 76 de los 1445 conciertos ofrecidos el año pasado por grandes orquestas de música clásica incluyeron al menos una pieza compuesta por mujeres. Y de entre todas las obras que se tocaron (más de 3500), sólo el 2,3% fueron hechas por compositoras.
“A través de los años, he sido víctima de sexismo, de tener un salario inferior que el de mis compañeros, me ha costado poner mi nombre en mis composiciones, entre otros desafíos, que he experimentado solo por ser mujer”, lamenta Jane Merryl, compositora, productora y cantante.
A Jane le sobra experiencia para sostener su percepción sobre las desigualdades por género. Estudió música en instituciones como la Universidad de Boston, Juilliard y Berklee. Trabajó en la composición de música para radio y televisión, fue profesora, artista de cabaré y hasta nominada a un Premio Grammy a la mejor canción de Jazz, entre otras cosas.
“Cuando tenía 14 años estaba audicionando para la Orquesta Sinfónica de Boston ‘Los pops’, y me dijeron que tenía que tocar como un hombre y hacerme valer como un hombre. La verdad es que seguimos viviendo en un mundo patriarcal y a pesar de que como mujeres seamos capaces, tenemos que serlo en muchos aspectos para ser reconocidas y aceptadas”, dijo.
Para Jane, el problema radica en que en las posiciones de poder en la industria los hombres sigan siendo mayoría: “las mujeres no tocamos un instrumento mejor o peor, lo hacemos diferente, y a veces ellos no entienden cómo recibir una energía diferente”.
Verónica Sabbag, diplomática de la Unión Europea y fundadora de la ONG “United Voices 4 Peace” (voces unidas por la paz), reflexiona: “si tú dices, bueno, cítame compositores en la música clásica, ¿qué se te viene a la mente? Todo el mundo va a pensar Mozart, Schubert ¿verdad? Es lo primero que te viene a la cabeza, ¿por qué?”.
Verónica recuerda con cierto disgusto aquella vez que escuchó cuando en un programa de radio pidieron a sus oyentes que llamaran y dieran el nombre de una mujer compositora famosa de música clásica. “La gente no era capaz de citarla. Al nivel de Mozart no se nos ocurre nadie”, dice.
La diplomática no está sola en esta pregunta. Al hacer una búsqueda rápida en línea sobre mujeres compositoras lo que se encuentra principalmente son artículos de ONG´s y museos intentando resaltar el legado de las mujeres que han sido invisibles en la historia de la música.
En pleno siglo XXI, la cantidad de mujeres compositoras ha crecido exponencialmente, pero siguen siendo poco conocidas.
“Es un tema social muy grave, sinceramente, la falta de representación de las mujeres, la falta de igualdad y es un tema que nos toca directa o indirectamente, a cada uno nos toca de manera diferente, pero a todos nos toca. Yo no conozco ninguna cultura que no tenga música”, afirma Verónica Sabbag.
Junto a su ONG, la diplomática trabajó en un importante proyecto de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos en el marco de la celebración del 70 Aniversario de la Declaración Universal.
Diez composiciones, escritas por mujeres e inspiradas en la lucha por los derechos humanos fueron elegidas para ser interpretadas en un concierto de Gala en el Teatro Argentina, en Roma, Italia, a finales de 2018.
Recibimos más de 500 partituras, de cientos de países. Entonces, el problema no es que las mujeres no están ahí, las mujeres están allí. ¿Si están allí entonces porque no son conocidas?
Verónica Sabbag asegura que el sector de la música refleja de manera casi extrema los problemas sistémicos que tienen las mujeres en la sociedad en general.
“El problema de la igualdad de género, ese es el problema general, y en la música se aprecia más esa diferencia”, dice, y compara el problema con el que ha existido a lo largo de los años en los programas de mantenimiento de la paz de la ONU, con la falta de mujeres en las filas de los cascos azules, por ejemplo.
“La cuestión de las mujeres, la paz y la seguridad es un tema que ya ha llegado al Consejo de Seguridad, pero en realidad es un principio, ¿por qué no mujeres en la música? A través de esta problemática que es aún más extrema, podemos hablar de problemas sistémicos, representatividad, liderazgo, diferencias de sueldo, diferencias de oportunidades”, expresa.
Mujeres de todo el mundo poco a poco están haciendo de la desigualdad de género en la música un problema cada vez más evidente. Algo que se ha presenciado en grandes eventos como los Premios Grammy de 2019, donde hubo una alta representación femenina y algunas artistas hablaron públicamente sobre la problemática, concluye el informe.
Informe completo: Mujeres en la música, silenciadas por la desigualdad de género