Bolivia: juez ordena detención de dos ministros de facto
Un juez cautelar de Cochabamba declaró la rebeldía e instruyó las aprehensiones de dos de los principales ministros del gobierno de facto: Arturo Murillo y Fernando López, por la masacre de Sacaba, durante la represión de la dictadura.
La decisión del magistrado incluye al excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas (FFAA), Sergio Orellana, por no acudir a una audiencia de medidas cautelares.
Gerardo Puma, abogado de las víctimas de la masacre de Sacaba, ocurrida en noviembre de 2019, dijo que la justicia determinó cuatro medidas para los procesados: la declaratoria en rebeldía, la emisión de edictos para citarlos nuevamente, la imputación y la aprehensión.
Murillo, el siniestro exministro de Gobierno del régimen que lideró Jeanine Áñez; López, extitular de Defensa; y Orellana, exjefe de las FFAA, no se presentaron a la audiencia judicial.
Ellos están acusados por la presunta comisión de los delitos de asesinato, intento de asesinato, lesiones graves y gravísimas cometidas durante la masacre de Huayllani, en Sacaba.
El abogado recordó que, como consecuencia de dicha masacre, fallecieron 10 personas, 102 resultaron heridas, 11 detenidas y más de 100 perseguidas.
Las masacres de la destilería de Senkata y Sacaba fueron las más cruentas, pero no las únicas, de la policía y los militares a las órdenes de la dictadura que asoló el país entre noviembre de 2019 y octubre de 2020.
En Sacaba el 15 de noviembre de 2019 y en Senkata el 19, los manifestantes que defendían el triunfo de Morales en las elecciones presidenciales fueron atacados con policías y militares.
En septiembre de 2020, la Defensoría del Pueblo de Bolivia concluyó que el régimen cometió «asesinatos de forma sistemática en contra de la población civil» y adelantó que presentaría su denuncia ante organismos internacionales.
Antes, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) calificó de “masacres” a ambos hechos, por lo que son investigadas las autoridades que asumieron después del golpe, encabezadas por la dictadora Jeanine Áñez.
Tras las masacres, el gobierno de facto reprimió una manifestación masiva y pacífica en la que marchaban también familiares con los ataúdes de las víctimas, una imagen que dio la vuelta al mundo por su crueldad.
La noticia en audio (voz: Salvatrice Sfilio)
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